Los peatones se sienten más seguros en calles iluminadas con luz blanca
En este trabajo participaron 275 peatones de Granada, a quienes se aplicó un cuestionario tras transitar por las calles en un horario en el que el alumbrado público estuviese funcionando para que sus respuestas no se viesen condicionadas por recuerdos u otras impresiones ajenas al objeto del estudio. Este trabajo sugiere además que las luces con alto contenido en longitudes de onda azules (como algunas de las empleadas en el alumbrado público de luz blanca) producen una mayor inhibición de melatonina, la “hormona del sueño”, algo que ya había sido identificado en estudios de laboratorio por grupos de todo el mundo y que, por primera vez, los investigadores han comprobado para el alumbrado público en condiciones reales de tránsito, a partir de las respuestas subjetivas de los peatones.
No obstante, los autores del trabajo advierten que la cuantificación de parámetros fisiológicos como la inhibición de melatonina o la secreción de cortisol, ambos muy relacionados con la iluminación, “es un tema que debe ser abordado por otro tipo de especialistas y que en ningún caso es el objetivo de este trabajo, que se centra en percepciones de los peatones y su correlación con parámetros cuantitativos de las instalaciones de alumbrado”.
“Este resultado, si bien obvio en algunas de las preguntas del cuestionario, en otras resulta cuando menos paradójico y constituye una llamada a la reflexión a la hora de elaborar nuevas normativas sobre alumbrado público”, explica Antonio Manuel Peña García, profesor del departamento de Ingeniería Civil de la UGR y autor principal del trabajo. Hasta la fecha, el grueso de los trabajos sobre alumbrado público, tanto de investigación como profesionales, se ha centrado en aspectos objetivos y cuantitativos del mismo es decir, diseño de instalaciones más económicas y eficientes, cumplimiento de la normativa aplicable, nuevas tecnologías etc.
Desde otra perspectiva menos técnica, también se ha trabajado en evaluar los efectos de la iluminación sobre la seguridad de personas y bienes, objetivo principal de la Luminotecnia. “En este sentido, la controversia entre distintos autores y filosofías de iluminación urbana ha sido tal que, a día de hoy, no existe un acuerdo unánime sobre si niveles de iluminación más elevados aumentan la seguridad en nuestras calles o si, por el contrario, la disminuyen pues incluso los potenciales delincuentes parecen necesitar unos niveles de iluminación mínimos a la hora de seleccionar a sus víctimas”, destaca Peña.
Entre partidarios y detractores de niveles de iluminación más elevados para aumentar la seguridad ciudadana, “apenas se ha prestado atención a un concepto sumamente importante: la seguridad percibida por los propios usuarios de las instalaciones de alumbrado público”. Además del profesor Peña García, en esta investigación han participado también Mª Del Carmen Aguilar Luzón, profesora del departamento de Psicología Social de la UGR y experta en Psicología Ambiental, y Antonio Hurtado González, ingeniero industrial del Ayuntamiento de Granada y miembro del Grupo de Investigación ‘Luminotecnia para la Seguridad y la Sostenibilidad’, que dirige Antonio Peña.