En Molina de Segura (Murcia)
Eroski, condenada a pagar 2.110 euros por causar una avería por combustible en mal estado
Revista Estaciones de servicio11/03/2013
Eroski molina
El juzgado de Instrucción número 1 de Molina de Segura (Murcia) ha condenado a la gasolinera que Eroski abandera en este municipio a pagar 2.110 euros a una clienta por los daños sufridos en su automóvil, que, según entiende el tribunal, tuvieron como causa determinante el mal estado del combustible repostado.
Los hechos que han merecido la condena se produjeron el 26 de noviembre de 2010 cuando, tras repostar 36 euros en la gasolinera Eroski de Molina de Segura, la demandante detuvo su vehículo algunos kilómetros más allá. Cuando intentó arrancarlo de nuevo, el coche no respondió.
Una grúa trasladó el automóvil a un taller, donde extrajeron una muestra de combustible que, según explica la sentencia, era prácticamente agua. La declaración del mecánico que extrajo el carburante ha sido calificada por el juzgado de Instrucción como de enorme valor y trascendencia probatoria dada la inexistencia de relación con las partes.
El operario del taller aseguró que el problema sufrido por el vehículo se debía, sin ningún género de dudas, al mal estado del combustible. Según el juez, la declaración de este testigo, mecánico de profesión y con muchos años de experiencia, no deja lugar a dudas sobre la existencia o concurrencia en el presente supuesto de la exigida relación de causalidad.
Por ello, el citado tribunal ha condenado a la gasolinera Eroski a hacer frente a los 2.074 euros que costó la reparación, cantidad a la que ha añadido el importe del carburante repostado y los intereses que esa cifra ha generado a lo largo de algo más de dos años.
Los hechos que han merecido la condena se produjeron el 26 de noviembre de 2010 cuando, tras repostar 36 euros en la gasolinera Eroski de Molina de Segura, la demandante detuvo su vehículo algunos kilómetros más allá. Cuando intentó arrancarlo de nuevo, el coche no respondió.
Una grúa trasladó el automóvil a un taller, donde extrajeron una muestra de combustible que, según explica la sentencia, era prácticamente agua. La declaración del mecánico que extrajo el carburante ha sido calificada por el juzgado de Instrucción como de enorme valor y trascendencia probatoria dada la inexistencia de relación con las partes.
El operario del taller aseguró que el problema sufrido por el vehículo se debía, sin ningún género de dudas, al mal estado del combustible. Según el juez, la declaración de este testigo, mecánico de profesión y con muchos años de experiencia, no deja lugar a dudas sobre la existencia o concurrencia en el presente supuesto de la exigida relación de causalidad.
Por ello, el citado tribunal ha condenado a la gasolinera Eroski a hacer frente a los 2.074 euros que costó la reparación, cantidad a la que ha añadido el importe del carburante repostado y los intereses que esa cifra ha generado a lo largo de algo más de dos años.