Los hitos de innovación de la horticultura almeriense (II): la opinión del sector
Las TIC pueden ayudar a implementar sistemas de recolección y monitorización de datos que construyan múltiples indicadores basados en el desarrollo de innovaciones, sus fuentes y efectos. Los distintos hitos tecnológicos implementados en los invernaderos confirman a nivel general un fuerte incremento de la productividad (producción de toneladas de hortalizas por hectárea) pero no existen registros (públicos) que evalúen por subcategorías cuáles han tenido mayor y mejor impacto. No todas las tecnologías e innovaciones tienen el mismo efecto sobre los cultivos, pues unos serán mejores receptores que otros. Por esa razón, conviene que el sector en su conjunto disponga de unos indicadores, de fácil acceso, que aporten información sobre los efectos de esos desarrollos tecnológicos. Para contextualizar los factores que intervienen en el proceso productivo, y, en consecuencia, sentar la base sobre la que podría diseñarse una guía de innovación para el sector, se ha tomado como referencia la publicación “Los invernaderos de Almería. Análisis de su tecnología y rentabilidad”, redactada por Valera Martínez et. al. (2014). Esta guía se ha tomado como referencia para elaborar una encuesta dirigida a asesores profesionales de campo (ingenieros técnicos agrícolas e ingenieros agrónomos, entre otros) y gerentes de empresas auxiliares del sector hortofrutícola para determinar la posición y desafíos del sector con respecto a la innovación. Esta publicación define la caracterización y la tecnología implementada y desarrollada por los invernaderos de Almería (Infograma 1).
Infograma 1. Elaboración propia a partir de la publicación 'Los invernaderos de Almería. Análisis de su tecnología y rentabilidad' (Valera Martínez et. al. (2014).
Encuesta a asesores de campo
La encuesta persigue determinar los desafíos a los que se enfrenta el sector en la actualidad. Para diseñarla, se han seguido los hitos tecnológicos aplicados hasta la fecha, la arquitectura e infraestructura (tanto técnica como tecnológica) del invernadero almeriense, definida a partir de la guía mencionada anteriormente. Para considerar los desafíos de futuro, es decir, las áreas en las que el sector hortofrutícola debe poner mayor énfasis, se ha tenido en cuenta el artículo 'Del conocimiento a la innovación en horticultura' (2017), publicado por el catedrático António Monteiro, de la Universidad de Lisboa, una versión actualizada de su ponencia 'Os caminhos e as novas áreas de inovação em horticultura', Congresso Brasileiro de Horticultura, Recife, Brasil, 25 de julio 2016, escrito en base a la conferencia a cargo del autor en el XIII Congresso Ibérico de Ciências Hortícolas, Coimbra, 8 de junio de 2017.
El objetivo de esta encuesta se centra en conocer la opinión de profesionales del sector (incluye personal investigador tanto en centros públicos como privados) y gerentes de empresas auxiliares de la horticultura sobre la situación actual del sector y los retos a los que se enfrenta en la actualidad.
Encuesta a asesores de campo
Se ha trabajado con un nivel de confianza del 95%, un nivel de precisión (errores de muestreo) del 5% y una proporción esperada del 5% para una población de 2.500 profesionales. Para garantizar la representatividad de la población, se han distribuido los cuestionarios por cuotas en función de la superficie cultivada por territorio. Según el informe de cartografía de invernaderos que publica la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía, en el año 2017, la superficie protegida detectada en Almería ascendió a 31.034 hectáreas de invernadero, de las cuales el 68,59% se concentraba en el Campo de Dalías (Adra, Berja, Dalías, El Ejido, Felix, La Mojonera, Roquetas de Mar y Vícar), seguida de la comarca del campo de Níjar y Bajo Andarax (Almería, Benahadux, Carboneras, Gador, Huércal de Almería, Níjar, Pechina, Rioja, Santa Fe de Mondújar y Viator) con un 27,29% de la superficie de cultivo de toda la provincia. El resto de comarcas (Alto Andarax, Bajo Almanzora, Campo de Tabernas y Río Nacimiento) aglutina el 4,12% restante.
Los cinco bloques en los que se estructura la encuesta tienen una duración en su respuesta inferior a quince minutos. El bloque 1 consta de 5 preguntas que hacen referencia a la situación actual de la horticultura con respecto a la innovación; El bloque 2, referente a la innovación, contiene 4 preguntas; El bloque 3 hace referencia al futuro de la agricultura con 14 cuestiones; El bloque 4 indaga en las características del horticultor con 10 preguntas; Y el bloque 5 investiga sobre los objetivos y desafíos del sector con 6 indagaciones.
Datos de la encuesta
Las encuestas se han distribuido de la siguiente manera: 49 a profesionales que desempeñan sus funciones en el Campo de Dalías, 19 en el Campo de Níjar y Bajo Andarax, 2 en el Bajo Almanzora y 1 en el Campo de Tabernas. El 16,67% es personal investigador en centros públicos y/o privados. Por desempeño, el 64,29% son ingenieros técnicos agrícolas, el 16,67% ingenieros agrónomos, el 2,4% peritos agrícolas con formación en ciclo superior y el 16,67% gerentes de empresas auxiliares o puestos equivalentes. El predominio de encuestados se encuentra en una franja de edad entre los 41 y 50 años (el 38,10%), seguido de los que tienen más de 51 años (el 28,57%) y los que se sitúan con una edad comprendida entre los 30 y 40 años (el 26,19%). La brecha de género es importante, pues el 76,19% se corresponde con varones y el 23,81% con mujeres. La mayoría (el 52,38%) tiene estudios universitarios de primer ciclo (diplomatura), el 26,19% una licenciatura, el 11,90% cuenta con Máster y un 7,14% hizo el doctorado.
