Limpieza y desinfección de salas de ordeño ‘a la carta’
31 de mayo de 2010

“En pocos años, los ganaderos del sector lechero han pasado de recuentos bacterianos en leche inaceptables en la actualidad, a niveles que, en muchos casos, se aproximan a 10.000 bact/ml. Es decir, leche de la mejor calidad bacteriológica”, aseguran Félix Checa Santamaría y José Carlos Esteban, gerentes regionales posventa de Delaval, ante la pregunta de si los productores de leche disponen de la suficiente información acerca de la limpieza y desinfección de equipos de ordeño. “Y no solo eso. También le confieren la importancia necesaria ya que la bacteriología de la leche influye en su precio por litro”. Partiendo de estas afirmaciones y analizando la crisis que atraviesa el sector de la leche, ya que los ganaderos perciben, en numerosas ocasiones, ingresos por litro por debajo de los costes de producción, la limpieza y desinfección de equipos y salas de ordeño adquiere una mayor relevancia.
La automatización o no de la sala de ordeño, factor a tener en cuenta
La limpieza de la saña de ordeño, y el equipo que contiene, se lleva a cabo con un propósito: controlar los posibles microbios. Esta operación conlleva la eliminación de cualquier material no deseado tras el ordeño. Por ejemplo, la presencia de microorganismos. Un proceso conocido como desinfección y que oscila en función de las dimensiones y características de las granjas, primero, y a la producción automatizada o no de leche, después. “Las granjas industriales disponen de instalaciones de ordeño de mayor tamaño que las familiares, y además las utilizan durante más horas a lo largo de la jornada diaria. En este caso, se debe extremar la optimización de los factores que intervienen en su limpieza y desinfección. Por ejemplo, a mayor diámetro de las tuberías de leche se ha de asegurar que el caudal, turbulencia, velocidad y temperatura del agua sean los necesarios”, matizan Félix Checa Santamaría y José Carlos Esteban, desde DeLaval. Asimismo, también aseguran que una sala automatizada “garantiza que la rutina de lavado sea la correcta durante todos los días”. “Mientras que en una sala no automatizada se depende de la voluntad del operario a la hora de cumplir con exactitud el protocolo de limpieza (tiempo de lavado, temperatura de la solución, dosificación, etcétera).

“Las granjas industriales disponen de instalaciones de ordeño de mayor tamaño que las familiares y además las utilizan durante más horas. Se debe extremar la optimización de la limpieza y desinfección”
Tras el ordeño, el equipo empleado contiene residuos lácteos líquidos, así como películas finas de leche secadas por el aire. La mayoría de esta leche se elimina de forma fácil, aclarándola con agua. El propósito de la limpieza será suprimir la última suciedad, resistente al uso de agua.
Principalmente, los restos lácteos están formados por grasas y proteínas. Sin embargo, aunque la mayoría de estos residuos se limpien, las bacterias presentes en la leche pueden permanecer en superficies o equipos que parecen limpios. En condiciones favorables, pueden generar una película biológica difícil de quitar. Otro contaminante de difícil limpieza es la piedra de leche. Se trata de una capa de calcio y magnesio, básicamente, que proporciona al equipo un aspecto sucio. Una capa de piedra de leche puede incluir y cobijar a los microorganismos.
Prevención de posibles infecciones a través de la limpieza del equipo de ordeño
“Una máquina de ordeño no provoca enfermedades o infecciones. Sin embargo, puede contribuir a la transmisión de las mismas en caso de mal funcionamiento, componentes sobreutilizados y mala limpieza y desinfección”, razonan desde DeLaval. Sin duda, otro motivo de peso para tener muy en cuenta un buen mantenimiento de las plantas de ordeño, tal y como aseguran Félix Checa Santamaría y José Carlos Esteban. “Básicamente nos referimos a la posible transmisión de bacterias causantes de mamitis a través del equipo de ordeño”. La prevención de estas posibles patologías reside en el “mantenimiento adecuado de la instalación, así como su limpieza y desinfección. Y en el hecho de llevar a cabo una rutina adecuada antes, durante y después del ordeño”. En la limpieza y desinfección de una planta de ordeño, intervienen diversos factores. Por ejemplo, la cantidad, calidad bacteriológica y la dureza del agua; la composición, calidad y dosificación de los productos químicos; la temperatura de la solución de lavado; el tiempo de actuación en las fases de prelavado, lavado y aclarado y, por último, el efecto mecánico de limpieza. Este último se consigue mediante la circulación del agua, aunque también con el uso de sprays o equipos con los que restregar las superficies.
