CEEES organizó una jornada divulgativa en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas

Para analizar como este contexto puede afectar a nuestras gasolineras, el pasado 27 de septiembre, la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES) organizó una jornada divulgativa en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas bajo el título 'La transición energética que Europa merece y necesita'. Durante este evento, expertos en energía de toda Europa analizaron y debatieron sobre las diversas opciones disponibles para lograr una movilidad libre de emisiones.

El foro organizado por CEEES puso de manifiesto las preocupaciones inmediatas de la industria de los combustibles fósiles, y también las metas y consideraciones que están dando forma al futuro de la movilidad sostenible en Europa.

Durante la bienvenida del acto, Nuria Lekue, vicepresidenta de CEEES, recordó que “las estaciones de servicio hemos garantizado la movilidad en el pasado, la garantizamos en el presente y la seguiremos garantizando en el futuro, y nos iremos adaptando a las necesidades que nos transmitan nuestros clientes, como llevamos haciendo desde hace décadas”. Por su parte, la eurodiputada Susana Solís inauguró la jornada haciendo especial énfasis en el papel de Europa en la transición energética y su potencial para nuestro país.

Además, el debate contó con la participación de destacados representantes pertenecientes a diversas asociaciones europeas relacionadas con la industria energética y la movilidad sostenible, incluyendo a Gerardo Pérez, presidente de la Asociación Europea de Distribuidores y Reparadores de Vehículos (AECDR); Luis Cabra, presidente de FuelsEurope y Concawe (Asociación Europea de Productores de Combustibles); Nadège Leclercq, director de Relaciones Gubernamentales y Desarrollo de Mercado en Westport Fuel Systems / Eurogas; Daniel Fraile, director de políticas de Hydrogen Europe; David Carpintero, director general de Epure y presidente de Enza (European Net Zero Alliance); y Arturo Pérez de Lucía, vicepresidente de Avere (Asociación Europea de Electromovilidad).

Así, el foro sobre movilidad y medio ambiente organizado por CEEES puso de manifiesto no solo las preocupaciones inmediatas de la industria de los combustibles fósiles, sino también las metas y consideraciones clave que están dando forma al futuro de la movilidad sostenible en Europa.

Durante el evento los ponentes pusieron especial énfasis en la necesidad de conseguir un mayor grado de “certidumbre legislativa” para afrontar estas transformaciones. En este punto, la sesión se centró en la necesidad de establecer políticas claras y coherentes que brinden a todos los actores involucrados en la movilidad —fabricantes, industrias y consumidores— una visión clara del camino a seguir. “Sin una base legislativa sólida y predecible, la innovación y la inversión en tecnologías más limpias y sostenibles se ven obstaculizadas”, señaló Zoilo Ríos, asesor de Nuevas Energía del presidente de CEEES.

Por su parte, Susana Solís reconoció que “existe un contraste evidente entre las decisiones que se toman en Europa y la percepción en nuestras calles y carreteras. Creo que es responsabilidad de los eurodiputados que esto cambie, porque resulta notable que muchos ciudadanos europeos no comprenden completamente y se ven desbordados por todas estas medidas”.

El desafío de la certidumbre legislativa no se limita a la necesidad de políticas claras, sino que también abarca la simplificación normativa. En muchos países europeos, la regulación de la movilidad y los combustibles es compleja y a menudo contradictoria. En este punto, Ríos señaló que “existe un exceso de legislación, lo que dificulta la comprensión y el cumplimiento de las normativas por parte de las partes interesadas. La simplificación normativa es crucial para facilitar la transición hacia tecnologías más limpias y sostenibles, al tiempo que se reduce la carga administrativa y se promueve un entorno de negocios más eficiente”.

La diversidad tecnológica permite a la industria de la movilidad adaptarse a las necesidades y preferencias cambiantes de los consumidores.

“En mi opinión, muchas veces no escogemos la mejor opción en las instituciones europeas. Estas son decisiones derivadas de una negociación y un Parlamento que está dividido en estos temas y, en ocasiones, promueve más la salud que los puestos de trabajo. Esta se trata de una transición tecnológica, social y económica, y a veces una de estas patas queda olvidada”, apuntó Susana Solís.