Gráfico 1. Encuestados en % según ámbito de trabajo. Fuente: Elaboración propia.
El 56,1% de las personas encuestadas tiene un nivel de experiencia superior a 20 años, el 22% acredita una antigüedad en su trabajo entre 10 y 20 años y el 14,6% ha trabajado en el sector entre 5 y 10 años. Solo el 7,3% de los consultados acumula menos de 5 años como asesor de campo, investigador o gerente de empresa. La mayoría (42%) trabaja en comercializadoras agrícolas, el 17% desarrolla tareas de investigación, en centros públicos y/o privados, un 12% lo hace en almacenes de agroquímicos, un 10% trabaja como freelance (por cuenta propia) y el 2% en semilleros.
Caracterización del invernadero almeriense
- Estructura del invernadero
Gráfico 2. Estructura de invernadero más eficiente. Fuente: Elaboración propia.
- Sistemas
Entre los sistemas de ventilación (gráfico 3), los expertos agrícolas consideran que el más óptimo para el invernadero es el natural cenital, que lo apoyan mayoritariamente un 52,50%. El sistema de ventilación natural lateral viene defendido por un 20%, mientras que el de ventilación forzada lo respalda el 17,50%. Solo un 10% de los encuestados prefiere sistemas diferentes de los mencionados. En cuanto a los sistemas de refrigeración por evaporación de agua, el modelo más eficiente con mucha diferencia, según los técnicos agrícolas, es mediante nebulización (65,9%). Los paneles Desde el punto de vista de uso en la provincia de Almería, el sistema de calefacción que mejor encaja en los invernaderos, según los resultados de la encuesta, es por agua caliente (28,9%), seguido del sistema de aire caliente (23,7%), optar por eficiencia de los sistemas de calefacción (21,10%), por suelo radiante (18,40%) y un 7,9% considera mejor otros métodos no mencionados en el cuestionario.
Gráfico 3. Sistemas de ventilación más eficientes. Fuente: Elaboración propia.
Gráfico 4. Refrigeración óptima. Fuente: Elaboración propia.
En el área de mallas y pantallas, los profesionales consideran que las pantallas térmicas (50%) es el modelo más eficiente para el desarrollo de los cultivos, mientras que un 31,6% opta por las mallas de sombreo y un 5,3% prefiere las pantallas de oscurecimiento. El 13,2% defiende otros métodos distintos de los mencionados. En línea con el ahorro energético, el sistema que contiene mantas térmicas se considera como el más eficiente (41,5% de los encuestados), mientras que un 34,1% se decanta por la compartimentación del invernadero. Solo un 12,2% prefiere invernaderos con paredes dobles o usar otros sistemas distintos.
El CO2 es una variable importante en el invernadero. Los profesionales consultados consideran de forma mayoritaria (48,6%) que la optimización del enriquecimiento carbónico es el mejor método para el CO2, mientras que un 21,6% respaldan el control de aporte de CO2 en el invernadero y un 2,7% apoyan distribuir el C02 en el invernadero. Un 27% considera que existen modelos más eficientes que los mencionados.
Los equipos automáticos representan el sistema más eficiente para la fertirrigación, pues lo apoya un 41% de los técnicos consultados; Sin embargo, un 38,5% sugiere el control de la fertirrigación como mejor método y un 17,9% prefiere dosificadores de abono mediante inyección. Solo un 2,6% recomienda los tanques de abonado. Ninguno de los encuestados respaldó los depósitos de aspiración directa mediante bomba ni los equipos con succión en Venturi, como tampoco sugirió otros distintos de los señalados. Del lado de la maquinaria, las personas encuestadas consideran más eficientes aquéllas que se usan para la aplicación de productos fitosanitarios (72,50%), que son más óptimas que las que se utilizan para la mecanización de labores cultivares (20%). Un 7,5% de los encuestados considera que existe otro tipo de maquinaria que daría más eficiencia al invernadero.
- Nivel de desarrollo tecnológico
La recopilación de respuestas anteriores ha permitido construir un prototipo de invernadero que más eficiencia daría al desarrollo de los cultivos. De la misma forma se ha preguntado a los asesores de campo sobre las áreas en las que más innovación ha desarrollado el sector hortofrutícola de Almería.
