Ainia celebró la jornada ‘La migración, factor clave de la seguridad y calidad de los productos envasados’
Cómo evitar la migración de componentes del envase en los alimentos
El envase permite mantener e incluso alargar la vida del alimento y conservar sus cualidades nutricionales, por lo que entre sus funciones está la de evitar que el producto que contiene se contamine por agentes externos, pero también por los propios materiales que componen el envase. Es por ello que los materiales empleados en la fabricación del envase son esenciales para mantener los alimentos en las condiciones óptimas para su consumo. Un buen envase debe evitar la migración o transferencia de sus componentes al alimento, como por ejemplo ocurre con el sabor a plástico que dejan algunas botellas en el agua, o el gusto a metal en las conservas que transmiten algunas latas.
En algunos casos, esta migración puede ir más allá de la alteración del sabor y puede resultar perjudicial para el consumidor. Por este motivo, resulta fundamental controlar los materiales de los que está compuesto el envase para que cumplan con las buenas prácticas de fabricación y que, en condiciones normales de empleo, no transfieran sus componentes en cantidades en las que puedan representar un peligro para la salud humana, y/o provocar una alteración de sabor, textura, olor y color del producto.
¿Cómo lograrlo? Las claves están en saber seleccionar, utilizar y desarrollar los materiales más adecuados para obtener un envase seguro y de calidad
Ainia Centro tecnológico organizó el pasado 2 de octubre en su sede de Valencia la jornada ‘La migración, factor clave de la seguridad y calidad de los productos envasados’, donde dio a conocer las estrategias y tecnologías más novedosas en materia de conservación y evaluación de la estabilidad de los alimentos que permiten, no sólo tener en cuenta los aspectos relativos a la seguridad microbiológica, sino también el mantenimiento de la calidad organoléptica.
Enmarcada dentro del ciclo de jornadas de seguridad alimentaria que está desarrollando Ainia, se explicaron las principales técnicas para reducir el impacto negativo del proceso de conservación; cómo mejorar y controlar la estabilidad de los alimentos a lo largo del tiempo; la estimación y predicción de la vida útil; las directrices para evaluar la migración de un material y las claves del diseño experimental para que los análisis sean reflejo del comportamiento real de los materiales.
Asimismo, se abordaron también los posibles riesgos emergentes relacionados con los materiales en contacto con alimentos: Cómo identificarlos, cómo prevenirlos, cómo notificarlos, etc. Además, se trataron los materiales plásticos y envases activos en contacto con alimentos; las pautas de actuación para materiales sin legislación específica comunitaria (ejemplo del papel y cartón); la evaluación de la conformidad de los materiales de envase, con los límites de migración; la aplicación de programas de simulación para evaluar la conformidad de migraciones específicas y la situación de materiales en evaluación (nanomateriales). Se mostraron, también, experiencias prácticas (con barnices, adhesivos, tintas, papel y cartón).
La jornada estubo dirigida a responsables y profesionales que desarrollan su actividad en cualquier fase del proceso de envasado y distribución de alimentos, productores de materias primas para la fabricación de envases, films y láminas, envases y envasadores de alimentos y cosméticos.