Para Luis Cabra, “parece tan evidente que, con determinadas modificaciones regulatorias del Reglamento de Límites de Emisiones de Vehículos y siendo más abierto en su desarrollo para que sea más neutro tecnológicamente en todos los modos de transporte, podemos mejorar mucho la normativa”. Del mismo modo, el presidente de FuelsEurope reconoció la labor de Susana “para impulsar esa neutralidad tecnológica en el Parlamento Europeo”.

Además de la certidumbre legislativa y la simplificación normativa, también destacó la importancia de la agilidad en la transposición de directivas europeas a nivel nacional. Esto es esencial para garantizar que las políticas de la Unión Europea (UE) se implementen de manera efectiva en los Estados miembros, evitando demoras innecesarias que podrían obstaculizar la adopción de tecnologías más limpias.

La eurodiputada, Susana Solis, aseguró que  “el rol de los combustibles líquidos neutros en carbono resultará fundamental en la descarbonización”

Otro punto fundamental resaltado por los ponentes de la sesión fue la noción de que no existe una “tecnología ganadora” en la transición energética de la movilidad. Esto refleja la comprensión de que no hay una sola solución que aborde todos los desafíos ambientales y de movilidad. “La diversidad tecnológica es esencial para enfrentar estos desafíos de manera efectiva”, aseguró Zoilo Ríos.

En este punto, Cabra señaló que “nuestra asociación tiene una visión de la transformación de las refinerías 100% coherente y compatible con los objetivos de descarbonización del Pacto Verde. Este objetivo se puede conseguir progresivamente sustituyendo el petróleo que se recibe en nuestras refinerías por otras materias primas, de naturaleza orgánica, de naturaleza renovable o de CO₂ reciclado, que nos permitirán producir combustibles neutros en carbono. Estos carburantes no producen emisiones de CO₂ y son perfectamente utilizables en los vehículos actuales. Desde FuelsEurope esta es la visión que tenemos y además es aplicable a todos los modos de transporte”.

Además, el presidente de FuelsEurope añadió que “diferentes estudios demuestran que hay materias primas suficientes para producir hasta 160 millones de toneladas de combustibles neutros en carbono en el año 2050. Esta cantidad es suficiente para cubrir un segmento del transporte por carretera, aéreo y marítimo de forma perfectamente compatible con una fuerte electrificación de transporte de corta distancia. No hay necesidad de poner barreras a algo que es compatible, que es sinérgico y que, como muchos ya han empezado a exponer aquí, pueden resolver la movilidad de determinados segmentos del transporte”.

La Unión Europea ha establecido objetivos ambiciosos de descarbonización para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector de la movilidad. Para lograr estos objetivos, se necesitará una variedad de tecnologías y enfoques, que van desde la electrificación de vehículos hasta el desarrollo de combustibles alternativos como el hidrógeno o los biocombustibles avanzados. Ríos destacó que “la Comisión Europea reconoce esta diversidad tecnológica y planea evaluar el potencial de cada tecnología en una revisión que se llevará a cabo en el año 2027”.

En este punto, David Carpintero señaló que “necesitamos utilizar todas las soluciones sostenibles disponibles ahora mismo. Si no somos capaces de tener una actitud realmente inclusiva con todas las tecnologías este objetivo será poco más que un sueño”.

Este enfoque en la diversidad tecnológica resulta crucial, ya que permite a la industria de la movilidad adaptarse a las necesidades y preferencias cambiantes de los consumidores. No todos los usuarios de vehículos tendrán las mismas necesidades y no todos los tipos de viajes serán igualmente adecuados para todas las tecnologías. La elección de la tecnología adecuada dependerá de una serie de factores, incluido el tipo de viaje, la disponibilidad de infraestructura de carga o repostaje y las preferencias personales.

Una perspectiva fundamental es la importancia de considerar las emisiones a lo largo de todo el ciclo de vida de los vehículos y los combustibles. En lugar de centrarse únicamente en las emisiones del tubo de escape, se debe evaluar el impacto ambiental desde la extracción de recursos hasta la disposición final.