Los cultivos es el área donde mayor innovación ha implementado la horticultura almeriense, pues el 65% de los técnicos consultados defienden que el grado de avance tecnológico ha sido muy alto y un 25% lo consideran alto, seguido de la fertirrigación, que viene respaldado por un 39,02% (muy alto) y un 46,34% (alto). El manejo del suelo es una variable que también destaca por su alto desarrollo innovador: un 26,83% de los profesionales lo consideran muy alto y un 34,15% alto. Las estructuras de invernadero no se distancian de este clúster, pues los expertos que participan en la encuesta determinan en un 14,63% que el nivel de innovación es muy alto y un 46,34% es alto. Estos cuatro componentes representan un alto grado de desarrollo tecnológico, pues el clúster en su conjunto está considerado por más del 60% de los encuestados con un nivel alto y/o muy alto de innovación, aspectos diferenciadores del sistema de cultivo protegido (en invernadero) de Almería. Conviene matizar que, por factores básicos, entre otros, la horticultura almeriense tiene una especificidad distinta de otros entornos hortofrutícolas (Holanda, por ejemplo, tiene que enfrentarse a variables de clima de una forma muy distinta a como lo hace Almería, lo que redunda en inversiones diferentes que no proceden analizar en este estudio).
Gráfico 5. Grado de innovación desarrollado por el sector por categorías. Fuente: Elaboración propia a partir de la encuesta de conveniencia realizada a asesores de campo.
Un segundo clúster, formado por aquellos factores que intervienen con un nivel de evolución tecnológica más moderado, viene liderado por los sistemas de ventilación, que registran un grado de innovación muy alto según el 14,46% de los encuestados y alto según el 41,46% de las opiniones. La maquinaria utilizada en invernadero, según los técnicos, ha desarrollado innovaciones muy altas en el 9,76% de las consultas y altas en el 39,02% (el 46,34% considera el grado de innovación en un nivel medio). Dentro de este segmento podrían incluirse los sistemas de mallas térmicas, a los que se reconoce un nivel de innovación medio en el 41,46% de los casos (el 26,83% lo considera alto y el 7,32% muy alto), y los de ahorro energético, cuyo desarrollo tecnológico se considera en un nivel medio en el 31,71% de los casos (el 12,20% lo cataloga como muy alto y el 17,07% alto).
El último clúster, que registra aquellos factores con menor grado de innovación, viene liderado por el tratamiento de CO2, que registra niveles muy bajos en el 36,59% de las opiniones (el 26,83% lo considera bajo), los sistemas de calefacción, cuya evolución tecnológica es considerada muy baja en el 14,63% (el 39,02% la cataloga como baja) y los sistemas de refrigeración, que su nivel de innovación es muy bajo según el 9,76% de los consultados y bajo según el 46,34%.
Innovación
La innovación, según el Manual de Oslo, es una novedad introducida en la empresa aunque ya exista en el mercado o sector de actividad al que pertenece. Frente a esta cuestión, el 63,4% de los profesionales encuestados considera que el horticultor almeriense innova mucho en sus explotaciones agrarias, mientras que el 36,6% considera que lo hace poco (ningún encuestado indicó respuestas extremas: demasiado o nada).
En cuanto a las fuentes de innovación, el mercado (proveedores, clientes, empresas, etc.) es el principal inductor y transferente de conocimiento. Así lo considera el 63,4% de los encuestados, mientras que un 24,4% opina que la innovación surge en el seno de las propias explotaciones y un 12,2% que procede de instituciones como universidades y centros de investigación.
Pese a reconocer que existe un importante desarrollo tecnológico en determinados factores (fertirrigación, suelo y estructuras), éste no es suficiente y se demanda un alto grado de innovación en, prácticamente, todas las áreas que intervienen en el sistema de cultivo. Entre una serie de factores (plantación, riego, fertilización, sanidad e inocuidad, estructura de invernaderos, logística y distribución y administración y comercialización) se ha pedido a los encuestados que valoren el nivel de necesidad de innovar en estas áreas. Las variables que exigen mayores niveles de innovación se centran en la sanidad e inocuidad (el 48,72% la demandan en un grado muy alto, mientras que un 33,33% lo exige en niveles altos), la administración y comercialización (respaldado por un 46,15% y un 33,33% para necesidades muy altas y altas, respectivamente) y las estructuras de invernadero, que demandan innovaciones muy altas en el 43,59% de los casos y altas en el 41,03% de las respuestas. Llama la atención dos valores: en el caso de las estructuras, pese a reconocerse un alto grado de avance tecnológico, parece que éste no es suficiente para lograr eficiencia y competitividad, y se demanda más innovación para la arquitectura de los invernaderos. Se cuela en el clúster de mayores niveles de innovación factores que no forman parte del core business del invernadero: la administración y la comercialización. Los profesionales consultados detectan que uno de los grandes obstáculos de la horticultura es el sistema de comercialización, que está sujeto a una alta volatilidad de los precios y una múltiple intervención en la cadena de distribución.
La demanda de innovación es elevada en todos los factores consultados. El rechazo a mejoras tecnológicas es prácticamente inexistente en la mayoría de los factores: ninguno de los encuestados consideró los niveles de necesidad de innovación muy bajos en factores como fertilización, estructura, logística y distribución y administración y comercialización, lo que indica que, de forma unánime, se demanda desarrollo tecnológico en todas estas variables. Un porcentaje muy bajo (2,56%) consideró que los niveles de innovación son muy bajos en áreas relacionadas con la plantación, el riego y la sanidad e inocuidad.
