GIL: 70 años de éxito familiar
GIL está de celebración en este 2024 al cumplirse 70 años desde la fundación de la empresa. Demos un pequeño repaso de lo que han supuesto estas siete décadas de éxito para este prestigioso fabricante de equipos de preparación del terreno, siembra y tratamiento.
Oficialmente cumple ahora 70 años, pero este proyecto comenzó mucho antes. Fue en los años 40, en un pequeño taller de Daganzo de Arriba (Madrid), donde tres jóvenes hermanos comenzaron de aprendices con su tío dando servicio a la agricultura del pueblo, creando carros y aperos.
Poco a poco fueron creciendo e innovando en el sector, hasta que en 1952 Juan Pablo, Julio y Jenaro se establecieron por cuenta propia y en 1954 comenzaron con la marca GIL. Al cabo de los años, GIL y sus hermanos se dividieron en los tres principales negocios que tenían: Taller de Reparaciones, Distribución de Maquinaria y Fabricación, quedando Julio Gil Águeda al frente de esta última.
"La esencia que nos han transmitido y que sigue estando muy presente es la filosofía del trabajo y del esfuerzo", explica el gerente, Julio Gil. "Han sido años de mucha evolución y cambio desde que ellos empezaron en aquel pequeño taller, pero el estar en el día a día y no dar nada por acabado, es lo que nos permite seguir adelante. En este sector no puedes relajarte, debes estar al cien por cien implicado para que la empresa siga creciendo".
Durante estos 70 años, GIL se ha volcado en cubrir las necesidades del agricultor español e ir adaptándose a las demandas de este sector. Siempre innovando e introduciendo la última tecnología en todos los aperos. Aunque todo comenzó con trabajo de suelo, fueron pioneros en España con las máquinas de siembra y se sienten muy orgullosos de que, tras muchos años, "seguimos siendo líderes en este tipo de máquinas".
En la búsqueda de atender todas las peticiones de sus clientes, continúan creciendo, y hace ya más de 10 años comenzaron la aventura de la pulverización, creando un producto de muy alta calidad y con unos resultados excelentes.
Con estas tres gamas -trabajo de suelo, siembra y pulverización- están presentes en toda España, pero también fuera de nuestras fronteras. En 1983 empezaron la expansión por el norte de África y continúan introduciéndose en otras zonas del mundo, donde a día de hoy la marca GIL es conocida en más de 15 países.
Momentos clave
Han sido muchos años y por tanto muchos momentos clave en la trayectoria de la empresa, pero se podrían distinguir entre los vividos a nivel interno y los político/económicos en la sociedad.
"A nivel de empresa, supuso un gran hito a finales de los 70 el lanzamiento de las sembradoras de 3 filas; posteriormente en los años 80 sacamos al mercado las primeras sembradoras de siembra directa con reja como pioneros en España de esta técnica y de la que seguimos siendo líderes; a finales de los 90 incluimos en nuestra gama de producto las sembradoras neumáticas, modelo AIRSEM, nuestro modelo más vendido en la actualidad; el lanzamiento de nuestra gama de pulverización como un producto de alta calidad y con la última tecnología; la incorporación de alta tecnología en nuestras sembradoras, como es el corte por tramos en siembra, que nos pone a la cabeza de esta mejora tan sustancial".
A nivel externo Julio Gil recuerda "las crisis tan grandes que han afectado a nuestro país durante todos estos años". "Comenzando por la de los años 90 que nos afectó económicamente de forma muy grave, la crisis económica de 2009, que pudimos capear gracias a que el sector agrícola es fundamental y no puede parar de producir, hasta estos últimos años que podemos hablar de una crisis continua donde se han ido solapando desde el COVID, la guerra de Ucrania y la guerra de Israel. Donde nos hemos visto muy afectados por las grandes subidas del coste del material y la falta de suministro en algunos casos".
Por supuesto, uno de los momentos especiales que está viviendo la empresa es el actual, con la construcción de la nueva fábrica, "donde aunaremos todos nuestros recursos y la producción se realizará en una sola planta industrial. Esto va a suponer un antes y un después en nuestra producción".