Tanto es así, que a principios de 2023 el Parlamento Europeo aprobó el paquete de medidas objetivo 55, un conjunto de propuestas encaminadas a revisar y actualizar la legislación de la Unión Europea (UE) y poner en marcha nuevas iniciativas con el fin de garantizar que las políticas de la UE se ajusten a los objetivos climáticos acordados por el Consejo y el Parlamento Europeo. Esta previsto que en este marco la Comisión presente una metodología para evaluar y comunicar datos sobre las emisiones de CO₂ durante todo el ciclo de vida de los automóviles y furgonetas vendidos en la UE. Esta metodología, que se espera para 2025, irá acompañada, cuando proceda, por diferentes propuestas legislativas.

Esta perspectiva refleja la creciente conciencia de la importancia de la economía circular en la movilidad. La consideración del ciclo de vida también tiene en cuenta aspectos como la eficiencia energética en la fabricación y el reciclaje de vehículos y baterías al final de su vida útil.

Al adoptar una visión integral de las emisiones a lo largo del ciclo de vida, se pueden identificar áreas de mejora y oportunidades para reducir aún más la huella ambiental de la movilidad. Esto promueve la toma de decisiones informadas y sostenibles por parte de fabricantes, industrias y consumidores.

“Sin embargo, el Parlamento y el Consejo dicen que esta reglamentación deberá recopilar los aspectos que faciliten una transición económicamente viable y socialmente justa hacia una movilidad por carretera sin emisiones. Es decir, son las propias instituciones europeas quienes se dan cuenta y plasman por escrito que la transición debe tener tres patas para ser exitosa: La medioambiental, la social y la económica”, aseveró Nuria Lekue.

La capacidad industrial de Europa se destaca como una oportunidad en el proceso de transición energética en la movilidad. La competencia global, incluida la creciente presencia de China en el mercado de la movilidad, ha generado una motivación adicional para que Europa mejore su competitividad y se adapte a las nuevas demandas. Esto es especialmente relevante en un momento en que la producción y el desarrollo de vehículos eléctricos, así como de tecnologías relacionadas con la movilidad sostenible, están experimentando un crecimiento significativo.

Sin ir más lejos, el pasado día 2 de octubre de 2023, la Comisión Europea aprobó la Adenda del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) de España, a través de la cual se movilizará de aquí a 2026 la totalidad e los fondos europeos Next Generation EU. En su conjunto, el Plan movilizará 163.000 millones de euros destinados, entre otras cosas, a las nuevas energías y el vehículo eléctrico (RepowerEU y Perte VEC).

En este punto, se puso de manifiesto como un el proceso de transición energética centrado exclusivamente en la electrificación de la movilidad puede suponer ciertos riesgos para el tejido industrial europeo. “Restringir el uso de los combustibles sintéticos provocará el cierre de un buen número de refinerías en Europa que podrían continuar con su actividad gracias a los combustibles líquidos neutros en carbono”, apuntó Luís Cabra.

La capacidad industrial europea no solo tiene el potencial de satisfacer la demanda interna de vehículos limpios y tecnologías relacionadas, sino también de convertirse en un exportador importante en el mercado global de movilidad sostenible. Sin embargo, para aprovechar esta oportunidad, es esencial que las industrias europeas se adapten a las cambiantes dinámicas del mercado.

Para alcanzar este objetivo, Ríos hizo hincapié en la importancia de mejorar la regulación para que las industrias puedan adaptarse de manera más fluida. En particular, destaca el caso del hidrógeno como un área donde se están llevando a cabo debates cruciales que deben desbloquearse. “La regulación debe ser un habilitador de la innovación y la adaptación, permitiendo a las empresas responder de manera efectiva a las nuevas tendencias y tecnologías en la movilidad sostenible”, añadió el responsable de nuevas energías de CEEES.

El presidente de FuelsEurope recordó que “la industria del refino española es la más competitiva de Europa, con empresas que quieren transformar sus instalaciones para producir combustibles renovables, neutros en carbono, que se podrán seguir utilizando mientras el motor de combustión no esté demonizado y prohibido”.

Una de las preocupaciones planteadas en la sesión es la necesidad de impulsar la innovación tecnológica en Europa. “Es crucial que el continente europeo no quede rezagado en la carrera global hacia la movilidad sostenible. La innovación es un motor clave para la competitividad y el liderazgo en el mercado global, y la movilidad sostenible no es una excepción”, señaló Zoilo Ríos.