- Innovaciones desarrolladas por el horticultor
El futuro de la horticultura almeriense
El factor de la logística y la distribución ha sido de una las variables que mayor demanda de innovación sugieren los profesionales consultados para implementarla en un grado muy alto. Si se incide en los agentes que más influencia tienen sobre la producción, un 70,70% de las personas encuestadas opina que las grandes cadenas de supermercados ejercen una importante influencia sobre la producción hortofrutícola, seguida de los distribuidores internacionales (22%), y, en menor medida, los consumidores (4,90%) y los distribuidores locales (2,40%).
Gráfico 7. Agentes que influyen sobre la producción. Fuente: Elaboración propia a partir de una encuesta de conveniencia realizada a expertos del sector hortofrutícola.
La producción hortofrutícola, considerando en un primer orden al consumidor como factor de conveniencia, debe poner mayor énfasis en la seguridad y calidad de las hortalizas. Así lo considera el 56,10% de los técnicos consultados, que relega a una segunda posición (29,30%) la trazabilidad (información sobre el origen y las características del producto). Los beneficios para la salud es el tercer factor por importancia, respaldado por un 12,20% de los encuestados, que consideran la ética como la menos importante (2,40%) entre todos ellos.
Atendiendo a las áreas de conocimiento emergentes en la horticultura, se ha tomado como referencia el artículo del profesor Antonio Monteiro (2017) que las identifica desde una perspectiva de conocimiento y tecnología (Infograma 2). Estos aspectos se trasladan a la encuesta para medir la opinión de los profesionales consultados con respecto al grado en que deben implementarse en la horticultura almeriense. A los factores sugeridos por el profesor (mejora de plantas, modelización, nanotecnología, robótica y electrónica y microbiología) se ha añadido un sexto factor: las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC). La revolución industrial que conlleva la nueva era del conocimiento sitúa a las TIC en un primer plano en todos los ámbitos de negocio. Conviene testar igualmente el nivel de necesidad que requiere su implantación en el sector y en qué manera está posicionada, al igual que el resto de variables.
Dixon et. al. (2014) advierten que se está pasando de una competencia basada en el precio a otra basada en la innovación, impulsados en parte por los cambios en el comportamiento del consumidor, que demanda más información sobre el origen y características de los productos (trazabilidad) y mayor facilidad su utilización (conveniencia), una temática que viene relacionada con la Agricultura 4.0 y que no procede profundizar en este estudio. Otras variables, como la ética (incluye los aspectos relacionados con el medio ambiente), generan multitud de información que debe ser procesada, analizada y gestionada para lograr mejorar la competitividad, productividad y experiencia del cliente.
La innovación, tanto interna como externa, sienta las bases de la competitividad en un contexto global, donde el sector tiene importantes retos: la innovación interna se focaliza en una reducción de costes y un aumento del valor agregado (competitividad) por medio de una mejora de los métodos de producción; y, a nivel externo, por medio de componentes que deriven de la I+D y otras áreas del conocimiento, instrumentados a través de maquinaria, agroquímicos, semillas y otros inputs comprados a terceros.
En la encuesta realizada se toman como referencia dos variables centrales, la producción y la competitividad, para testar la importancia que, según los profesionales consultados, dan a la innovación en determinadas áreas clave. Desde el punto de vista de la producción, entre cinco componentes considerados de cierta relevancia (productividad, resistencia a plagas y enfermedades, aspectos vinculados al consumo, sabor y textura del producto y la duración que las hortalizas tienen en las estanterías de los supermercados), el que mayor importancia tiene a efectos de investigación está relacionado con las enfermedades de las plantas.
Gráfico 9. Importancia de investigar en áreas clave según la producción. Fuente: Elaboración propia a partir de la encuesta de conveniencia a ingenieros agrícolas de Almería.
Un 70% de los encuestados considera muy importante la investigación para que los cultivos tengan resistencia a plagas y enfermedades (un 25% la considera importante y un 5% en un posición neutral). El segundo factor en consideración está vinculado a la productividad de los cultivos: un 56,10% considera muy importante avanzar en innovación en esta variable, cuando el 31,70% opina que es importante. El tercer eslabón que mayor importancia tiene a efectos de investigación para mejorar la producción realza el sabor, aspecto y forma del producto, pues un 43,90% de los ingenieros encuestados lo considera muy importante y un 48,80% importante. El cuarto factor en importancia tiene en cuenta la duración que las hortalizas tienen en el estante de los supermercados, un área en la que el 39% de las respuestas consideran muy importante investigar más para mejorarlo, mientras que el 46,30% lo reduce a un nivel de importancia. Por último, las variables relacionadas con el consumo son las que menor protagonismo cobran a la hora de ser investigadas para mejorar la producción: el 22,50% opinan que el nivel debe ser muy alto y un 40% alto. Todas las variables consultadas tienen cierta importancia en ser investigadas según los encuestados.
En el ámbito de la competitividad, y de acuerdo a los retos a los que se enfrenta la horticultura, de igual forma se ha consultado a los ingenieros agrícolas. Frente a las variables defendidas por el profesor Monteiro, y la incorporada dada la relevancia que tiene a efectos de conocimiento (TIC), los técnicos consultados priorizan la mejora de plantas como área clave que logre mayor competitividad un 34,10% lo considera muy importante y un 46,30% importante.
