El acabado de primera calidad y la impresión de seguridad
15 de junio de 2008
Última generación: cuanto más sofisticado, mejor
La impresión de envases mediante impresión offset de hojas se considera el segmento más industrializado. La gama de sustratos imprimibles es amplia y va desde los cartones y plásticos ondulados de todos los grosores imaginables hasta papel y cartón ligeros, pesados o a doble cara, hojalata y compuestos. Además, prácticamente ya no hay ningún límite para los fabricantes de maquinaria. Con velocidades de hasta 18.000 hojas por hora, los procesos de ajuste van a automatizarse más y con ello aumentará la rentabilidad.
El segmento del rotograbado es importante en China y Japón, sobre todo porque la impresión a gran escala es común en estos países. Dada la explosión del consumo de tabaco en todo el mundo, otro segmento importante es la impresión de cigarrillos en la bobina.
¿Se está enfriando el boom de la RFID?
En los últimos años, el sector de la impresión y el envasado se han sumergido de lleno en la euforia del RFID, pero ahora parece que las cosas se están calmando. Los primeros argumentos en contra se originaron en Estados Unidos y Alemania, donde las asociaciones de protección de datos se quejaron de la intromisión que esto supone en la privacidad de los consumidores. El segundo escollo es que todavía no hay ni se pueden crear etiquetas RFID rentables. A finales de septiembre de 2007, la situación internacional era la siguiente: según el tamaño y el tipo de etiquetas RFID, la aplicación y el volumen total del trabajo, los precios oscilaban entre los 0,05 euros y los 0,80 euros por etiqueta. Claramente, este precio es excesivo para la mayoría de los productos. Por ello, las expectativas en cuanto a la tecnología RFID se han enfriado y, de momento, el uso de estas etiquetas se está limitando a las cadenas logísticas de fabricantes y comerciantes.
Capturar, guardar, jugar: de la seguridad a la publicidad
Por regla general, el objetivo de la impresión de seguridad es ofrecer protección frente a la falsificación y, por tanto, luchar contra los mercados sumergidos y la piratería tanto en los países europeos como fuera de sus fronteras. El daño que estas medidas de seguridad en los envases pretenden evitar asciende a varios miles de millones de euros. Además, la gama de estas medidas de seguridad es amplia, desde fondos grabados a hilos de seguridad, pasando por hologramas. En este amplio abanico de posibilidades, destacan los códigos y las combinaciones de color, gracias a las miles de variaciones posibles. Otra opción cada vez más utilizada son las llamadas “huellas digitales”, que no se ven a primera vista.
Los impresores (sobre todo de etiquetas) que trabajan en este sector utilizan sus datos de impresión en la fabricación de dispositivos electrónicos de control. Así, estas empresas, antes impresores tradicionales, se están convirtiendo en proveedores de equipos, por ejemplo, de equipos portátiles o sistemas de verificación para comprobar la impresión en línea. Esto hace que sea necesaria una interconexión rápida y sin fallos entre el dispositivo de control y la etiqueta.
No obstante, donde verdaderamente puede desarrollar todas sus posibilidades esta tecnología es en los cajeros automáticos. Aquí también los impresores de etiquetas ofrecen impresión de seguridad, incluidas las tintas especiales de seguridad para billetes y tarjetas, y suministran los dispositivos de control que permiten que los cajeros funcionen a la velocidad exigida por los clientes: hasta 1.800 recibos, etiquetas o billetes por minuto es la norma general. Además, cada vez se seguirá exigiendo mayor velocidad de lectura/control.
Publicidad cruzada gracias al tratamiento sofisticado de los datos
Otro ejemplo de este tipo de aplicación son las promociones que contienen los envases (on-pack) de las bebidas no alcohólicas en forma de una llave impresa. Una empresa experta en promociones de tipo 'rasca y gana' marca las llaves con códigos impresos y las cubre con una capa especial 'rascable' (tintas termocromáticas u otro tipo de tintas de seguridad). Los datos de impresión se envían a un fabricante de pantallas y sistemas para PC. Los ordenadores se colocan en discotecas y bares. Si el código de la llave es el elegido, el envase de la bebida mostrado en pantalla se abre para indicar que el cliente de la discoteca ha ganado un premio; al mismo tiempo, el usuario vuelve a interiorizar el mensaje publicitario. El código del envase activa un proceso digital y viceversa.
Para muchos proveedores de productos de confitería, la identificación y descifrado de códigos de barras es esencial. Es común aplicar una tira plateada sobre los códigos impresos con tinta para taparlos. De esta manera, el cliente sólo puede ver el código una vez comprado el producto. Luego, el comprador puede introducir el código con su ordenador para participar en un concurso. El instinto de juego puro y simple se satisface mediante el código y la impresión. Además, en lo que se podría considerar un subproducto de este proceso, las etiquetas están especialmente fijadas para que no puedan retirarse hasta que el cliente haya pagado el producto.
En Estados Unidos, es habitual promocionar los productos de marca caros mediante campañas de marketing combinadas. En ellas, la empresa encargada del acabado del envase crea el producto impreso. Un ejemplo es la incorporación en el producto de una película transparente que puede levantarse y colocarse en una zona específica del monitor del ordenador para resolver juegos en línea. No obstante, lo verdaderamente interesante es que el fabricante del producto de marca, con la ayuda del impresor del envase y con los datos de impresión/códigos ganadores, puede sacar una copia de los correos enviados por el cliente.
Los folletos están en boga
La impresión de etiquetas se suele realizar mediante prensas multiproceso de ocho colores y de banda estrecha, que permiten la combinación de impresión flexográfica, impresión serigráfica, offset e impresión tipográfica. Las versiones de estas máquinas dirigidas al sector farmacéutico también están equipadas con completos sistemas de inspección de seguridad. Con las licencias pertinentes, se pueden procesar y doblar en formato miniatura folletos de 16 a 32 páginas.