Las ventas de carburantes de automoción en Aragón han caído un 8,6 % desde el 1 de enero
Tras la implantación, el pasado 1 de enero, del Impuesto Especial de Hidrocarburos en Aragón, las ventas de carburantes de automoción en la región han caído un 8,6 %, según los datos recopilados por la Asociación de Estaciones de Servicio de Aragón (Aesar), cuyos máximos responsables, Pilar Soto, presidenta, y Zoilo Ríos, vicepresidente, comparecieron el 1 de marzo en la Comisión Parlamentaria de Comparecencias y Peticiones Ciudadanas de las Cortes aragonesas.
Fuentes de la patronal aragonesa subrayan que las intervenciones de Soto y Ríos fueron “clarificadoras y contundentes respecto a los incumplimientos en los que incurren las gasolineras desatendidas y la fatal aprobación del Impuesto Especial de Hidrocarburos”.
Tanto Pilar Soto como Zoilo Ríos reivindicaron el empleo estable, el servicio de calidad prestado en las gasolineras con personal y la supresión del citado gravamen autonómico. El vicepresidente de Aesar enumeró “las materias jurídicas y legales que incumplen dichas estaciones, no solo en la seguridad pública y la integridad de las personas, sino también en los incumplimientos en materia de consumo, Hacienda, discriminación hacia sectores más débiles de la sociedad como personas con capacidades diferentes o embarazadas, o la terrible consecuencia más directa que suponen, que es la destrucción sistemática del empleo”.
Por su parte, Soto “expuso datos concretos en los que se comprueba de forma cuantitativa las pérdidas económicas” generadas por la implantación del Impuesto Especial de Hidrocarburos, que “coloca en clara desventaja a las empresas de sector (estaciones de servicio, transportistas, taxistas, empresas de logística, etc..) de nuestra comunidad frente a las empresas de otras comunidades; por otro, incide directamente en el precio final del carburante, por lo que son los ciudadanos los que van a notar el gravamen en su bolsillo”.
Asimismo, desde Aesar se apunta que esta tasa autonómica “supone la pérdida de recaudación a largo plazo por vía de otros impuestos (como el IVA)”, y se recuerda que varias comunidades autónomas que en su día lo implantaron, como Cantabria o Castilla León, decidieron eliminarlo “puesto que sí es una vía de recaudación rápida e inminente, pero a la larga conlleva una pérdida de recaudación en cómputo total”.