El objetivo de esta normativa es aumentar las estaciones de repostaje y recarga en toda la eurozona, y reducir considerablemente la huella de carbono del sector del transporte
El Consejo de la Unión Europea adopta un nuevo Reglamento sobre Infraestructura para los Combustibles Alternativos
El Consejo de la Unión Europea ha adoptado formalmente el Reglamento sobre la Infraestructura para los Combustibles Alternativos en Europa. Esta normativa se enmarca dentro del paquete de medidas “Objetivo 55”, una iniciativa presentada por la Comisión Europea el 14 de julio de 2021, con el propósito de reducir en al menos un 55% las emisiones netas de gases de efecto invernadero para el año 2030 y alcanzar la neutralidad climática en 2050.
Tras haber sido adoptado formalmente por el Consejo, el nuevo reglamento se publicará en el Diario Oficial de la Unión Europea después del verano y entrará en vigor a los 20 días de su publicación. Asimismo, las nuevas disposiciones se aplicarán a partir de los seis meses de la entrada en vigor del reglamento.
Entre otras cuestiones, el reglamento tiene como objetivo garantizar que los usuarios de vehículos eléctricos o de hidrógeno puedan pagar fácilmente en los puntos de recarga o repostaje.
El 2 de junio de 2022, el Consejo de Transportes alcanzó una orientación general sobre la propuesta y, tras las negociaciones con el Parlamento Europeo, los dos colegisladores alcanzaron un acuerdo provisional sobre el Reglamento el 28 de marzo de 2023.
Por su parte, Raquel Sánchez Jiménez, ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana de España, expresó que “el nuevo Reglamento es un hito del paquete de medidas 'Objetivo 55', que prevé una mayor capacidad pública de recarga en las calles, las ciudades y las autopistas de toda Europa. Confiamos en que, en un futuro próximo, los ciudadanos puedan cargar sus coches eléctricos con la misma facilidad con la que repostan ahora en las gasolineras tradicionales”.
Objetivos de implantación para los años 2025 y 2030
Entre los objetivos del nuevo reglamento destacan la instalación de estaciones de recarga rápida de al menos 150 kW para turismos y furgonetas cada 60 km en los principales corredores de transporte de la Unión Europea, conocida como “red transeuropea de transporte (RTE-T)”. Asimismo, se prevé que para 2025 se instalen estaciones de recarga para vehículos pesados con una potencia disponible mínima de 350 kW cada 60 km en la red básica de la RTE-T y cada 100 km en la red global de la RTE-T más amplia. Al mismo tiempo, la red deberá que tener una cobertura completa para 2030
Para el año 2030, se busca una cobertura completa de estaciones de repostaje de hidrógeno para automóviles y furgonetas en todos los nodos urbanos y cada 200 km en la red básica de la RTE-T.
Además, los puertos marítimos que reciban grandes buques de pasaje o buques portacontenedores deberán suministrar electricidad en puerto para dichos buques. Los aeropuertos también deberán proporcionar electricidad a las aeronaves estacionadas en todas las puertas para 2025 y en todos los puestos de estacionamiento remotos para 2030.
El reglamento también tiene como objetivo garantizar que los usuarios de vehículos eléctricos o de hidrógeno puedan pagar fácilmente en los puntos de recarga o repostaje con tarjetas de pago o dispositivos sin contacto, sin necesidad de suscripción, y con precios totalmente transparentes. Además, los operadores de los puntos de recarga o repostaje deberán proporcionar información completa a los consumidores a través de medios electrónicos sobre la disponibilidad, el tiempo de espera y los precios en diferentes estaciones.