La microbiología interviene como segundo factor de importancia, pues el 34,10% considera muy importante desarrollar avances en técnicas en este ámbito: prestan especial importancia al conocimiento de la biología de los agentes patógenos y plagas, de forma que se consiga mejorar los rendimientos de los cultivos frente a plagas y enfermedades. El 26,80% da una importancia alta y un 24,40% medio. Las TIC se sitúan en tercer lugar, ya que un 17,10% lo considera muy importante y un 46,30% importante (el 24,40% lo relega a un nivel de importancia medio) según la encuesta.
La modelización funcional y estructural de las plantas se desplaza al cuarto factor de importancia. Esta técnica permite simular el crecimiento, elongación y ramificación de una planta, recreando tridimensionalmente una rigurosa representación del fenotipo. El 17,10% de los ingenieros considera muy importante implementar estas mejoras innovadoras para lograr una mayor competitividad, mientras que el 39% lo pasa a un nivel alto. La robótica y electrónica se considera muy importante solo en el 7,30% de las opiniones, mientras que un 36,60% la considera importante.
La nanotecnología (en un estado aún incipiente en la horticultura) permite manipular átomos y moléculas para construir estructuras más complejas, como dispositivos electrónicos o materiales funcionales. Según el profesor Monteiro, a nivel de cultivos hortícolas, “la nanotecnología proporcionará una identificación rápida y rigurosa de patógenos y deficiencias nutricionales”, además de que los tratamientos fitosanitarios y los fertilizantes pasarán a aplicarse en nano-envases por encargo. Solo el 4,90% considera muy alta la importancia de avanzar en estas innovaciones para mejorar la competitividad, un 29,30% la cataloga como alta y un 31,70% se decanta en una posición media. El 4,90% considera “sin importancia” esta técnica y un 29,30% “poco importante”.
Gráfico 11. Estimación del nivel de implantación de tecnologías por áreas y en % en la horticultura. Fuente: Elaboración propia.
Teniendo en cuenta todos estos factores, los expertos consultados consideran que el sistema con mayor implementación en el sector hortofrutícola almeriense (gráfico 11) está relacionado con la mejora de plantas (un 87,80%), del que, según la encuesta, todavía se demanda mayor innovación, seguido de la microbiología (7,30%) y, en igual ponderación (2,40%) la robótica y electrónica y la modelización funcional y estructural de las plantas. Los técnicos consultados no detectan implantación alguna (como factor mayoritario) en áreas relacionadas con la nanotecnología y las TIC.
El horticultor
La encuesta realizada ha permitido valorar el grado de apertura que el horticultor almeriense tiene a la innovación. El 51,20% considera que se muestra abierto en un nivel alto, mientras que el 12,20% de los encuestados lo eleva hasta muy alto. El 26,80% considera que tiene un perfil medio y solo el 9,80% lo cataloga como bajo. Nadie consideró que presente un perfil muy bajo con respecto a la absorción de innovación.
Los expertos consultados consideran que la principal barrera que obstaculiza la innovación en el invernadero se debe a factores económicos (82,9%), mientras que el 17,1% lo asocia a variables relacionadas con el conocimiento, de lo que se desprende que el horticultor debe emplear más recursos en formación.
Al mencionar países como Holanda, una gran mayoría (82,9%) considera que la innovación es el principal factor que puede ayudar al sector almeriense a ser más competitivo que el holandés, uno de sus grandes competidores. De igual forma consideran en un 61% que la horticultura de Almería sabe capitalizar las fuentes de innovación, mientras que un 39% opina lo contrario.
De forma mayoritaria (el 80%) considera la horticultura de Almería como una fuente de innovación exportadora. Un 20% cataloga a la horticultura de Almería como una fuente de innovación importadora; Sin embargo, no es más innovadora que su principal competidora (70,7%) frente a los que opinan que sí lo es (29,3%). Los datos se invierten cuando la comparación se hace con Marruecos: la industria almeriense es más innovadora que la marroquí (92,7%).
Los expertos en esta materia, ingenieros agrícolas y agrónomos, teniendo en consideración el medio ambiente, consideran en el 58,5% de los casos que no es necesario la erradicación total de pesticidas y productos químicos frente al 41,5% que sí opta por eliminarlos. Por tipología de cultivos, el de residuo cero se impone a todos los demás (un 65,9% de técnicos respalda este modelo). Le sigue el ecológico (17,1%) y el tradicional (12,2%). El cultivo biodinámico es defendido por solo el 2,4% de los encuestados, mientras que una misma proporción opta por otros métodos distintos de los mencionados.
La transferencia de conocimiento es una pieza clave dentro de la innovación. Por medio del cuestionario realizado se analiza de qué manera interactúan las organizaciones en el ámbito de conocimiento con la horticultura almeriense. Los profesionales sitúan a las casas de semillas (39,5%) como principales inductoras de conocimiento, al menos de una manera formal, seguidas, en la misma magnitud (18,4%), de centros tecnológicos y alhóndigas y cooperativas. La consultoría externa (10,5%) también interviene en las actividades de innovación que desarrollan los invernaderos almerienses, como también lo hacen los centros de formación agraria (7,9%) y, en menor medida y por igual, organismos públicos y otras organizaciones no mencionadas.
