Descrito el mecanismo de una proteína esencial en la infección del parásito 'Fasciola hepatica'

Ahora, varios grupos de investigación de la Universidad de Córdoba (UCO) han descrito por primera vez que el parásito induce una sobre expresión de una proteína de la que, en cierta manera, depende que el patógeno campe a sus anchas dentro del animal infectado. Se trata del gen FOXP3, presente en un linfocito regulador que suprime la respuesta inmunitaria del organismo infectado, es decir, una proteína que manda el falso mensaje de que todo está bien al sistema defensivo del organismo.
Según los resultados de la investigación, desde el primer día que se produce la infección en la oveja, se incrementa la expresión génica de esta proteína en los tejidos por los que circula el patógeno. Este incremento no es fruto de la casualidad. El propio parásito, de alguna forma, se encarga de estimular la proliferación de este gen para suprimir la respuesta inmunitaria del hospedador y sobrevivir mejor en su interior.
El mismo estudio ha conseguido validar en ovejas tres genes de referencia o constitutivos para ser usados como controles en técnicas de PCR cuantitativa, una técnica de biología molecular que de un modo sencillo y rápido permite la cuantificación simultánea de transcritos de decenas de genes implicados en un determinado proceso biológico. Estos genes fueron seleccionados entre una decena de genes candidatos analizados y de ahora en adelante permitirán estudiar con más profundidad la relación huésped-patógeno. Y lo harán porque se convertirán en los marcadores que la ciencia necesita para analizar la actividad de las citocinas, una especie de intermediarias que consiguen activar a las células inflamatorias responsables de la respuesta inmunitaria.