"El proyecto GUpat que abordamos con Garlan nace para acompañar al agricultor profesional en todo el ciclo, desde la semilla hasta la cosecha"
Entrevista a Alfonso Sáenz de Cámara, gerente de Udapa
"Llevamos trabajando codo con codo con los agricultores desde hace 29 años y hemos demostrado que, con algunos pequeños cambios, en Álava también se puede producir patata apta para ser lavada". Así se expresa en esta entrevista el responsable de la cooperativa Udapa, referente del sector de la patata en España que habla en exclusiva para Tierras e Interempresas sobre los nuevos proyectos que tiene en marcha la entidad y los retos que debe afrontar el sector en su conjunto.
¿Qué balance general puede hacer sobre la campaña de comercialización de la patata alavesa y cuáles fueron las claves del aumento de producción registrado en 2021?
En cuanto a la campaña de comercialización, prevemos que dure hasta el próximo mes de abril, puesto que hemos conservado muy bien la patata de Álava por dos factores: uno, que la patata como hemos dicho en campo no sufrió y por eso la senescencia es menor; y dos, que nuestras instalaciones de conservación, construidas en 2019 con la última tecnología, son muy efectivas en su cometido.
¿Qué perspectivas manejan este año en cuanto a superficie de cultivo y cómo va a afectar el incremento de los costes de producción?
Este año 2022 está siendo muy complicado. Los fertilizantes y el gasoil agrícola han duplicado su coste respecto al año anterior. Son ejemplos de la dificultad añadida que tiene hoy un agricultor o agricultora para afrontar el cultivo de la patata. Siendo conscientes de ello, nosotros nos hemos reunido con los y las productoras que forman parte de nuestra cooperativa para tratar este año de forma excepcional, y acordar unos precios que cubran estos incrementos de costes para que ellos y ellas se comprometan a mantener sus superficies de siembras. Así que nuestro principal objetivo de este año es poder mantener las superficies de patata de años anteriores.
Aunque todavía es pronto para hablar de cifras concretas, creemos que en general la superficie de patata española va a decaer por este efecto, y también debido a que hay zonas productoras que están orientadas a patata de “no lavado” que han sufrido mucho en estos dos años de pandemia.
"Vamos a acordar unos precios que cubran los incrementos de costes para que los productores de la cooperativa se comprometan a mantener sus superficies de siembras"
"Nosotros siempre hemos apostado por la profesionalización del sector, trabajando para alinear a nuestros socios y socias agricultoras como proveedoras que son, y a la cooperativa como estructura de comercialización".
¿En qué consiste el modelo de tutelaje del cultivo que está desarrollando Udapa y qué resultados se están obteniendo? En este sentido, ¿qué puede contarnos del proyecto que tiene previsto impulsar a nivel nacional junto a Garlan?
Udapa lleva trabajando codo con codo con las y los agricultores desde hace 29 años, y hemos demostrado que, con algunos pequeños cambios, en Álava también se puede producir patata apta para ser lavada.
El principal factor que determina que una patata sea apta para ser lavada -y que sirva para la venta en un supermercado- es que no tenga marcas ni golpes, porque esos defectos en una mesa de selección actual son los que primero se ven y se eliminan. Esto sigue siendo lo más crítico, antes incluso que el color de la piel, y por ello es donde más incidimos. No sé si tutelaje es la palabra exacta para definir nuestro trabajo, pero creo que es la que más se acerca a lo que hacemos. Después ya depuramos qué tierras dan un mejor color de piel al tubérculo, qué patatas hay que consumir pronto y cuales sirven para conservar tres o seis meses… Y todo lo que nosotros sabemos se lo trasladamos al agricultor y agricultora para ayudarles a conseguir ese producto que demanda el conjunto de los consumidores, y por consiguiente, las cadenas de la gran distribución.
Nosotros siempre hemos apostado por la profesionalización del sector, trabajando para alinear a nuestros socios y socias agricultoras como proveedoras que son, y a la cooperativa como estructura de comercialización. Ambas partes deben sumar y trabajar al unísono. Y ese es precisamente el punto de partida para la constitución de GUpat, proyecto que abordamos con Garlan, una cooperativa fuerte en el mundo agro, y con un gran mercado en la industria. Ellos también lo hacen muy bien en Álava y en otras comunidades autónomas, y por eso hemos acordado trabajar juntos para acompañar al agricultor y agricultora profesional en todo el ciclo, desde la semilla hasta la cosecha, con personal experto en la materia que le va a acompañar en el cultivo de la patata.