Desafíos del sector
La mejora de competitividad es uno de los desafíos más importantes a los que se enfrenta cualquier sector económico. La horticultura almeriense debe implementar mejoras tecnológicas e innovaciones en todos los frentes para lograr una reducción de costes y mejorar los sistemas de sus invernaderos. El gráfico 26 refleja, en opinión de los ingenieros agrícolas encuestados, el nivel de importancia de innovación en cada área para lograr los objetivos de competitividad. Los factores que se analizan vienen compuestos por las siguientes variables: sustitución de producto, cuota de mercado, sistema de producción, coste de producción, coste salarial, coste energético, coste de insumos, coste logístico, calidad de producto, condición laboral y daño ambiental. Cada encuestado otorga un nivel de importancia a la innovación para lograr mayor competitividad y una mejora de los sistemas, puntuando 1 si esa importancia es muy baja y 5 si, por el contrario, ésta es muy importante.
La calidad de producto es el factor que mayor ponderación obtiene en un grado de importancia muy alto (62,16%), seguido del coste de producción (54,05%). Estas dos variables son las únicas que superan el 50% en un grado de necesidad de innovación muy alto para lograr una reducción de costes y mejorar los sistemas. El coste de insumos (40,54%), el daño ambiental (37,84%) y la cuota de mercado (32,43%) conforman el siguiente clúster de necesidad muy alta de innovar. Teniendo en cuenta de forma conjunta las variables “muy alta” y “alta”, el coste de producción es el factor que mayores necesidades de innovación exige (89,19%), seguido del coste de insumos (86,49%), el sistema de producción (86,48%) y, en una ponderación similar (81,08%), la cuota de mercado y el daño ambiental. Todos los factores tienen unos niveles de necesidad de innovación en niveles “alto-muy alto” superiores al 70%, excepto el factor “sustitución de producto”, al que le otorgan un grado de necesidad de innovación –para conseguir reducir costes y mejorar los sistemas– del 43,25%. Estos porcentajes tan elevados constatan que las necesidades de innovación, pese a que el factor se encuentra en un nivel de desarrollo muy avanzado, son altas en prácticamente todas las áreas analizadas.
- Canal de distribución
Se ha mencionado con anterioridad que el sector hortofrutícola almeriense forma parte de un distrito industrial y que un gran número de sus empresas están constituidas bajo formas jurídicas de economía social. Dentro del sector auxiliar se incluyen las compañías que envasan y comercializan las hortalizas producidas en los invernaderos. De acuerdo a todo el canal de distribución que provee al horticultor de los servicios de manipulado, envasado y venta del producto (alhóndiga, cooperativa, sociedades agrarias de transformación –SAT–, organizaciones de productores de frutas y hortalizas –OPFH– u otras).
El 60,5% de los asesores de campo consideran que el sistema de distribución que más innovación aporta al horticultor es la cooperativa, seguido de las OPFH (21,1%) y las SAT (10,50%). Estas tres formas jurídicas se constituyen bajo el modelo de economía social. Los encuestados consideran en un 7,9% que otras organizaciones distintas de las anteriores intervienen como catalizadoras de innovación hacia el horticultor. Ninguna respuesta consideró a la alhóndiga como una figura que intervenga en la transferencia de innovación hacia el invernadero. Uno de los principales desafíos a los que se enfrenta el sector es, precisamente, el canal de comercialización. La opinión de las personas encuestadas en este ámbito sugiere, en un 37,8% de los casos, que el sistema más eficiente de distribución sería su concentración en un solo distribuidor (concentración de la oferta), seguido, a partes iguales (24,3%), por la venta directa del invernadero al cliente final y por otras vías no mencionadas en el cuestionario. Un 8,1% apuesta por intermediarios nacionales, mientras que un 5,4% considera que los intermediarios internacionales darían más eficiencia al sistema de distribución.
En otro orden de factores (método de producción, maquinaria y equipos, agroquímicos y semillas) se consultó el nivel de necesidad prioritaria donde se necesita innovar con mayor ahínco para mejorar la competitividad. Según los ingenieros, los métodos de producción deben priorizarse para implementar mejoras por medio de la innovación (36,71%), seguida de la maquinaria y los equipos (25,32%), las semillas (22,78%) y, en último lugar, los agroquímicos (15,19%).
Con respecto a las semillas, los profesionales encuestados opinan en un 71,1% que la modificación genética vegetal no representa ningún riesgo para la salud de las personas, mientras que el 28,9% considera lo contrario. En cuanto a las áreas más innovadoras (genómica, proteómica, nanotecnología, modelado, robótica y automatización), un 47,4% considera que la innovación en automatización debe implementarse con mayor rapidez, seguida de la genómica (18,4%), otras no mencionadas (13,2%), la nanotecnología (7,9%), el modelado y la robótica (5,3%) y la proteómica (2,6%).
Conclusiones
El sector agrícola almeriense sigue un proceso asimétrico al de España: mientras el conjunto nacional sigue un proceso de desagrarización, la industria agrícola de Almería se resiste y sigue una senda de crecimiento, pese a registrar, en el primer quindenio del siglo, una fase recesiva durante la fase alcista del ciclo económico. El mayor vigor que registró la construcción restó protagonismo al sector por excelencia de la provincia, que vuelve a recuperar su protagonismo en 2009. A principios de siglo, el peso que tenía la horticultura en el PIB de la provincia de Almería era del 15,40% y en 2015 se elevó hasta el 16,69% –en el caso de España fue del 3,74% y del 2,60%, respectivamente–.
