Pujas contenidas en una Subasta Nacional de Salamanca que recuperó la presencialidad
El anillo de exhibiciones del recinto ferial de Salamanca acogió la Subasta Nacional de Ganado Vacuno, una cita que recuperó la presencialidad, dado que en 2020, obligada por las circunstancias sanitarias, sólo se pudo celebrar de forma virtual. Además, se celebró de forma mixta. El balance final de la subasta fueron 115 animales adjudicados por un precio total de 284.450 euros, mientras que un total de 21 pujas quedaron desiertas.
Los machos de la raza Limusín, que eran un total de 17 toros a subasta, registraron la mayor pugna entre los ganaderos. Fueron numerosas las pujas, aderezadas, además, con todas aquellas que, en línea, aumentaban por momentos la incertidumbre en el anillo de exhibiciones acerca de su adjudicación definitiva.
El récord de este año lo marcó Perdigón, un ejemplar de Limusín de 22 meses de la ganadería extremeña Jurado Pérez cuya puja, iniciada en 3.300 euros, llegó a los 6.900 euros de adjudicación. La cifra está muy lejos, eso sí, de los 15.000 euros alcanzados durante la última subasta presencial, en el año 2019, por un ejemplar de esta raza. El récord histórico, establecido en 2016, fue de un macho Limusín por el que se pagaron 17.300 euros.
La subasta se había iniciado tímidamente con los animales de la raza Parda de Montaña. Hubo que esperar a la presencia de los toros de Asturiana de los Valles para que llegaran las primeras pujas fuertes. El primero del lote, Fugitivo, que partía de un precio de 1.600 euros, alcanzó los 5.450 en una reñida puja que arrancó los primeros aplausos.
El segundo gran momento se vivió con la puja por las 19 vacas de la raza Pirenaica, adjudicadas íntegramente por su precio de salida (1.650 euros) al mismo ganadero de Teruel. El joven no encontró ninguna oposición para destinar 31.350 euros a hacerse con la vacada. Tras la subasta de la raza más numerosa, la de los ejemplares de la raza Avileña-Negra Ibérica, y ante un anillo de exhibiciones cada vez más repleto de gente, los espectaculares novillos de la Blonda de Aquitania aumentaron la expectación. Roky, reserva de campeón de la raza y propiedad de José Angel Zendoya, fue adjudicado por 3.700 euros.
Como de costumbre, el tramo final de la subasta fue protagonizado por los 34 ejemplares de Charolés, de la Asociación y la Unión, que comenzaron con tal fuerza que llegaron a superar hasta en dos ocasiones los 6.000 euros en unas pujas exclusivamente presenciales ante la ausencia de ofertas por la vía telemática.