Cap i Cua

Este verano participé en Lisboa en el congreso de la International Society Horticultural Science. Fue un congreso espléndido, grandioso por el número de participantes y ponencias, distinto por las tendencias que aparecen en las actuales profesiones hortícolas y moderno por la visión de “una horticultura para la gente”.

Me sorprendieron algunos de estos aspectos en la visión de una horticultura para la gente. En Portugal han desarrollado un caso para hacer horticultura intensiva y moderna en un parque natural. El objetivo es integrar una población que se encuentra dispersa en un parque natural enorme, mediante una horticultura planificada y económicamente sostenible.

En invernaderos, Gene Giacomelli de la U. de Arizona difunde por el mundo tendencias de lo que denomina los 'urban greenhouses' que como su nombre indica se trata de proyectos para hacer invernaderos de producción hortícola en centros urbanos, incluso dedicarles varias plantas de un edificio tipo rascacielos, la 'vertical farm' de Tucson, Arizona.

Hay dos proyectos fantásticos y que tienen cierto parecido. El 'plant paradise', presentado por científicos de Wageningen, Holanda, que también quieren llevar la horticultura al centro urbano, con 'high technology' y construir un 'fresh garden moll' con producción superintensiva de plantas. El proyecto trata de situar “una fábrica de producción de plantas” en un centro comercial. La iniciativa para una ciudad de tamaño medio, dicen sus promotores, tendrá un atractivo de identidad regional y nacional, y por ello atraerá a miles de visitantes. Así ocurrió en Inglaterra con el Eden Project que tiene 1,5 millones de visitas al año.

La otra iniciativa que me pareció fantástica viene de Japón. Toyoki Kozai, del centro de investigación de Marsubo, explicó que fábricas de plantas basadas en la hidroponía y control total de condiciones ambientales en un ambiente cerrado y con mínima superficie obtienen altísimas producciones. Estos 'talleres hortícolas' situados en la propia infraestructura de un supermercado no son tan solo una iniciativa que puede parecer fantasiosa sino que tienen actualmente un notable éxito y están instaladas en decenas de tiendas de este país.

Desde hace unos meses estoy colaborando con empresas que tienen a la innovación como eje de su desarrollo en varios países de América Latina. Quiero contribuir a defender una visión, como hizo la ISHS en Lisboa, de que para muchas regiones una forma de progreso social y económico, es la modernización de la tecnología hortícola en todos los ámbitos.