Europa tiene una rica tradición de innovación en la industria automotriz y tecnológica, y es imperativo que esta tradición continúe en la era de la movilidad sostenible. La inversión en investigación y desarrollo, así como el fomento de la colaboración entre empresas, instituciones académicas y organismos gubernamentales, son elementos esenciales para impulsar la innovación en tecnologías limpias y soluciones de movilidad avanzadas.

“Creo que debemos debatir y sumar fuerzas entre todos los implicados en la transición energética, pero el primero que debe reconocer esto es el regulador. Es decir, no hay nada malo en promover todas las formas de descarbonización de la movilidad simultáneamente y las administraciones deben abrir las posibilidades a todas las opciones y establecer mecanismos que promuevan la inversión en todos los segmentos del transporte. Posteriormente, la competencia en el mercado y el desarrollo de la tecnología es lo que de verdad va a determinar si una opción u otra se acelera o todas van avanzando y conseguimos descarbonización del transporte con mayor velocidad”, apuntó Luís Cabra.

En esta misma línea, Ríos enfatizó la importancia de no enviar “mensajes falsos”. “La colaboración y la coordinación son fundamentales para aprovechar al máximo el potencial de la movilidad sostenible y la transición energética. En lugar de centrarse en soluciones únicas o agendas individuales, es esencial que todos los actores involucrados trabajen juntos para abordar los desafíos compartidos”, concluyó.

La financiación es un componente crítico de cualquier transición importante, y en la movilidad no es la excepción. En este punto, todos los presentes en el debate destacaron la necesidad de aprovechar los fondos europeos destinados a la movilidad sostenible. Estas ayudas pueden jugar un papel crucial en la inversión en infraestructura de carga, desarrollo de tecnologías limpias y apoyo a la investigación y desarrollo en el campo de la movilidad.

Sin embargo, es importante que estos fondos lleguen a toda la cadena de movilidad. Ríos advirtió que “la concentración de recursos en una sola parte de la cadena puede crear desequilibrios y obstaculizar la transición global hacia la movilidad sostenible. Desde la fabricación de vehículos hasta la infraestructura de carga y las estaciones de servicio, todas las partes de la cadena son cruciales y deben recibir apoyo adecuado”.

A su vez, Luis apuntó que “alguien tiene que pagar y montar todas las infraestructuras necesarias para desarrollar esa transición energética. Finalmente, esto recaerá en los contribuyentes: las ayudas que necesitan las nuevas tecnologías, el vehículo eléctrico o los combustibles avanzados. Ese apoyo es especialmente necesario cuando la tecnología no está madura y la infraestructura no está desarrollada. Pero, al mismo tiempo, el regulador debe centrarse en facilitar la inversión privada. Al final, si no movilizamos la inversión privada, no vamos a conseguir los objetivos y esto no solo se consigue con ayudas y subvenciones, se hace con regulación abierta e inclusiva”.

Además de los fondos europeos, los ponentes enfatizaron la necesidad de promover la inversión privada. “La participación activa del sector privado es esencial para acelerar la adopción de tecnologías limpias y sostenibles en la movilidad. La inversión privada no solo impulsa la innovación, sino que también puede ayudar a financiar la expansión de la infraestructura de carga y la construcción de estaciones de servicio más sostenibles”, señaló Cabra.

Por último, también se subrayó la importancia de una perspectiva de inclusión social en la transición energética y la movilidad sostenible. “Esta transición debe ser justa, inclusiva y pragmática. Debe tener en cuenta las necesidades y realidades de diferentes comunidades y grupos de población”, apuntó Susana Solís.

La adaptabilidad es fundamental para lograr una transición exitosa. La movilidad no es un concepto uniforme; varía según las necesidades, la geografía, la demografía y la economía de cada región. Lo que es adecuado para una región urbana densamente poblada puede no serlo para una zona rural con baja densidad de población. Por ello, la adaptabilidad implica personalizar la movilidad para satisfacer las necesidades en diferentes contextos y comunidades.

“Las personas de ingresos más bajos enfrentan desafíos significativos al intentar comprar vehículos eléctricos, y esto podría plantear una preocupación importante, ya que las restricciones en la movilidad pueden limitar los derechos de las personas. No debemos perder de vista tanto la industria como las implicaciones sociales, ya que estas decisiones tienen un impacto directo en muchas familias”, señaló Gerardo Pérez.