Estaciones de servicio e hidrógeno, pareja de éxito
Propiedad del conocido empresario Juan Santos, tesorero de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio, CEEES, la estación de servicio aspira a convertirse en un laboratorio de nuevas soluciones, tanto energéticas como digitales. El objetivo es claro: dar respuesta a las demandas de la sociedad, que empujada por las normas comunitarias y nacionales se encamina a una movilidad más sostenible. Este esfuerzo también engloba las nuevas herramientas digitales, que facilitan un mayor conocimiento de los usuarios, quienes ven cómo sus gustos y hábitos son atendidos por una instalación, la estación de servicio, que es mucho más que una acumulación de ofertas y productos.
Más allá de la puesta de largo de la hidrogenera (habrá que buscar una denominación más adecuada, porque la terminación ‘era’ corre el peligro de convertirse en un ‘todo vale’ que lo mismo sirve para una gasolinera, una electrolinera, una gasinera y también designa a un punto de suministro de hidrógeno para automoción), de la que tienen información unas páginas más adelante, nos interesaba conocer cuáles son los objetivos que busca la empresa madrileña, apoyada desde el principio del proyecto por la CEEES. Un proyecto que se gestó durante años y en el cual han colaborado, además de la patronal presidida por Jorge de Benito, Toyota España, Enagás -a través de Scale Gas-, Urbaser, Carburos Metálicos, Sumitomo Corporation España y Altereco, empresa de ingeniería que ha llevado a cabo diversas tareas en la instalación y puesta en marcha de la nueva infraestructura.
Juan Santos Laguna, hijo del tesorero de CEEES, Nacho Rabadán, director general de la confederación, y Gustavo Mezquita, asesor técnico del colectivo empresarial, nos atienden una soleada tarde de febrero en la estación de servicio y nos transmiten sus impresiones sobre las consecuencias de esta apertura, llevada a cabo, como remarcan en varias ocasiones nuestros interlocutores, por un empresario independiente.
“Nuestra intención al inaugurar esta hidrogenera es romper esa pescadilla que se muerde la cola según la cual no hay vehículos de hidrógeno porque no hay una red de repostaje, y no existen más puntos de abastecimiento de hidrógeno porque no hay vehículos que lo utilicen como fuente de energía”, relata Santos Laguna.
“Lo que pretendemos demostrar con la inversión que hemos realizado en esta hidrogenera es que este tipo de instalaciones son plenamente operativas, seguras y que ofrecen un servicio a un tipo de vehículos, los de pila de combustible, que irán incrementando su presencia en el parque rodante con el paso de los años”, agrega, para añadir que con la puesta en marcha de esta instalación “se pone de relevancia el papel que jugamos los empresarios independientes”.
“El sector”, continúa Santos Laguna, “vive un momento muy convulso condicionado, por un lado, por la caída en las ventas debido a las restricciones sobre la movilidad, y por otro porque el futuro es muy incierto, ya que en la actualidad empiezan a convivir diferentes tecnologías, combustibles y fuentes energéticas y hay muchas dudas sobre cuáles de ellas serán interesantes tanto para la sociedad como rentables para el sector”.
Fiebre por el hidrógeno
Desde la aprobación de la ‘Hoja de Ruta del Hidrógeno: una apuesta por el Hidrógeno Renovable’, el 6 de octubre de 2020, se han hecho públicos varios proyectos en los que se anuncian inversiones, en algunos casos milmillonarias, para obtener hidrógeno verde. Le preguntamos a Gustavo Mezquita si no se estará cayendo en algo tan nuestro como establecer una carrera para publicitar ‘la mayor instalación de Europa’ sin tener en cuenta factores como la demanda o la rentabilidad final de esas iniciativas empresariales.
El asesor técnico de la CEEES responde que “por muchas notas de prensa que se emitan con grandes planes, lo más adecuado es ver lo que está ocurriendo y evaluar realidades, no proyectos. Y lo que tenemos aquí es una realidad. Es una realidad que ha cuajado gracias a la colaboración de Enagás, a San Antonio, a Toyota, a CEEES… y a la que se han sumado esfuerzos de empresas españolas, como Altereco, Carburos Metálicos o Urbaser”.
