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¿Tiene el amor algún efecto en la piel? la ciencia detrás del ‘love glow’
Redacción Belleza Pro12/02/2025
El amor no solo transforma nuestras emociones, sino que también deja una huella visible en nuestra piel. Esa luminosidad especial que parece surgir cuando estamos enamorados no es solo una percepción, sino un fenómeno científicamente comprobado. Según la farmacéutica Belén Acero, titular de Farmacia Avenida América y experta en dermofarmacia y nutrición, las hormonas del amor, como la dopamina, la oxitocina y la serotonina, desempeñan un papel clave en la salud cutánea, reduciendo el estrés, mejorando la circulación y potenciando el brillo natural del rostro.
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Pero, ¿es el amor el mejor tratamiento de belleza? exploramos cómo estas hormonas influyen en la piel y cómo podemos aprovechar sus beneficios incluso sin estar en una relación.
La oxitocina: la hormona del amor que equilibra la piel
Si el amor tuviera un componente estrella, sería la oxitocina, también conocida como la hormona del apego. Esta sustancia se libera en momentos de conexión emocional profunda, ya sea con una pareja, un amigo, un familiar o incluso una mascota.
“Cuando la oxitocina está en niveles altos, el cuerpo se relaja y los niveles de cortisol, la hormona del estrés, disminuyen”, explica Belén Acero. Esto es fundamental para la piel, ya que el cortisol en exceso puede provocar inflamación, deshidratación, producción excesiva de sebo e incluso acné.
Por lo tanto, estar enamorada, o simplemente experimentar emociones que eleven la oxitocina, ayuda a mantener la piel equilibrada, luminosa y libre de imperfecciones. Es como un tratamiento natural que trabaja desde dentro, promoviendo una textura más uniforme y saludable.
Dopamina y serotonina: los neurotransmisores del ‘glow’
El enamoramiento no solo nos hace sentir en las nubes, sino que también activa procesos biológicos que mejoran la apariencia de la piel. Dos neurotransmisores clave en este proceso son la dopamina y la serotonina.
Dopamina: energía y circulación activa
Conocida como la hormona del placer y la recompensa, la dopamina alcanza su punto más alto en los primeros estadios del enamoramiento. Este pico de dopamina mejora la microcirculación sanguínea, permitiendo que más oxígeno y nutrientes lleguen a la piel. ¿El resultado? un cutis más jugoso, terso y radiante, como si hubieras recibido un tratamiento facial express.
Serotonina: descanso y equilibrio en la piel
La serotonina, por otro lado, es la hormona del bienestar. “Cuando los niveles de serotonina son altos, el rostro refleja esa armonía interior”, comenta Belén Acero. Dormimos mejor, nos sentimos menos estresados y nuestra piel lo nota: menos ojeras, menos signos de fatiga y una apariencia más descansada.
Lo mejor de todo es que este efecto ‘love glow’ no es exclusivo del amor romántico. Escuchar tu canción favorita, hacer ejercicio, reír o incluso comer chocolate negro también estimulan la producción de dopamina y serotonina. Así que sí, una piel radiante puede provenir de un beso apasionado, pero también de una maratón de tu serie favorita o de disfrutar un postre delicioso.
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El amor como tratamiento antiimperfecciones
Uno de los mayores enemigos de la piel es el estrés crónico, ya que incrementa la producción de cortisol y provoca brotes de acné en la edad adulta.
“Cuando estamos bajo presión, las glándulas sebáceas se activan más de la cuenta, generando exceso de grasa y aumentando la inflamación cutánea”, explica Belén Acero. Aquí es donde el amor (o cualquier experiencia que genere bienestar) actúa como un tratamiento natural antiimperfecciones.
Al reducir el cortisol, la piel se mantiene más equilibrada, con menos tendencia a los brotes y una mejor retención de hidratación. Además, el enamoramiento suele motivarnos a cuidarnos más, comer mejor y dormir bien, creando la combinación ideal para un cutis saludable y luminoso.
El amor propio también cuenta
Pero, ¿qué pasa si no tienes pareja? nada. La buena noticia es que no necesitas estar en una relación para disfrutar de estos beneficios.
El amor propio y el autocuidado generan la misma respuesta química en el cuerpo. Cuando te dedicas tiempo a ti misma, ya sea con una rutina de skincare, una tarde de spa en casa o simplemente disfrutando de un libro con una taza de té, tu cuerpo produce oxitocina y serotonina, lo que tiene un impacto positivo en la salud de tu piel.
“El autocuidado no es solo una cuestión emocional, también es un hábito de belleza”, señala Belén Acero. Las personas que practican self-care de forma consciente suelen tener la piel más luminosa y equilibrada porque reducen el estrés y mejoran la calidad del sueño.
Así que sí, el amor propio es el mejor tratamiento facial. No es casualidad que después de un día dedicado a ti, tu piel se vea más descansada, jugosa y radiante. Dormir bien, alimentarte de forma equilibrada y moverte cada día, activan la circulación, reducen la inflamación y preservan el colágeno de la piel. Y si, además, incluyes un masaje facial con tu sérum favorito, el resultado será aún mejor.