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“Vivaldi es un proyecto concebido para mejorar la competitividad del sector de los moluscos”

Entrevista a Dolors Furones, directora del centro IRTA de Sant Carles de la Ràpita

Nina Jareño29/08/2016
El sector europeo de los moluscos disfruta de una posición privilegiada en la escena global, que da trabajo a más de 8.000 empresas. El proyecto Vivaldi pretende aumentar la sostenibilidad y la competitividad de la industria de los moluscos en Europa, así como desarrollar herramientas y enfoques para prevenir y controlar mejor las enfermedades de los bivalvos marinos.

Para empezar, ¿exactamente qué especies estudiará el proyecto Vivaldi?

Vivaldi se centra en las principales especies de bivalvos cultivadas en Europa, concretamente en la ostra rizada (Crassostrea gigas), los mejillones (Mytilus edulis y Mytilus galloprovincialis), la ostra plana (Ostrea edulis), la almeja (Venerupis philipinarum) y la vieira (Pecten maximus). Se estudian puntualmente otras especies de interés sectorial y que tiene problemas importantes de patologías, como es el caso del berberecho.

Dolors Furones, directora del centro IRTA de Sant Carles de la Ràpita

Dolors Furones, directora del centro IRTA de Sant Carles de la Ràpita.

¿Cómo va a ayudar el proyecto Vivaldi a aumentar la competitividad del sector europeo de moluscos?

El sector de bivalvos en Europa está en situación de crecimiento estacionario. A lo largo de la historia reciente, la industria de los bivalvos en Europa ha sufrido una serie de episodios de mortalidades masivas relacionadas fundamentalmente con patologías infecciosas. De hecho, algunas especies emblemáticas y de gran valor, económico y ecológico, prácticamente han desaparecido, como sería el caso de la ostra plana y de la almeja fina.

Aunque estas cuestiones son multifactoriales, el impacto de las enfermedades juega siempre un papel de primer orden en la sostenibilidad y competitividad de este sector al ser una actividad que se desarrolla en sistemas abiertos y, por lo tanto, no controlables y al ser los bivalvos animales sin un sistema inmunológico desarrollado, en los que las terapias preventivas, como la vacunación, no son viables. Cuando un sector no puede controlar sus condiciones ambientales y tampoco puede proteger a sus stocks con terapias preventivas o curativas, tiene que centrar su estrategia en la prevención de la entrada de patógenos en las zonas de cultivo, en el manejo de las enfermedades y en la mejora genética. Estos son los tres pilares fundamentales para este sector y, por ello, Vivaldi tienen como objetivo principal la prevención y la mitigación de las enfermedades en los bivalvos de cultivo, precisamente para aumentar la competitividad del sector.

El proyecto se estructura en siete paquetes de trabajo, muy interrelacionados. Tres de ellos son bastante básicos y van dirigidos a aumentar el conocimiento de los patógenos que afectan los cultivos y mejorar su seguimiento, a conocer mejor los sistemas de defensa de los animales y a elucidar las complejas interacciones que se producen entre los patógenos, los bivalvos y el entorno. Este conocimiento es esencial para poder crear herramientas de manejo de las enfermedades, a lo que se dedican dos paquetes de trabajo del proyecto, uno se centra en el manejo de la enfermedad mediante mejoras de la practicas de cultivo y de los sistemas de bioseguridad, y el otro se dedica a la mejora genética para obtener líneas de animales con mayor resistencia a las enfermedades. Todo esto se vincula en un paquete de trabajo centrado en la comunicación y difusión de resultados a todos los actores, tanto los productores, como las administraciones y otros agentes de investigación.

Vivaldi es, por lo tanto, un proyecto concebido para mejorar la competitividad del sector.

En este sentido, ¿qué situación atraviesa este sector en España?

La principal especie de cultivo acuícola, en toneladas, en Europa es el mejillón, del que España es el principal productor, aunque en valor es el cuarto producto. Galicia es la productora mayoritaria de mejillón. A mucha distancia, siguen las ostras y las almejas. Como he indicado la producción está bastante estancada y las patologías infecciosas tienen un papel primordial en ello.

¿Cuáles son los patógenos que más afectan a los moluscos y qué problemas generan?

Quisiera resaltar que los patógenos que afectan a los moluscos no lo hacen al consumidor. Los problemas del consumidor son de otro tipo y están muy regulados y controlados en los productos que están en los canales oficiales de comercialización. Los patógenos que afectan a la salud de los bivalvos son muchos, encontramos parásitos, bacterias y virus. Sería necesario un número de la revista para entrar en un mínimo detalle. El principal problema por patología vírica lo ocasiona el Herpes virus de las ostras (OsHVI), de hecho el proyecto Vivaldi hace un esfuerzo especial en su estudio y manejo. Este virus se ha expandido a nivel mundial y causa pérdidas masivas y millonarias, fundamentalmente en los cultivos de ostra rizada en fases juveniles. Respecto a las bacterias, distintos representantes del género Vibrio son las que castigan en mayor medida a los cultivos y poblaciones naturales. Al ser los Vibrios bacterias marinas muy ubicuas y no todas patogénicas, es difícil asignar a una especie concreta la culpabilidad de una patología. En el proyecto se pone el foco en dos especies (V. splendidus y V.aestuarianus) vinculadas con mortalidades masivas de ostra rizada en fase adulta. Los principales parásitos son protistas de varios géneros (Perkinsus, Bonamia, Marteilia), afectan selectivamente a especies muy importantes de bivalvos y han causado verdaderas catástrofes, la más reciente, la causada por una especie nueva, que identificamos en el IRTA en los bancos de Berberecho del Delta del Ebro y que ha sido identificada en Galicia, donde a ha diezmado las poblaciones de berberecho.