No obstante, el también consejero delegado de Altereco afirma que “todo apunta a que sí, que el hidrógeno va a cuajar, por lo que muchas empresas y sectores económicos se están posicionando, pero ahora hay que empezar a ver realidades”.
En este punto de la conversación se une el director general de CEEES, quien mantiene que “aquí la cuestión no es cuántas mega plantas de producción de hidrógeno se pondrán en marcha. Se trata de materializar proyectos de demostración como este, un proyecto que ya está plenamente operativo. (…) A partir de ahora, lo que tenemos que hacer nosotros desde CEEES es estar muy atentos a las posibilidades que se abren para nuestros asociados, porque es evidente que otros actores están en disposición de realizar fuertes inversiones en este terreno”.
Rabadán señala que “hay una fiebre del hidrógeno desde hace unos meses, pero este proyecto se ha gestado desde hace años. Y eso a pesar de que el hidrógeno no será una opción válida para su uso en la movilidad privada hasta dentro de unos años. Y cuando lo sea no lo será para todas las estaciones de servicio. Lo que quiero decir es que los árboles deben dejar que sigamos viendo el bosque. Vamos a seguir suministrando hidrocarburos durante muchísimos años. No podemos cegarnos con iniciativas como la que ha materializado aquí la empresa San Antonio, que es un proyecto precioso, muy ambicioso y del que estamos muy orgullosos. Pero no debemos olvidar que la transición energética que inevitablemente se debe producir tiene que ser justa. Y cuando digo justa me refiero a que sea justa desde un punto de vista integral: económicamente, socialmente, laboralmente, etcétera”.
El director general de CEEES apunta que “hay ocasiones en las que cuando se habla de una transición justa se piensa automáticamente en las cuencas mineras, pero para el sector de las estaciones de servicio la transición energética es como si toda España fuera una cuenca minera afectada por una reconversión”.
Mezquita remarca que la puesta en marcha de la instalación de suministro de hidrógeno “es la constatación del cumplimiento del Plan Estratégico de CEEES, que abre paso a las nuevas soluciones de movilidad. Éste es un ejemplo clarísimo de los avances que está protagonizando la Junta Directiva de CEEES desde hace un par de años. Ésta es la primera de varias realidades que se van a materializar, porque no vamos a parar de innovar y avanzar para ofrecer a los asociados las mejores herramientas y los más innovadores conocimientos para que puedan tomar las decisiones más adecuadas para sus negocios”, enfatiza.
En cuanto a los retos técnicos que ha supuesto la puesta en marcha de la instalación, Mezquita apunta que “el principal reto ha sido hacer algo nuevo por primera vez. Técnicamente ha sido posible y quizá la instalación del módulo ha sido lo más complicado por el espacio disponible y las importantes limitaciones de distancias. (…) También ha sido un éxito en el sentido de que hemos confirmado que en CEEES tenemos la capacidad de llevar a cabo iniciativas innovadoras. En cuanto al grupo empresarial dentro del cual está Altereco, este proyecto ha sido uno de los que ha permitido la creación de una sociedad, Wolftank H2, que desarrolla soluciones para este tipo de instalaciones y que ya ha ganado tres concursos en Italia de otras tantas hidrogeneras con una inversión unitaria de casi tres millones de euros”.
“Como confederación empresarial, que aglutina sobre todo a pymes y micropymes, tenemos la responsabilidad de ejercer una labor de vanguardia, de punta de lanza, y de ir derribando algunas puertas de resistencia al cambio que puede haber incluso dentro de nuestra organización y explicar a nuestros asociados que sí, que se pueden hacer las cosas de otra manera”, declara Rabadán.
No obstante, Macho Rabadán admite que “el problema que nos encontramos con los combustibles alternativos a los derivados del petróleo es que, por muy pequeña que sea la inversión para ampliar la oferta energética, el retorno es nulo. Esta es otra de las razones por las que estamos solicitando fondos europeos. Nosotros sabemos, como lo sabe la Administración, que avanzar hacia una economía sin carbono a nosotros no sé si nos beneficia, pero desde luego a quien va a beneficiar es a la sociedad. Si al final la beneficiaria es la sociedad en su conjunto, tendría que ser la administración en su conjunto la que rompiera ese dilema, al menos en una fase inicial”.
