Bromuro de metilo en la agricultura

El diputado nacional de Tucumán, Carlos Courel, se dirigió al Poder Ejecutivo Nacional para solicitarle que, a través de la Secretaría de Agricultura de la Nación y el Ministerio de Relaciones Exteriores, no se modifiquen los términos establecidos en el Protocolo de Montreal, acortando los plazos vigentes para el uso del bromuro de metilo en la actividad agrícola en la Argentina.
Como es sabido, el bromuro de metilo será retirado gradualmente del mercado bajo las pautas fijadas en el Protocolo de Montreal (Canadá). Courel fundamenta su pedido en que este biocida es usado desde hace más de 50 años para el control de insectos, nematodes, hongos y malezas.
Los usuarios de Estados Unidos y de otros países son conscientes de que no existe una única alternativa, y las existentes a la fecha son menos efectivas y causan pérdidas económicas. Para mitigar el reparto del retiro, el USDA y el EPA, universidades y firmas privadas están trabajando para el desarrollo de alternativas.
En su fundamento, Courel recuerda que el Protocolo de Montreal es un tratado firmado por más de 160 países para proteger la capa de ozono y controlar la producción global de sustancias que la afectan. Los países desarrollados de Europa, así como EE.UU. y Japón acordaron reducir el consumo un 25% desde 1999, un 50% en 2001, el 70% en 2003 y el 100% en 2005. Mientras tanto, los países desarrollados acordaron congelar el consumo en 2002 al promedio del período 1995-98 y reducir el consumo sobre la base del 20% menos en 2005 hasta el 10 % en el 2015.
Un país puede declarar después de 2005 que debe seguir usando bromuro de metilo si no encontró técnicas alternativas para su reemplazo.
En las regiones hortícolas del noroeste argentino que lleva más de 100 años de producción de hortalizas, son zonas libres de heladas y con riego, permitiendo un prolongado monocultivo en los mismos suelos que a través del tiempo tuvieron un aumento de la infestación de un complejo de patógenos, que reducen gradualmente las producciones.El consumo de bromuro de metilo es de aproximadamente 200 toneladas anuales, en contraposición a otras zonas es insignificante.
Los resultados de ensayos realizados y publicados en los últimos años, sobre las alternativas posibles al bromuro de metilo, fueron realizadas en microparcelas en la región hortícola de La Plata con condiciones agro-climáticas muy particulares pero no representativas de la realidad vivida en el NOA. En el NOA como en las principales zonas hortícolas del país aún no se conocen experiencias que demuestren que existen sustitutos químicos y no químicos.