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La sostenibilidad juega un papel fundamental en el proyecto. ¿Cómo se trabajará en ella?

Como he dicho antes, la producción de bivalvos se debe gestionar con estrategias de prevención y de mejora genética, estas son en sí mismas herramientas que aumentan la sostenibilidad. Vivaldi incorpora estos principios y, además de la mejora genética, desarrolla un bloque de trabajo para poder evaluar los riesgos de dispersión de patógenos en las zonas de cultivo, lo que se apoya en los modelos matemáticos de dispersión de partículas qua ayudan a anticipar cómo y a qué velocidad una partícula (patógeno) se trasladará de un punto a otro de la masa de agua. Además de este trabajo general del proyecto, en el IRTA hacemos un bloque de trabajo que está directamente vinculado con la sostenibilidad, tanto económica, como ambiental del sector. Ya llevamos un tiempo trabajando en este sentido, se trata de apoyar al sector en la revisión de sus prácticas de manejo para que el impacto de la enfermedad sea bajo. Por ejemplo, la ostra rizada es muy susceptible al virus Herpes, pero hemos identificado unas condiciones de tamaño del animal, de parámetros del agua (temperatura) y de sistemas de cultivo y manejo en las que la supervivencia aumenta mucho. Adicionalmente estamos trabajando en obtener estirpes de animales más adaptadas a nuestro entorno y más resistentes a la patología. Estamos obteniendo resultados muy interesantes. Todo esto contribuye a que el sector sea más sostenible.

¿Qué pasos hay que seguir para realizar una mejora genética que permita luchar contra las enfermedades?

Yo no soy genética y sería muy osado por mi parte apostar por un proceso concreto. La mejora genética se puede hacer con varias aproximaciones y, en función de lo que se persigue y de la especie en la que se lleva a cabo. Lo que sí es cierto es que la mejora genética es una herramienta muy poderosa, se aplica en todos los procesos productivos y la acuicultura, en general, va con retraso. En los procesos de mejora genética se seleccionan las características deseables para un organismo (animal o planta) determinado y un proceso. Nosotros buscamos ostras con una alta resistencia al virus y tomamos nuestros reproductores de los palos de las bateas, ya que eso significa que han sobrevivido en la bahía uno o más episodios de mortalidad, por lo que pueden estar más adaptados y pasa esa capacidad a su progenie, con la idea de ir consiguiendo una población más resistente al patógeno.

En referencia a la producción, ¿cómo puede mejorarse?

Siguiendo donde nos quedamos en el punto anterior, la mejora de la producción se consigue fundamentalmente con unos ‘buenos procesos’ de selección genética y de manejo a lo largo del ciclo del cultivo, que permiten que los animales estén en las mejores condiciones posibles para sobrevivir y crecer, y por una gestión sanitaria de las zonas de cultivo y producción per permita conocer con frecuencia y certeza la situación sanitaria de nuestros cultivos, al tiempo que prevenga la entrada de animales portadores en las zonas. Se trata pues, de una combinación de factoras y actores, que necesitan estar bien coordinados entre ellos, operar con transparencia y creer que una gestión correcta, aunque puede parecer poco o nada atractiva hoy en términos económicos, puede ser la garantía de supervivencia del sector. No hay que olvidar que el cultivo de bivalvos se lleva a cabo en sistemas naturales y, por lo tanto, su gestión impacta en las poblaciones naturales.

Grupo de investigadores del centro de Sant Carles de la Ràpita del IRTA
Grupo de investigadores del centro de Sant Carles de la Ràpita del IRTA.

¿Qué beneficios tendrá este proyecto para las empresas españolas que trabajan con bivalvos?

Hay dos grupos de investigación españoles en Vivaldi, el IIM, del CISC de Vigo, y nosotros en el IRTA. En Vivaldi se han establecido ‘cinco casos de estudio’ que representan las zonas de producción europeas, una de esas zonas está en Vigo y la otra en el Delta, estudiada por nosotros, cubriendo así las costas oceánicas y mediterráneas más septentrionales de Europa. Eso significa que, además de la información producida por el proyecto, que se transmitirá al sector, el hecho de que dos grupos españoles estemos en el consorcio, permitirá que las herramientas que se crean en el proyecto para transferir a los otros lugares, se creen en nuestras zonas, con lo que la aplicación es inmediata y la herramienta (modelos de dispersión, sistema de manejo, etc.) están hechas ‘a medida’. Es, por lo tanto, una posibilidad de tener conocimiento aplicado a nuestra disposición. Eso tiene un gran valor, máxime en los tiempos que corren, en los que el acceso a los fondos para investigar son escasos y más en sectores primarios.

Para terminar, ¿qué entidades internacionales participan en el proyecto?

Estar en Vivaldi es un privilegio. El consorcio lo lidera el IFREMER (Francia), que cuenta con un total de 20 socios que aportan una buena representación de la Europa ‘marina’. Las instituciones integrantes son de 10 países y somos, fundamentalmente, centros públicos de investigación. Adicionalmente, los laboratorios de referencia de patologías de moluscos están en el consorcio.

Empresas o entidades relacionadas

Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentària - IRTA

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