Deshierbe mecánico y nuevas variedades, alternativas a los herbicidas

Utilizar estrategias de deshierbe mecánico o identificar las variedades más resistentes a enfermedades foliares son algunas de las alternativas evaluadas en cuatro proyectos demostrativos desarrollados por el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA).

El grupo de Cultivos extensivos sostenibles del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) ha llevado a cabo desde el 2022 cuatro proyectos demostrativos encarados a mejorar la sostenibilidad económica y medioambiental del sector agrícola catalán. Bajo los títulos de Xarxa Ordi, Xarxa Blat y Xarxa Colza, tres de los proyectos se han enfocado a evaluar las nuevas variedades comerciales de cada uno de estos cultivos que se ofrecen a los productores catalanes de cereales de invierno, para conocer, por ejemplo, cuáles se adaptan mejor a la carencia de agua, su susceptibilidad a enfermedades o como absorben los nutrientes. Un cuarto proyecto, INNODES, se ha dedicado a valorar como se podría sustituir o reducir el uso de herbicidas gracias a la utilización de nueva maquinaria de deshierbe mecánico de precisión.

Así, se han generado una gran cantidad de resultados que se están transfiriendo al sector agrícola a través de varias jornadas. De hecho, ya hace años que el IRTA estudia el comportamiento y las características de las variedades de cultivos extensivos para apoyar al sector cerealista catalán. Ahora, estos cuatro proyectos demostrativos, financiados a través del Programa de desarrollo rural de Cataluña 2014-2022, han sido un impulso para introducir innovaciones en el manejo y conocer el nuevo material vegetal que sale al mercado.

El que se ha hecho con el proyecto INNODES: Implementación de sistemas de desherbaje innovadores para reducir el uso de herbicidas en cultivos extensivos, es estudiar, por un lado, la eficacia de las nuevas técnicas de deshierbe mecánico de precisión para sustituir los herbicidas, y de la otra, las estrategias que combinan un sistema mecánico con una aplicación reducida de herbicida.

Esta es un análisis necesario ante el horizonte 2030, cuando la Unión Europea, en el marco del programa Farm to Fork, prevé reducir en un 50 % el uso de productos fitosanitarios. Más, teniendo en cuenta que los herbicidas son muy utilizados en los cultivos extensivos de Cataluña, que ocupan una parte muy importante de la superficie agrícola del territorio.

Una de las conclusiones que han surgido de este proyecto es que separar las líneas de cultivo de cereales de invierno a 25 cm no solo penaliza la producción y permite que las máquinas de deshierbe mecánico puedan trabajar mejor, además, en el caso del cultivo de maíz, el deshierbe mixto, mecánico y químico, muestra eficacias del 90 % en el control de las hierbas, reduciendo mucho la cantidad de herbicida.

En cuanto a la evaluación de nuevas variedades comerciales de trigo, cebada y colza, se ha llevado a cabo en varios puntos del territorio catalán para conocer bien su adaptación a los diferentes ambientes. Esta evaluación se ha hecho durante las campañas 2021-22, 2022-23 y 2023-24. Se ha analizado tanto la productividad y la calidad de estos cultivos como otros parámetros que contribuyen a dar respuesta a nuevos requerimientos relacionados con el cambio climático y con la sostenibilidad de las producciones.

A los proyectos Xarxa Blat y Xarxa Ordi se ha determinado qué variedades cubren más superficie de suelo y crecen con más altura, que son las que normalmente compiten mejor con las hierbas, cosa que en algunos casos puede contribuir a reducir el uso de herbicidas. También, se han analizado las diferencias entre variedades en cuanto a su susceptibilidad a las principales enfermedades foliares. Y se ha comprobado como sembrar de resistentes a los principales hongos que afectan el trigo y la cebada puede hacer disminuir la necesidad de aplicación de productos fungicidas.

A Xarxa Blat, además, se ha evaluado la calidad del grano necesaria para la panificación, que depende de parámetros como el peso o el contenido en proteína, entre otros. Conocer las variedades que pueden cumplir estos requisitos puede contribuir a dar un valor añadido a las producciones.

En cuanto a la evaluación de nuevas variedades comerciales de trigo, cebada y colza, se ha llevado a cabo en varios puntos del territorio catalán para conocer bien su adaptación a los diferentes ambientes. Esta evaluación se ha hecho durante las campañas 2021-22, 2022-23 y 2023-24. Se ha analizado tanto la productividad y la calidad de estos cultivos como otros parámetros que contribuyen a dar respuesta a nuevos requerimientos relacionados con el cambio climático y con la sostenibilidad de las producciones.

A los proyectos Xarxa Blat y Xarxa Ordi se ha determinado qué variedades cubren más superficie de suelo y crecen con más altura, que son las que normalmente compiten mejor con las hierbas, cosa que en algunos casos puede contribuir a reducir el uso de herbicidas. También, se han analizado las diferencias entre variedades en cuanto a su susceptibilidad a las principales enfermedades foliares. Y se ha comprobado como sembrar de resistentes a los principales hongos que afectan el trigo y la cebada puede hacer disminuir la necesidad de aplicación de productos fungicidas.

A Xarxa Blat, además, se ha evaluado la calidad del grano necesaria para la panificación, que depende de parámetros como el peso o el contenido en proteína, entre otros. Conocer las variedades que pueden cumplir estos requisitos puede contribuir a dar un valor añadido a las producciones.

Por otro lado, el cultivo de la colza es uno de los más importantes en las rotaciones con los cereales de invierno en muchas explotaciones cerealícolas. En el marco del proyecto Xarxa Colza, se han ensayado variedades de colza alto oleicas, que dan un aceite con un perfil de ácidos grasos con más contenido de ácido oleico. Esta característica hace que su aceite sea más apto para determinados usos, principalmente para freír. También, se han estudiado las variedades de la conocida como colza erúcica, que se caracterizan para dar un aceite con un alto contenido en ácido erúcico, valorado para determinados usos industriales. La oferta de estos dos tipos de material vegetal es limitada y su productividad parece que no difiere demasiado de las convencionales.

Asimismo, se han estudiado las variedades de crecimiento más rápido y que pueden escaparse antes de los ataques del saltiró (Psylliodes chrysocephala), una de las principales plagas del cultivo de la colza.

Finalmente, se ha estudiado el ciclo de las varias variedades, es decir, cuánto tiempo tardan en crecer y madurar, porque esto puede contribuir a una adaptación de los cultivos de invierno a las situaciones derivadas al cambio climático. En general, es más probable que las variedades de ciclo más corto, con un acabado más rápido, puedan escaparse más fácilmente de temperaturas elevadas durante el periodo de formación del grano, y este hecho tiene una afectación directa en las producciones.

Para mayor información sobre los proyectos, consultar estos enlaces de RuralCat: INNODES | XarxaBlat | XarxaOrdi | XarxaColza