"El uso de fitosanitarios es muy restrictivo, hasta tal punto que muchas explotaciones se están planteando dejar de producir patatas"
Entrevista a Jon Legorburu, Ingeniero Técnico de campo en Udapa S.Coop
La cooperativa alavesa prepara una nueva campaña de patata en la que los costes de producción serán otra vez un condicionante a tener en cuenta. Desde el departamento técnico de Udapa se sigue trabajando para mejorar la gestión del cultivo, apoyándose en las herramientas digitales y en estrategias alternativas de manejo.
En el terreno agronómico y en lo que respecta a la gestión del cultivo de patata, ¿qué avances relacionados con la agricultura digital se estarían aplicando en Álava?
En base a sus primeras experiencias con bioestimulantes y biofertilizantes, ¿qué perspectivas se abren para el cultivo de patata? ¿En qué medida pueden mejorar la sanidad y la productividad del cultivo?
¿Qué margen de mejora existe en el ajuste de la fertilización nitrogenada en la producción de patata?
En lo que respecta a la sanidad, ¿cuáles son las amenazas que más preocupan actualmente? ¿Es factible llevar a cabo una gestión integrada de plagas en el contexto actual?
La amenaza más importante es la no autorización de las materias activas para el control de insectos (neonicotinoides) que hasta la fecha estaban autorizados. En patata de consumo hay un gusano denominado “gusano de alambre”, que provoca galerías dentro de los tubérculos, dejándolos inservibles para su comercialización. En patata de siembra, en cambio, son los pulgones que transmiten virus los que deprecian la calidad de los lotes de patata de siembra.
Se está llevando a cabo una gestión integrada de plagas con las herramientas que quedan disponibles, pero cada vez con más dificultades. Por eso, la lucha biológica es ahora mismo una de las herramientas que tenemos para poder realizar esta gestión integrada de plagas.
¿Cómo puede repercutir la nueva legislación en torno al uso sostenible de fitosanitarios en este cultivo?
La repercusión que tiene la nueva legislación afecta de manera negativa y con bastante dureza al cultivo de este tubérculo, ya que en el uso de fitosanitarios es muy restrictivo, hasta tal punto que hay muchas explotaciones que se están planteando dejar de producir patatas. Además, tenemos que tener en cuenta que en el lado opuesto están los clientes, quienes cada vez nos exigen más calidad. En definitiva, tenemos que producir tubérculos de más calidad pero con menos herramientas.
Como ya se apreció en la pasada campaña, las altas temperaturas y la sequía pueden ser un factor desestabilizador para el cultivo en los próximos años. ¿Qué tipo de estrategias o de manejo se podrían adoptar para mitigar estos nuevos condicionantes derivados del cambio climático?
La verdad es que controlar la meteorología es algo que, por el momento se nos escapa, pero gracias a las nuevas tecnologías estamos mejorando mucho. Una de las técnicas que estamos llevando a cabo es la utilización de sondas de humedad que nos permiten tener el control exacto sobre el agua que requiere el cultivo en cada ocasión. Así, gracias a estas sondas, no solo podremos regar el cultivo cuando y con la cantidad que necesita, sino que también podremos gestionar de mejor manera el uso del agua de riego.
Y por otro lado, no nos podemos olvidar de las estrategias más comunes, como son la utilización de variedades más “rusticas” que sean capaces de resistir mejor las condiciones extremas, o la realización de una correcta rotación de cultivo en la explotación para que la tierra no pierda sus propiedades y pueda seguir protegiendo al tubérculo.
¿Qué previsiones de siembra maneja la cooperativa y qué disposición muestran los agricultores de cara a esta próxima campaña de patata? ¿Qué factores pueden afectar al cultivo este año?
Las previsiones de siembra de patata de Álava para esta campaña son muy similares a la campaña del 2022, pero como los costes de producción (la electricidad, el gasoil, …) no paran de subir, las y los productores que trabajan con nuestra cooperativa ya nos han demandado un ajuste en el precio del contrato. Por lo que desde Udapa esperamos seguir produciendo cantidades similares a la pasada campaña, pero a un precio más alto.
Además de los altos costes de producción, otro de los factores más influyentes, una vez más, será la climatología, ya que las condiciones extremas de calor que tuvimos en el territorio el pasado verano no favorecen a los cultivos que se producen al aire libre.