Además, y esto nos parece muy importante, nos comprometemos a recoger el 100% de su producción. Es decir, que si por ejemplo un lote que a priori ha sido calificado para lavar finalmente es descalificado para tal fin, en vez de dejarlo en el campo, nosotros asumimos el compromiso de comercializarlo a través de otros canales y segmentos, aprovechando el conocimiento que ambas cooperativas poseemos en el comercio global de la patata. Por lo tanto, este es nuestro reto, ser trasparentes con la y el agricultor, ayudarles cuando no se consigue lo que se pretende, y crear relaciones basadas en la confianza mutua.
Tras el desarrollo junto a Neiker de las patatas ‘Beltza’ y ‘Edurne’, ¿qué aceptación están teniendo estas nuevas variedades en el mercado? ¿Qué recorrido puede tener su producción en el norte de España?
Edurne, en cambio, es una variedad que es apta para ser lavada y que es muy buena para freír en uso doméstico, adaptándose bien a la conservación en frigoríficos. Esto nos hace prever que, al igual que la Beltza, Edurne también es una variedad que debemos potenciar los próximos años.
¿Qué pasos se han dado en el proyecto de producción y comercialización en España de la variedad de patata 'Amandine'?
Amandine es más que una variedad de patata, es un proyecto transversal muy innovador ya que en su seno colaboramos empresas competidoras, lo cual es una buena noticia para un país en el que somos bastante individualistas en general. Cambiar esta cultura de competir a colaborar se hace en otras latitudes, y desde ahí es el único espacio posible para trabajar en lo que nos une, que es mejorar todo el sector y la cadena de valor.
En cuanto a hitos destacables, en 2021 hemos comercializado más de 4.000 toneladas de Princesa Amandine en el mercado ibérico, obteniendo una buena acogida en la mayoría de las cadenas y mercados centrales. En 2022, además, queremos producir patata nueva española para vender en Francia también, lo cual es para celebrarlo.
¿Cómo está siendo la evolución de Paturpat desde su creación en 2016 y cómo repercute su actividad al socio de la cooperativa?
Me gustaría apuntar que, desde antes de la pandemia a hoy, la calidad que la gran distribución nos exige en patata fresca ha aumentado enormemente, y para demostrarlo voy a dar un dato: de los mejores lotes que compramos para embolsar, aprovechamos un 20% menos que antes. Esto significa que tenemos muchas desclasificaciones internas, un gran volumen, que hay que destinarlo a otros sectores, como puede ser la industria o a los sacos que se venden a precios muy bajos.
Nosotros estamos luchando por valorizar estas caídas con nuevas fórmulas y presentaciones desde Paturpat, un proyecto con vida propia, integrado verticalmente en Udapa. Y es que gracias a nuestra filial conseguimos que los lotes de patata fresca que no sirven por temas estéticos para comercializar en los supermercados se puedan destinar a elaborar nuestras referencias de 5ª gama, evitando así desperdiciar o desechar ese alimento. Por lo tanto, este proyecto no es solo beneficioso para los socios y socias de la cooperativa, sino que también ayuda a acabar con el desperdicio alimentario.
No obstante, tengo que decir que a pesar de que Paturpat está creciendo poco a poco, todos los beneficios obtenidos los seguimos reinvirtiendo en este proyecto, porque creemos que es necesario para desarrollar todavía más nuestra actividad.
"La calidad que la gran distribución nos exige en patata fresca ha aumentado enormemente. De los mejores lotes que compramos para embolsar, aprovechamos un 20% menos que antes"
¿Qué impacto tiene en la comercialización de la patata de Álava el sello de calidad ‘Eusko Label’?
¿Cómo espera que evolucione la demanda de patata en 2022? ¿El canal Horeca se está recuperando al ritmo deseado?
“Me temo que la patata para servir a la gran distribución tiene una dura competencia en Europa, ya que hoy por hoy es mucho más fácil hacer patata de industria que de lavado”.
¿Cómo podría influir en nuestro mercado una eventual recuperación de la superficie de cultivo a nivel nacional y europeo?
Como decía, es importante la demanda de turistas que podamos tener en verano para la producción nacional. Respecto a la recuperación de la superficie, por los motivos ya mencionados anteriormente, no creo que en 2022 recuperemos nada en cuanto al consumo, más bien al contrario, si se mantiene la superficie española será un éxito.
En los países del norte de Europa en cambio, hay otros factores determinantes muy relevantes. Existe una demanda creciente de patata para uso industrial, y se estima que en los próximos cinco años la industria va a necesitar 40.000 hectáreas más de cultivo de patata, y me pregunto de dónde van a salir. Me temo que la patata para servir a la gran distribución tiene una dura competencia por aquí, ya que hoy por hoy es mucho más fácil hacer patata de industria que de lavado.