Explotar las fortalezas de las estaciones de servicio
“Este proceso de descarbonización de la movilidad nos está sirviendo para subir la moral de los empresarios. A veces se nos olvida, pero tenemos las mejores ubicaciones, contamos con el recuerdo del consumidor, que si adquiere un vehículo con una nueva fuente energética irá en primer lugar a su estación de servicio de toda la vida para repostar por primera vez. Ese recuerdo en el consumidor”, asegura Rabadán, “es un activo valiosísimo”.
“Y es aquí donde las administraciones deben darse cuenta de que lo que no podemos es hacernos trampas al solitario. Si la Ruta del Hidrógeno aprobada contempla que en 2030 debe haber 150 hidrogeneras operativas, el objetivo es que se ubiquen creando una malla adecuada para favorecer la utilización de este nuevo vector energético en el transporte terrestre. Y lo más lógico es que se instalen en estaciones de servicio, que son el punto de referencia para el suministro de energías para la movilidad y que tienen los mejores accesos, las mejores instalaciones y el recuerdo del consumidor. La Administración debería darse cuenta de esto. Confiamos en que las administraciones no se limiten a poner chinchetas en un mapa y decir ‘hemos cumplido’… Esa no es la mejor vía para avanzar hacia una economía baja en carbono”, advierte el director general de CEEES.
“Aquí hay dos opciones”, interviene Mezquita, “o se opta por poner chinchetas en un mapa o esta red de puntos de repostaje de hidrógeno se impulsa para convertirlo en un proyecto de tracción. Hay un valor inequívoco en una estación de servicio y es que cualquier producto o servicio que se añada a una estación genera tracción, tanto de forma directa como indirecta, porque el tráfico de vehículos y personas genera negocio, lo que convierte a las estaciones de servicio en los lugares idóneos en los que instalar puntos de suministro de cualquier energía”.
“Creo que la Administración”, tercia Rabadán, “está intentado hacer las cosas de otra forma. Nosotros tenemos contactos frecuentes y profundos con las administraciones y creemos que es así. Además, no podemos olvidar que esto es nuevo para todos los actores: para las administraciones, para nuestros proveedores, para los empresarios de estaciones de servicio”.
“En cuanto a las ubicaciones de los puntos de suministro de hidrógeno, esa tracción de la que habla Gustavo que se genera en dos sentidos: a nivel interno en el sector, y desde un punto de vista externo, de cara a la sociedad, en cuanto a la demanda de vehículos se refiere. Si las instalaciones son modernas, están bien cuidadas, son amigables y cómodas, será más fácil que los consumidores estén dispuestos a contemplar la adquisición de un vehículo alimentado por hidrógeno”.
El hecho de que las dificultades para descarbonizar el transporte pesado sean mayores que las que deben superarse en el caso de los turismos, convierte a los vehículos industriales en los destinatarios más adecuados del hidrógeno como fuente energética. “El hidrógeno será muy relevante para asegurar el transporte de mercancías”, afirma Rabadán, quien añade que una flota de transportes “no puede permitirse desviar sus camiones de las principales rutas para repostar, porque eso altera los tiempos de conducción y descanso, entre otros inconvenientes. Sería absurdo generar una infraestructura paralela cuando ya existe una adaptada a las necesidades del sector logístico y de los transportistas. Debe haber una red suficientemente tupida y mallada como para que las empresas de transporte no tengan que añadir más problemas a su actividad, que ya es muy exigente”, apostilla el director general de CEEES.
“El reto no es llegar a una cifra de hidrogeneras ubicadas sin orden ni concierto, sino que estén en aquellos lugares en los que resulten útiles para la logística y el transporte, en los corredores más utilizados por los vehículos pesados. Y ese es un valor que también estamos transmitiendo a la Administración, todo el conocimiento que tenemos de nuestra actividad, de nuestros clientes para decirles dónde tiene sentido abrir una hidrogenera”, remarca Rabadán.
Nacho Rabadán, director general de CEEES: “Tenemos las infraestructuras, tenemos las mejores ubicaciones… las estaciones de servicio son el lugar idóneo para acoger una red de hidrogeneras”