La revolución de la inteligencia artificial en la cadena alimentaria

La inteligencia artificial (IA) es un área multidisciplinaria que combina ramas de la ciencia como la lógica, la computación y la filosofía, y se encarga de diseñar y crear entidades artificiales que son capaces de resolver problemas o realizar tareas por sí mismas, utilizando algoritmos y paradigmas de comportamiento humano. Esta tecnología debe seguir evolucionando para adaptarse a las necesidades de las empresas, aprendiendo de errores pasados y mejorando la precisión y eficiencia en distintas aplicaciones. Asimismo, las empresas deben continuar adaptando sus procesos y productos para aprovechar al máximo las capacidades de la IA, integrándola de manera que complemente y optimice el trabajo humano en lugar de reemplazarlo. Esto implica una inversión continua en investigación y desarrollo, así como en la capacitación del personal para trabajar en armonía con tecnologías avanzadas.

Dentro de la IA existe una subcategoría que se centra en la creación de contenido nuevo y original utilizando algoritmos de machine learning. A diferencia de otras formas de IA que analizan y clasifican datos existentes, la IA Generativa (GenIA) produce datos sintéticos que no existían con anterioridad, imitando datos reales.

Ha pasado de ser un tema futurista a una realidad en tiempo récord, impulsando la innovación en cada aspecto de nuestras vidas. A medida que se siguen actualizando y desarrollando avances para este tipo de tecnologías, las industrias experimentan un crecimiento exponencial del uso de estas herramientas en cada proceso productivo de una empresa.

La IA afectará profundamente la forma en que las empresas y los gobiernos interactúan tanto con los consumidores como con los ciudadanos. Desde los avances en diagnósticos genéticos hasta la automatización industrial, estos cambios generalizados tendrán importantes implicaciones económicas, sociales y cívicas.

El sector agroalimentario no es una excepción, y se está trabajando para incorporar esta tecnología a lo largo de toda la cadena de valor. En un mundo dónde la demanda de alimentos crece exponencialmente, la IA se presenta como una solución innovadora y esencial para enfrentar los desafíos de la producción sostenible, la optimización de recursos y la mejora de la calidad de los productos alimentarios.

El cambio climático con el calentamiento global amenaza la subsistencia de muchos cultivos y su productividad. Las temperaturas más cálidas, los fenómenos extremos, la escasez de lluvias y la variabilidad climática dificultan la planificación agraria. Este hecho sumado al crecimiento constante de la población global hace que cada vez se necesiten más alimentos. El Banco Mundial calcula que se requerirá producir un 70% más de comida cuando la población mundial alcance los 9.000 millones, en torno a 2050.

La IA está orquestando una transformación notable en el sector agrícola, remodelando la agricultura, mejorando su eficiencia, productividad y sostenibilidad.

Un ejemplo de ello lo aplica la empresa John Deere, que integra la IA en su equipamiento agrícola para facilitar la agricultura de precisión, incrementando los rendimientos de los cultivos en un 10-15%. Los sistemas de IA analizan datos de sensores de suelo, informes meteorológicos y patrones de crecimiento de cultivos para optimizar la siembra, el riego y la cosecha. Esta gestión precisa los insumos agrícolas, mejora la eficiencia del rendimiento y la sostenibilidad, al reducir el desperdicio y minimizar el uso de agua y productos químicos.

En esta misma línea John Deere y SpaceX, liderada por Elon Musk, han anunciado un acuerdo de colaboración, para facilitar conexión a internet vía Starlink, a las explotaciones, lo que les permitirá utilizar el conjunto de tecnologías agrícolas de Deere.

Las empresas están bajo una inmensa presión para innovar constantemente y ofrecer productos alineados con los requerimientos de los consumidores y que mejoren su retorno de inversión. Una encuesta de McKinsey revela que el 84% de los ejecutivos están de acuerdo en que la innovación es clave para el crecimiento. Curiosamente, las empresas líderes de mercado obtuvieron casi el doble de ingresos de productos y servicios que no existían un año antes. Los datos demuestran que la innovación constante es fundamental para prosperar en un mercado competitivo.

La capacidad de la GenIA para complementar el desarrollo de productos en la industria alimentaria es enorme. Las empresas han usado durante mucho tiempo la automatización para reducir algunos de los aspectos más mundanos de la carga de trabajo del desarrollo. Con la GenIA la expectativa es que, al extenderse aún más, y de manera más profunda, en los aspectos más creativos del proceso, los equipos estarán más libres para concentrarse en las características más críticas e innovadoras del producto, contribuyendo de manera más directa y sustancial al valor del negocio.

De esta forma, marcas como Danone, lideres de mercado, aprovechando el poder de la IA, tiene como objetivo mejorar su oferta de productos, captar las tendencias de consumidores y obtener ventaja competitiva en el mercado.

La seguridad alimentaria es un pilar fundamental en la industria agroalimentaria, ya que garantiza que los alimentos consumidos sean seguros, nutritivos y adecuados para el consumo humano. La calidad es un aspecto intrínsecamente ligado a la seguridad alimentaria en la industria, amplía el concepto de seguridad alimentaria, incluyendo aspectos como la homogeneidad y cumplimiento de estándares, para garantizar un producto apto para su consumo.

PepsiCo utiliza un ‘cerebro artificial’ llamado Bonsai para asegurar una calidad de producto homogénea durante la producción. Este agente de IA controla de manera autónoma los parámetros del extrusor, ajustando variables como la temperatura y la humedad para mantener la calidad deseada. Athina Kanioura, responsible de Estrategia y Transformación en PepsiCo, apuntaba en una entrevista a The Economic Times la previsión de una mayor autonomía para el proyecto Bonsai, con el objetivo de mejorar la eficiencia operativa y la producción, mientras se mantiene la calidad distintiva de su gama de productos.

Las cadenas de suministro son la columna vertebral de la industria alimentaria. La IA en la cadena de suministro ayuda a rastrear productos desde la cosecha hasta los canales de distribución y a gestionar inventarios con mayor precisión.

La IA también ayuda a establecer una mejor vigilancia de los estándares alimentarios, probando productos en cada nivel y garantizando configuraciones de higiene alimentaria en diferentes escenarios operativos.

La inteligencia artificial (IA) en la cadena de suministro de alimentos ofrece numerosos beneficios clave. Permite la previsión precisa de la demanda y precios, optimiza la gestión de inventarios y la logística, y reduce los desperdicios de alimentos, especialmente los perecederos. Al analizar datos en tiempo real, ayuda a las empresas a ajustarse proactivamente a las demandas del mercado y a identificar posibles interrupciones, fortaleciendo así la resiliencia de las cadenas de suministro.

Mc Dondald’s anunció hace unos meses su incursión en la inteligencia artificial. La compañía tenía como objetivo la implementación de IA para la optimización de las operaciones y mejora de la experiencia de cliente, reduciendo los tiempos de espera y minimizando los errores en los pedidos.

Pero no todos los casos de uso de IA han resultado exitosos. En el caso de McDonald’s, la realidad no cumplió las expectativas. Clientes y empleados reportaron una serie de problemas que iban desde interfaces de usuario frustrantes hasta un procesamiento inexacto de los pedidos. Así pues, McDonald’s ha vuelto a lo básico, están recalibrando su apuesta por la IA.