El 23% de las explotaciones agrícolas españolas es gestionado por mujeres
La mujer se incorpora a las tareas agrícolas, pero muy lentamente. Las cifras oficiales ofrecidas por Eurostat indican que en España tan solo el 23% de las explotaciones están dirigidas por ellas. Son siete puntos menos que la media comunitaria. A este ritmo
La presencia de mujer en la agricultura aumenta lentamente. En España, el 23% de las explotaciones agrícolas está gestionado por ellas, según los datos más recientes disponibles (Eurostat 2016). En la Unión Europea (UE) alcanza el 30%, con grandes contrastes entre países.
Así, mientras en Lituania y Letonia, casi la mitad de las empresas productoras agrícolas está dirigida por mujeres, en Finlandia, Malta, Alemania, Dinamarca y los Países Bajos no supera el 10%.
Fuentes de la Comisión hablan de un "problema particularmente grave" el reto contraído de atraer a la próxima generación de agricultores. El sector agrícola europeo está dominado por una población envejecida, conclusión aún más rotunda cuando se habla de mujeres agricultoras: solo el 4,9% son menores de 35 años. Dado que casi el 40% de las mujeres que trabajan en la agricultura superan los 65 años —en el caso de los hombres es el 27,6%—, existe la posibilidad de que la brecha de género en la agricultura se amplíe en los próximos años.
Apoyos oficiales
Desde la UE se trabaja en esta línea e indican que hay ayuda disponible para mujeres jóvenes interesadas en desarrollar su carrera profesional en la agricultura. No solo favorecerá a los nuevos agricultores a través de su sistema habitual de apoyo a los ingresos, sino que también puede proporcionar fondos de desarrollo rural para ayudar a las mujeres jóvenes a iniciarse en el sector. Este compromiso para abordar la brecha de género en la UE está reflejado en la Política Agrícola Común (PAC): los países de la UE deben considerar la situación de las mujeres en las áreas rurales en sus programas de desarrollo rural.
Durante el pasado Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), fuentes comunitarias recordaron que no solo se está ayudando a garantizar que las zonas rurales de Europa sigan siendo lugares competitivos, vibrantes y conectados para vivir, sino que también se está trabajando para garantizar que la próxima generación de agricultores refleje mejor el equilibrio de género en Europa.