La Cabra blanca de Rasquera y la Vaca pallaresa se incluirán en el Catálogo Oficial de Razas
El Departamento de Agricultura ha defendido ante la Comisión Nacional de Coordinación para la Conservación, la Mejora y el Fomento de Razas Ganaderas la propuesta de modificación del Catálogo Oficial de Razas para incluir dos razas autóctonas catalanas: la Cabra blanca de Rasquera y la Vaca pallaresa. Esta modificación ha sido aprobada por la Comisión y próximamente se incluirán en el Catálogo mediante la publicación en el BOE.
La Vaca pallaresa llegó al Pirineo de Lleida hacia el año 1750 procedente del norte de Europa, en la casa Tort de Alòs d'Isil (Pallars Sobirà), y se implantó por toda la comarca. Actualmente, es en verdadero peligro de extinción, ya que a fecha de diciembre de 2014 había un censo de 43 animales adultos distribuidos en 4 ganaderías. Se ha creado el libro genealógico que establece el estándar racial y la reglamentación específica y se ha elaborado un Plan de conservación avalado por la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona. En el año 2012, con tres socios fundadores a los que, posteriormente, se añadió otro, se creó la Asociación de Criadores de Vaca Pallaresa con sede en Besan (Lleida).

La Cabra blanca de Rasquera está localizada en las comarcas de las Tierras del Ebro. Se hace referencia a la población caprina en estos lugares a las ordenanzas municipales de la Villa de Rasquera en 1573. Esta población tuvo su máximo esplendor en la década de los años 50, cuando su censo sobrepasaba los 30.000 ejemplares en las comarcas tarraconenses. No obstante, la regresión progresiva en las últimas décadas ha supuesto una disminución en el censo hasta clasificarla como una raza en peligro de extinción. Su censo disminuyó hasta 5.000 individuos reproductores, aunque en la última década (2004-2013), y gracias al Programa de conservación que se está desarrollando, se ha incrementado el número de ejemplares a 5.894 individuos reproductores. El libro genealógico que establece el estándar racial se creó en el año 2011.
La importancia de la inclusión de estas razas en el Catálogo de razas del Ministerio constituye un paso fundamental para su mantenimiento con el fin de mantener la diversidad genética de razas mejor adaptadas a medios de elevada rusticidad.