GIL es un proyecto a muy largo plazo, y este año 2024 coincide con la inauguración de las nuevas instalaciones. "Actualmente, tenemos la producción repartida en 5 centros separadas en 2 polígonos diferentes. Esto nos provoca graves dificultades a la hora de organizar y establecer los procesos productivos. La nueva fábrica va a aunar toda la producción en una sola nave de 15.000 m2 facilitando así el desarrollo de la fabricación, además de disminuir en duplicidades y sobre todo en poder aumentar la producción en al menos un 20%. Hemos incorporado nueva tecnología como una nueva máquina de corte por láser, una cabina automática de pintura y equipando las instalaciones con las últimas novedades a nivel constructivo. Este cambio era necesario para poder seguir evolucionando como empresa y sobre todo para seguir dando servicio al cliente final".
La tercera generación familiar ya está incorporada a la empresa con la idea de continuar trabajando con los valores: "esfuerzo, prudencia y humildad, que nos transmitió mi padre, su abuelo, y mantener la imagen de seriedad que siempre nos ha distinguido", destaca Julio Gil. "Nuestro sello distintivo es la adaptación y la cercanía con los clientes. Teniendo la base de un producto de calidad y la confianza del agricultor, nos ha permitido seguir evolucionando hacía los nuevos métodos de siembra y la tecnología que se ha implantado a una velocidad vertiginosa. La cercanía con el agricultor nos ha permitido crear productos que cubren a la perfección sus necesidades, además de darnos la confianza de expandirnos por más países sabiendo que nuestro producto funciona", subraya Julio Gil.
Producto
Los productos GIL se fabrican con componentes de alta calidad y la última tecnología, "pero lo que nos distingue en el mercado es la variedad de modelos y opciones que dispone nuestro catálogo", detalla el gerente. "Nos intentamos adecuar lo máximo posible a los requerimientos de los agricultores y a la diversidad de terrenos que tenemos a lo largo de toda nuestra geografía".
Otro punto donde les gusta trabajar de la mano de sus distribuidores es en el servicio posventa. "Acompañar al cliente una vez que ha comprado la máquina y sobre todo haciendo una buena puesta en marcha para evitar posibles problemas futuros".
Distribución
Parte fundamental del éxito de GIL es su red de distribución. “Tiene un papel fundamental, ya que es la cara visible de la marca. Nuestros distribuidores son los que realmente están en contacto con el cliente final y los que captan las sensaciones del sector. Desde GIL siempre nos gusta estar muy de la mano, además de transmitirles los valores de marca que queremos mostrar. A día de hoy estamos muy orgullos de la red de distribución que tenemos, es una red joven y con ganas de evolucionar y hacer frente a los problemas que aparecen cada día. La cercanía al agricultor facilita mucho la resolución de problemas que suelen surgir en épocas de campaña, y que necesitan una solución inmediata. Por esta razón tenemos una red profesional y fiel, intentando cubrir todas las zonas de España”.
A modo de agradecimiento, la empresa estuvo durante los meses de marzo-junio realizando el GILTOUR 70 años. Unas jornadas de puertas abiertas en casa de los distribuidores, para reunirse con los clientes de cada zona, “y poder pasar un rato agradable comiendo y bebiendo mientras charlamos de las novedades y los avances en nuestra maquinaria”. Además, durante estos meses ha habido Ofertas GIL en compra de nueva maquinaria, como regalo al agricultor que tantos años lleva confiando en la marca.
Algunas cifras
- Número de empleados: 84
- Número de fábricas: 5 en estos momentos
- Capacidad de producción anual. Número de unidades fabricadas: 1.200-1.500
- Red de ventas. Número de concesionarios o puntos de distribución: disponen de 54 puntos de venta
- Facturación: 16 M€
- Exportación: 20%
De cara al futuro, "el reto más importante es poder seguir dando un buen servicio a un producto que cada vez es más tecnológico y difícil de manejar. Estamos intentando dotar a nuestro departamento técnico de capital humano valioso y comprometido, lo cual resulta muy difícil, ya que el sector no está lo suficientemente valorado entre los jóvenes”, concluye Julio Gil.