Specialty crops? ¡No tan especiales!
En los últimos tiempos parece que ha habido un incremento en el interés de las grandes empresas de maquinaria en lo que se ha dado por llamar Specialty crops. ¿Tiene sentido denominar especiales a cultivos tan tradicionales y arraigados en la agricultura mediterránea como la viña, el olivo, el almendro, los frutales (incluyendo los cítricos) y las hortalizas para consumo en fresco? En mi opinión, no. No se trata de cultivos especiales. Se trata de actividades agrícolas fundamentales para nuestra economía, enormemente apreciadas por el mercado global pero que, lamentablemente, no han sido objeto de esfuerzos, investigación o inversiones como lo han sido otras actividades agrarias. Cabe aquí preguntarse entonces cuáles han sido los motivos que han llevado a generar esa brecha tan importante que existe entre la tecnificada agricultura extensiva del centro y norte de Europa y la, en general, poco profesionalizada producción del arco Mediterráneo. Y, sin embargo, todos apreciamos un buen vino, una fruta saludable o un excelente aceite de oliva.
Ahondando un poco en las posibles razones de esta brecha, y a la vez en las posibles soluciones, aparece inmediatamente sobre la mesa la diferencia en el nivel formativo de los profesionales de uno y otro bando. Un estudio llevado a cabo por el Parlamento Europeo pone de manifiesto que la población dedicada al agro en Europa está envejeciendo a marchas forzadas y es necesario un relevo generacional. Es preciso, por tanto, que los agricultores se beneficien de una adecuada formación especializada que les permita sacar la máxima rentabilidad a los desarrollos tecnológicos disponibles. No obstante, debemos tener en cuenta la variabilidad existente en todo el territorio de la UE. Según un estudio de la Comisión Europea, el nivel formativo de los jóvenes agricultores en Europa difiere ampliamente en función del lugar donde viven, el sector agrario al que pertenecen y la situación económica de la explotación.
La preocupación por la producción de alimentos de calidad en un marco sostenible es algo que ha llevado a instituciones como la Comisión Europea a la puesta en marcha de interesantes programas de formación encaminados a la ruptura de esa brecha. El programa Better Training for Safer Food (BTSF) es una muestra clara. Un gran esfuerzo para mejorar ese nivel de formación de los responsables de todos los Estados Miembros. El ejemplo del programa dedicado a Calibration and Inspection of Pesticide Application Equipment, coordinado por la Universidad Politécnica de Cataluña, es un claro ejemplo del éxito que la formación tiene en la mejora del sector.
No obstante, sean bienvenidos esos esfuerzos de la industria en mejorar y profesionalizar un sector tan importante para los países Mediterráneos y tan apreciado en el resto del mundo. Esos esfuerzos deben combinar perfectamente con la actividad investigadora y con la propuesta de la UE para la mejora del sector. Una propuesta que se traduce en la puesta en marcha de proyectos tan importantes como el proyecto OPTIMA, INNOSETA, Internet of Farming, LIFE PERFECT o el recientemente iniciado programa AgrICT en el marco ERASMUS+ en un intento de acercar los nuevos desarrollos tecnológicos a un sector estratégico y ávido de ayuda por parte de todos los agentes involucrados.