La OCDE solicita la supresión de los 565.000 millones de ayudas que reciben los combustibles fósiles
Cuatro organizaciones internacionales, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la Agencia para la Energía Nuclear (AEN) y el Foro Internacional del Transporte (FIT) han solicitado, en una declaración conjunta dirigida a los negociadores que participan en la Cumbre del Clima de París (COP21) que se pongan en práctica “políticas climáticas fuertes” y que se eliminen los casi 600.000 millones de dólares (más de 565.000 millones de euros) que los países distribuyen anualmente en ayudas para los combustibles fósiles” (petróleo, gas natural y carbón).
Estos cuatro organismos subrayan que las contribuciones climáticas nacionales presentadas por más de 170 partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático para la COP21 suponen “un gran paso adelante”, pero matizaron que “aún están lejos” para cumplir con el objetivo de reducir a menos de dos grados centígrados el aumento de la temperatura del planeta a finales de este siglo.
Por tanto, las organizaciones afirman que la conferencia internacional que se está celebrando en la capital francesa “debe impulsar y acelerar la transición hacia un futuro más limpio, más sano y más seguro” y consideran que una economía baja en emisiones de carbono a finales de este siglo “ya no es una esperanza, es una necesidad”.
“Necesitamos reducciones sustanciales y sostenidas en las emisiones de gases de efecto invernadero en las próximas décadas para limitar los riesgos climáticos y esto significa que los países necesitan acelerar en gran medida sus esfuerzos actuales de reducción de emisiones. Tenemos que aumentar la capacidad de recuperación de nuestras economías, en particular las de los países menos adelantados y vulnerables”, indicaron.
Las organizaciones citadas apuntan cinco vectores en los que es necesario avanzar para lograr que la Cumbre del Clima de París alcance sus objetivos, entre los que destacan un mayor compromiso en el incremento de la eficiencia energética y la “descarbonización” del transporte, que genera un 23% de las emisiones mundiales de CO2.
Asimismo, son partidarios de que se verifiquen los resultados obtenidos en el fomento de entornos bajos en emisiones de carbono, mediante el envío de una “fuerte señal” a empresas, gobiernos regionales, ciudades y bancos, ya que necesitan contar con la confianza necesaria “para planificar e invertir de manera rentable si la transición va a suceder”.