Los países de la UE pactan excluir al ganado extensivo de las normas de emisiones industriales
La postura pactada por los Veintisiete, que tendrán que negociar el texto final con el Parlamento Europeo durante la presidencia española del Consejo de la UE en el segundo semestre del año, endurece también los requisitos para las granjas porcinas y avícolas respecto a la normativa vigente. Se trata de un ajuste legislativo para alcanzar los compromisos climáticos de la UE, que partía de una propuesta de la Comisión Europea que pretendía abarcar a todas las explotaciones con más de 150 animales -incluidas las de vacuno- para reducir las emisiones de metano o amoniaco, entre otras.
Pero los países han pactado que se eleve ese número a 350 cabezas para vacuno y porcino, a 280 cabezas en granjas avícolas y 350 en explotaciones mixtas, y que no incluya las explotaciones extensivas.
España rechazaba incluir las explotaciones extensivas de vacuno, y había hecho de esa postura su principal reivindicación. “Consideramos un acierto la exclusión de la cría de ganado en régimen extensivo, especialmente importante en el caso de España, en el ámbito de la conservación del entorno y la biodiversidad, la creación de empleo o la fijación de población en el entorno rural”, dijo el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, durante el consejo de ministros europeos del ramo celebrado en Bruselas.
No obstante, el comisario europeo, Virginijus Sinkevicius, advirtió en rueda de prensa al término de la reunión que las enmiendas introducidas por los países rebajan considerablemente la ambición de la propuesta de la Comisión y subrayó que la directiva solo afectará “a menos del 3 % de las explotaciones de vacuno”.
El acuerdo salió adelante con una declaración anexa de Finlandia, Irlanda, Dinamarca y Países Bajos en la que lamentan que la posición común de los países se haya “desviado considerablemente” de la propuesta original de la Comisión y por lo tanto haya reducido “la ambición ambiental de la propuesta en lo relativo a la ganadería”.
Actualmente, la directiva abarca a 50.000 instalaciones en la UE (unas 30.000 infraestructuras de industrias y 20.000 granjas de cerdos y aves) que generan emisiones contaminantes de metano, amoníaco, óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno, partículas, mercurio y otros metales pesados. La normativa revisada parte de un concepto más ambicioso y transversal, incluyendo nuevos sectores como la minería para minerales no metálicos como la oxita o la perlita (pero no el yeso), y reforzando las exigencias para la ganadería. Exigirá una mayor eficiencia en el uso de recursos como el agua o las materias primas y obligará a las instalaciones a dotarse de sistemas de gestión ambiental y un plan de mejoras a diez años vista y prevé crear un Centro de Innovación para la Transformación Industrial y las Emisiones (Incite), entre otros puntos.