Actividad agroturista, pura vocación

Clisol Agro, es una empresa de Almería, al sur de España, cuya propietaria, Lola Gómez, trabaja por convencer a los turistas, del atractivo lúdico de los invernaderos de El Ejido. Aquellos que visitan su “mar de plástico” salen con una idea contraria a la que tenían previamente. Así, la actitud de los visitantes suele ser, finalmente, sana y respetuosa.

En El Ejido (España) hay una nueva atracción turística. Todo es fruto de la iniciativa de Lola Gómez propietaria, junto a su marido, de invernaderos en el municipio almeriense.

La empresa se llama Clisol Agro, y algunos lo han denominado “el milagro almeriense” y es que Lola Gómez, tal y como destaca el periodista Ignacio Para en El Periódico (23 de Julio de 2002), está luchando por convencer a los turistas, principalmente catalanes, ingleses e italianos, del atractivo lúdico de los invernaderos de El Ejido. Aquellos que visitan su “mar de plástico” salen con una idea contraria a la que tenían previamente: “comprenden que esto no tiene nada que ver con la imagen tan negativa que en el resto de Europa tienen respecto a la manera de producir en España. Así, la actitud de los visitantes suele ser, finalmente, sana y respetuosa.

Lola Gómez pone el corazón en este proyecto, que ya es una realidad. “Ama tanto la vida del invernadero que su actividad agroturista es casi una vocación”, explica Ignacio Para.

La visita por estas casi dos hectáreas de invernaderos dura dos horas, y los turistas asisten a una entretenida charla sobre los procesos de producción, tras de lo cual, llega el momento de la degustación.

Lola Gómez cree en la importancia de su labor didáctica, fundamental para el futuro de las 30.000 ha de invernadero del campo almeriense. “Aquí sabemos cultivar, y cada vez somos más cuidadosos con el medio ambiente, pero aún no sabemos vendernos fuera”, explica, al tiempo que lucha contra esto uniendo una producción con garantías y una actividad turística novedosa.