La crisis económica y financiera desatada en 2008 castigó con más fuerza a la provincia de Almería que al conjunto nacional, especialmente al sector de la construcción. La recesión económica provocó que esta industria cayera el doble de lo que lo hizo el conjunto nacional. Del lado de la renta per cápita, Almería registraba en 1980 el 75,55% del PIB per cápita de España, logrando su nivel más alto en el año 2000 con un 95,04% de la nacional y cerrando 2015 con el 79,63%. Otras dos variables a considerar son el crecimiento demográfico de la provincia, que en los primeros quince años de siglo dobla al registrado por España y Andalucía, y el nivel de exportaciones (el 77-80% derivan del sector agrícola) con unas ventas exteriores (en 2015) de 3.126 millones de euros y un saldo en la balanza comercial de 803 millones de euros.
Una encuesta de conveniencia realizada a 71 profesionales del sector hortícola de Almería, principalmente ingenieros agrícolas y agrónomos, y en muy menor medida a gerentes de empresas auxiliares, construye una radiografía de cómo está situada la horticultura con respecto a la innovación. Esta encuesta se ha realizado con un nivel de seguridad del 95%, una proporción esperada del 5% y una precisión del 5% para una población de 2.500 profesionales.
La opinión de estos asesores de campo (49%) considera que el modelo de estructura de invernadero más eficiente es el multitúnel, el sistema de ventilación (52,50%) el natural cenital y el de refrigeración (65,90%) el de nebulización. Prefieren las pantallas térmicas (50%) para el desarrollo de los cultivos, las mantas térmicas (41,50%) como mejor sistema de ahorro energético, el enriquecimiento carbónico (48,6%) la opción más viable para el tratamiento del CO2 y los equipos automáticos (41%) son valorados como el sistema más eficiente para la fertirrigación. En cuanto a maquinaria, destacan como más óptimas aquéllas que se usan para la aplicación de productos fitosanitarios (72,50%).
Los mayores niveles de innovación desarrollados por la horticultura almeriense se concentran en los cultivos (un 65% de los técnicos así lo considera), seguidos de la fertirrigación y del manejo del suelo. Los factores que registran menor grado de innovación están relacionados con el tratamiento de CO2 y los sistemas de calefacción y refrigeración. Por parte del horticultor, el área que mayor innovación ha desarrollado está relacionada con los procesos (cambios significativos en los métodos de producción y de distribución) y el ámbito organizativo (cambios en las prácticas del invernadero, en la organización del lugar de trabajo en las relaciones exteriores del invernadero). Una mayoría de encuestados (51,20%) considera que el horticultor tiene un grado de apertura a la innovación alto, mientras que el 12,20% lo eleva hasta niveles muy altos. De igual forma consideran que la principal barrera a la innovación deriva de factores económicos (82,90%) y de conocimiento (17,1%).
En el plano logístico y de distribución, la preocupación que destacan los profesionales consultados está relacionada con la influencia que ejercen las grandes cadenas de supermercados sobre la producción de las hortalizas almerienses (70,70%) y desplazan a un segundo plano a los distribuidores internacionales (22%) como agentes que mayor influencia ejercen sobre la producción. En cuanto al consumidor, las variables que mayores niveles de innovación exigen con respecto a la producción se centran en la seguridad y calidad de las hortalizas (56,10%) y la trazabilidad (origen e información de los productos), que la respaldan el 29,30% de los encuestados frente a otras variables como los beneficios para la salud y la ética.
El 60,5% de los asesores de campo consideran que el sistema de distribución que más innovación aporta al horticultor es la cooperativa, seguido de las OPFH (21,1%) y las SAT (10,50%). Estas tres formas jurídicas se constituyen bajo el modelo de economía social. Uno de los principales desafíos a los que se enfrenta el sector es, precisamente, el canal de comercialización. La opinión de las personas encuestadas en este ámbito sugiere, en un 37,8% de los casos, que el sistema más eficiente de distribución sería su concentración en un solo distribuidor (concentración de la oferta), seguido, a partes iguales (24,3%), por la venta directa del invernadero al cliente final y por otras vías no mencionadas en el cuestionario. Un 8,1% apuesta por intermediarios nacionales, mientras que un 5,4% considera que los intermediarios internacionales darían más eficiencia al sistema de distribución.
Los técnicos sitúan a la agricultura de Almería menos innovadora (70,7%) que su principal competidora, la holandesa, pero más (92,7%) que la desarrollada por Marruecos. Para ganar competitividad a Holanda, la innovación (82,9%) es considerada como el principal factor para conseguirlo dentro de un sector que sabe capitalizar las fuentes de innovación (61%).
Los expertos en esta materia, ingenieros agrícolas y agrónomos, teniendo en consideración el medio ambiente, consideran en el 58,5% de los casos que no es necesario la erradicación total de pesticidas y productos químicos frente al 41,5% que sí opta por eliminarlos. Por tipología de cultivos, el de residuo cero se impone a todos los demás (un 65,9% de técnicos respalda este modelo). Le sigue el ecológico (17,1%) y el tradicional (12,2%). El cultivo biodinámico es defendido por solo el 2,4% de los encuestados, mientras que una misma proporción opta por otros métodos distintos de los mencionados.
