Cruce caprino con alto potencial cárnico
Según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, el número de cabritos lechales sacrificados en 2011 fue de 1.140.362, con un peso medio de la canal de 5 kg, mientras que sólo se sacrificaron 79.178 cabritos de cebo con un peso medio de 15,6 kg. Una de las razones del bajo peso de venta de los cabritos viene dada por la pobre ganancia de peso diaria que presentan, “la mayoría de razas de caprino explotadas son de aptitud lechera, y en la mayoría de los casos los cabritos de estas razas presentan deficientes características de crecimiento”, revela Nemesio Fernández, Catedrático de Producción Animal de la Universitat Politècnica de València.
Cabrito procedente del cruce entre Murciano Granadino y semental Boer.
Cruce de razas
El cruce entre razas o líneas genéticas, es una práctica muy común en las explotaciones que producen animales de abasto por la mejora en las características productivas que los nuevos cruces puedan tener. Hace décadas que el sector vacuno cruza con éxito razas como la Frisona, lechera, con ejemplares de aptitud cárnica como el Charolés o Limousine, por ejemplo. Lo sorprendente es que en la actualidad no existen registros en Europa de cruces entre cabras lecheras y cabras de producción cárnica. Lo más habitual en las explotaciones caprinas es la obtención de animales de raza pura; “En una explotación lechera es preciso tener hembras de reposición, es decir, hembras más jóvenes que pasarán a remplazar a sus madres cuando éstas finalicen su vida productiva —explica Nemesio Fernández— La idea es que las hembras jóvenes sean más productivas que sus madres, por lo que las reproductoras de mayor producción lechera se inseminan con semen de machos mejorantes para su contribución genética positiva en la producción de leche. Aproximadamente, del total de las madres éstas constituyen entre el 30-40% del rebaño. Por lo tanto quedan entre el 60 y 70% de las madres reproductoras del rebaño disponibles para inseminar con otra raza con mayor especialización en la producción de carne”.
Cabritos murcianos a la izquierda y cabritos cruzados a la derecha.
El Instituto de Ciencia y Tecnología Animal de la UPV, en colaboración con el Centro de Investigación y Tecnología Animal, ha llevado a cabo un trabajo que analiza las características de crecimiento de los cabritos Murciano Granadinos, lecheros, cruzados con ejemplares de la raza Boer, de aptitud cárnica. La cabra murciano granadina es una gran productora de leche, y aunque la producción cárnica no es su objetivo principal, su calidad es nacionalmente reconocida considerándose una de las carnes más cotizadas del mercado. Por otro lado, la raza caprina Boer, originaria de Sudáfrica, es considerada por muchos como la mejor raza de carne a nivel mundial.
La raza caprina Boer es considerada una de las mayores productoras de carne.
El experimento, que se llevó a cabo en la granja de pequeños rumiantes del Icta, consistió en la comparación del peso en el nacimiento, ganancia de peso media diaria, índice de conversión de lactoreemplazantes y principales características de la canal de cabritos Murciano Granadinos puros y cabritos cruzados. Tras el periodo de experimentación, los expertos pudieron comprobar que el peso al nacer de los cabritos cruzados era un 34% superior al de lo cabritos GM puros, alcanzando los 9 kg de peso en 35 días por los 53 días de los cabritos puros. El ahorro de leche en polvo era de 2,3 kg en los cabritos cruzados, suponiendo un ahorro de los ganaderos de 6,3€ por cabrito.
Los cabritos cruzados alcanzan los 9 kg 18 días antes que los cabritos de raza pura Granadino Murciano.
Doble beneficio
Según Nemesio Fernández, el resultado del cruce se traduce en un ejemplar “con mejores características de crecimiento que los cabritos puros” y con “un incremento de las características cárnicas de los cabritos destinados al mercado de la carne”. Los investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología Animal de la UPV no han encontrado ninguna diferencia en las particularidades de la canal y los rendimientos cárnicos entre los cabritos cruzados de Boer y los MG puros, parámetro de especial importancia para la comercialización de la carne. Aun así, en la actualidad se encuentran realizando análisis de composición química y tisular de la carne, y realizarán evaluaciones sensoriales entre consumidores y catadores expertos para comprobar si existe alguna diferencia en el sabor del producto final. Para el investigador de la UPV los beneficios son claros: “En lactancia artificial, el ganadero ahorraría 18 días de trabajo y 6,3€ por cada cabrito producido en el gasto de leche maternizada, y, posiblemente, obtendría un mejor precio de venta, ya que tienen más carne comestible y mejor conformación carnicera”.