Los recambios de segunda mano ven su oportunidad en el veto a la combustión
Madrid, 22 ago (EFE).- El plan de Bruselas de prohibir las ventas de coches y furgonetas nuevos con motores de combustión a partir de 2035 podría promover la penetración de los recambios de segunda mano, un mercado al alza que aspira a desempeñar un rol importante en el futuro más inmediato de la automoción.
A pesar de ir en línea con los objetivos climáticos y de seguridad energética, la intención de la Unión Europea «encarecerá» el vehículo eléctrico y hará envejecer -aún más- el parque automovilístico, según expertos consultados por Efe, que creen que todo ello generará una creciente necesidad de piezas reutilizadas.
Éstas permitirán mantener a los coches más viejos que no encuentran un recambio nuevo o «aftermarket» -elaborado por una compañía diferente al fabricante del vehículo-, señala la empresa especializada Recomotor, que destaca el crecimiento del sector de los recambios de segunda mano, que subió más de un 23 % hasta mayo.
Para entender esta evolución hay que comprender la situación actual de la industria, marcada por la escasez de recambios, la crisis de las matriculaciones y la invasión rusa de Ucrania, que dificulta las exportaciones, tres factores fundamentales en el auge de la segunda mano.
CRISIS DE LAS MATERIAS PRIMAS
De acuerdo con los últimos datos ofrecidos por las patronales de fabricantes, Anfac, de concesionarios Faconauto, y de vendedores, Ganvam, las matriculaciones de turismos y todoterrenos en el canal de particulares caen en el año un 1 %, hasta las 208.462 unidades.
No obstante, éstas retrocedieron un 12,1 % sólo en julio, firmando su peor registro en este mes desde la crisis financiera aún siendo, tradicionalmente, una de las mejores épocas para el automóvil por la proximidad de las vacaciones de verano.
Tal como reconocen los principales actores de esta actividad, el mercado está sufriendo el impacto de la incertidumbre económica, a raíz del aumento continuado de la inflación, y de la escasez mundial de semiconductores, un problema que, después de dos años, sigue limitando la recuperación.
Aunque los presagios más optimistas apuntaban a una mejora de la situación a partir de finales de este año, la crisis de Ucrania ha tensionado aún más los precios y las cadenas de suministro de materias primas, admite Carglass.
De hecho, en los últimos meses, el vidrio también está sufriendo estos factores, y muchos fabricantes de cristal -que ya se vieron obligados a ceder sus productos durante la pandemia para los viales de las vacunas contra la COVID-19- están teniendo problemas.
Ello se traduce en retrasos en las entregas de cristales de algunas marcas y modelos de vehículos, lo que repercute, por tanto, en su disponibilidad para el usuario final.
EL MERCADO DE OCASIÓN, «CONTAMINADO» POR LA FALTA DE VEHÍCULOS
Toda esta coyuntura está «contaminando» el mercado del vehículo de ocasión, que acumula un descenso del 4,7 %.
El director de comunicación de Faconauto, Raúl Morales, vaticina que «hasta que no se vuelva a recuperar un nivel aceptable de matriculaciones, las transferencias de usados seguirán bajando porque no hay suficiente ‘stock’ en los modelos que más interesan, que son los de cero a cinco años».
Eso sí, este mercado sigue siendo atractivo en un momento de crisis como el actual, y es que por cada vehículo nuevo se han vendido 2,2 unidades de ocasión hasta julio.
Las dudas sobre la economía también están condicionando las decisiones de inversión de hogares y empresas, que optan por alargar la vida útil de sus automóviles.
De acuerdo con los últimos datos de Anfac, la antigüedad del parque automovilístico en España alcanzó los 13,5 años de media en 2021, por encima de los 11,5 años de Europa.
HACIA RECAMBIOS DE SEGUNDA MANO
En este contexto, fabricantes y distribuidores de recambios aumentaron su facturación en el primer trimestre un 15 % y un 17 %, respectivamente, según las patronales Ancera y Sernauto, que aclaran que aunque los valores ya rondan niveles prepandemia, están influenciados por la inflación.
De ahí que no impliquen necesariamente un incremento de la actividad.
Si bien prevén que este crecimiento continúe, ven retos en los próximos meses y avisan de que el principal desafío será mantener la rentabilidad y garantizar el suministro, debido a la escalada global de precios y la falta de disponibilidad de piezas.
«Igual dentro de diez años no hay recambios para un coche», explica Jan Amat, cofundador del distribuidor de piezas recuperadas, Recomotor.
Amat es consciente de que si cada vez hay menos vehículos nuevos, también habrá menos piezas en este mercado, por lo que insiste, tajante, en que el modelo actual de desguaces «está desfasado».
«La mayoría, cuando entra un coche, lo manda a la chatarra o lo deja en la campa (espacio o explanada en la que se aparcan los vehículos) y no le hace caso», añade.
En su opinión, ahora que está cambiando la oferta y la demanda de automóviles, «hay que optimizar y digitalizar los desguaces, implantar herramientas a tiempo real para conocer el ‘stock'», para permitir que una pieza recuperada tenga más salida.
«Estamos viendo un envejecimiento del parque automovilístico que no dejará de aumentar hasta que el vehículo eléctrico tenga un precio asequible para todos y las matriculaciones vuelvan a crecer», apunta Amat.
Mientras tanto, «seguirá habiendo un aumento de coches de segunda mano en las calles en detrimento de coches nuevos, y el aprovechamiento de piezas jugará un papel clave», sentencia.