El sistema de innovación que gira en torno al distrito agro-industrial almeriense tiene sus principales fuentes de conocimiento en las casas de semillas (39,50%), al menos de manera formal, seguidas, en la misma magnitud (18,4%), por centros tecnológicos y alhóndigas y cooperativas.
Los desafíos del sector, con respecto al logro de una reducción de costes y mejorar los sistemas en un invernadero, exigen introducir innovaciones inminentes, cuya demanda también es muy alta en áreas clave que acumulan los mayores desarrollos tecnológicos. La calidad de producto es considerada por un 62,16% de los técnicos la máxima prioridad para lograr que el sector sea más competitivo, seguido de los costes de producción (54,05%), el coste de insumos (40,54%) y el daño ambiental (37,84%), áreas clave que requieren de avances en innovación. Estos porcentajes tan elevados constatan que las necesidades de innovación, pese a que el factor se encuentra en un nivel de desarrollo muy avanzado, son altas en prácticamente todas las áreas analizadas.
Con respecto a las semillas, los profesionales encuestados opinan en un 71,1% que la modificación genética vegetal no representa ningún riesgo para la salud de las personas, mientras que el 28,9% considera lo contrario. En cuanto a las áreas más innovadoras (genómica, proteómica, nanotecnología, modelado, robótica y automatización), un 47,4% considera que la innovación en automatización debe implementarse con mayor rapidez, seguida de la genómica (18,4%), otras no mencionadas (13,2%), la nanotecnología (7,9%), el modelado y la robótica (5,3%) y la proteómica (2,6%).
Valoración
El sector hortofrutícola almeriense ha demostrado saber capitalizar las fuentes de innovación recibidas y ha logrado adaptarse con rapidez a los distintos cambios socioeconómicos; Sin embargo, la competitividad y la productividad en un entorno global, donde la disrupción digital, que empuja hacia una nueva revolución industrial, exige que esos cambios necesarios se desarrollen con mucha rapidez y se hagan en un contexto de colaboración inter-empresarial e intersectorial. La horticultura de Almería se ha configurado como un distrito agroindustrial, construyendo un tejido empresarial cuya industria auxiliar genera actividad y empleo en niveles muy importantes para la economía de la provincia.
Los invernaderos de Almería actúan como un sistema de innovación bidireccional: son tanto importadores como exportadores de conocimiento. Las fuentes de desarrollo tecnológico proceden, en un primer orden, del sector privado (las multinacionales de semillas); la exportación de conocimiento se va ejemplificando con venta de tecnología y know how a otros territorios que están desarrollando el invernadero como método eficiente de horticultura, como, por ejemplo, México, cuya demanda tecnológica procede del sureste peninsular. Se ha demostrado que el crecimiento viene generado por una ventaja competitiva que tiene un efecto positivo en la mejora del bienestar social del territorio. Pero quedan muchos desafíos por delante, pues, precisamente la innovación, es el principal elemento con el que el sector almeriense puede ganar terreno a sus principales competidores: el holandés y el marroquí. Pese a haber logrado importantes y grandes avances en las semillas, todavía los logros se quedan cortos para los propósitos que persigue el sector con respecto al consumidor. La innovación en este área es de gran valor, al igual que el foco para lograr una mayor competitividad se centra en una reducción de costes y en mejorar los sistemas de automatización de los cultivos.
El desarrollo de esta investigación ha sido realizada en un tiempo récord, con ciertas limitaciones en la obtención de información (incluso ha desviado el curso de su objetivo inicial: comparar variables de innovación del sector) pero ha permitido detectar “agujeros” que todavía no se han tejido. Por un lado, se hace necesario una guía normalizada de innovación apropiada para el sector (las actuales, como el Manual de Oslo, se orientan a la industria manufacturera), que permita realizar análisis y comparaciones en todas las variables que circunscriben al sistema de la horticultura; Por otro lado, se valora la gran labor que realizan distintos agentes que intervienen en la generación de conocimiento pero se echa en falta la generación de sinergias que empujen con más fuerza la evolución que el invernadero de Almería demanda y necesita para ganar más competitividad, posición y liderazgo. El centro de información y desarrollo agrario, Coexphal, la Universidad de Almería, la Estación Experimental Las Palmerillas, la Cámara de Comercio y el centro tecnológico PITA, entre otros, deben aunar esos esfuerzos y potenciar el foco en la cooperación para lograr que la horticultura almeriense acelere la innovación para encarar los desafíos a los que se enfrenta.
Por último, deseo expresar mi más sincero agradecimiento a varias personas que me han empujado y animado a realizar este trabajo: a Jordi Alba, profesor de la UOC, por sus sabios consejos y recomendaciones; a Juan Carlos Pérez Mesa, profesor de la Universidad de Almería y gran investigador y conocedor de la horticultura almeriense, por su firme compromiso con la docencia y la transferencia de conocimiento; y a Tere García, presidenta del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Almería, por abrirme su “escuela” y facilitarme atajos.
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