Javier García Breva apuesta por la eficiencia como política de crecimiento económico
Con el fin de potenciar un nuevo modelo de negocio basado en la eficiencia energética, el experto en energía, Javier García Breva, dio esta mañana una conferencia de prensa en la que expuso su punto de vista sobre la entrada en vigor de la nueva normativa de eficiencia energética en la edificación. Durante su intervención, García Breva resumió los desafíos detectados por la Comisión Europea y expuestos en la directiva que ahora traspone parcialmente el Ejecutivo Español, mediante el Real Decreto sobre certificación energética en la edifcación, que en breve entra en su trámite parlamentario, donde el experto en energías espera se introduzcan las modificaciones necesarias para ejecutar fielmente la Directiva europea, y potenciar con ello el nuevo modelo de negocio que subyace en el ámbito de la eficiencia energética y las empresas de servicios energéticos (conocidas como ESE), pues estas serían las encargadas de desarrollar este sector.
García Breva arranca destacando las prioridades de la Directiva, centrada en la reducción de la dependencia energética en Europa, con una media del 50% (en España es del 80%). En este sentido, España, con un porcentaje de dependencia muchísimo mayor que la media europea, "no parecemos estar muy preocupados", afirma García Breva, lo que choca con la máxima preocupación que inspira a la Comisión Europea, pues la dependencia afecta principalmente a la competitividad de las empresas.
El segundo gran desafío destacado son los costes energéticos, que suponen el 28% en Europa, siendo en España más del 50%.
Las soluciones propuestas por la Unión Europea (UE), recogidas en la directiva, para atajar estos desafíos van encaminadas a establecer políticas de eficiencia energética que permitan reducir la dependencia en un 20%. En este sentido, según García Breva, la actual política española no permitirá reducir más del 10% dicha dependencia.
La UE también apuestan por el aumento de la competitividad, de manera que los usuarios finales tengamos mayor posibilidad de elección y, con ello, mayor ahorro de costes energéticos. Una política que contrasta con la actual situación española, donde no sólo no se favorece la competencia sino que se restringe, especialmente a tenor de los cambios regulatorios de la propia institución encargada de gestionar este mercado, la Comisión Nacional de la Energía (CNE), que queda sujeta al arbitrio del Ministerio de Industria, Turismo y Energía.
La tercera línea de actuación política para la UE es el aumento de la producción energética vía renovables, porque estas permiten rebajar el precio mayorista de la luz. En este caso, García Breva recuerda que este año, con el aumento de las lluvias, se ha producido una bajada sustancial del precio mayorista, lo que la Comisión toma de ejemplo para ratificar el efecto positivo de esta política. Curiosamente, esta situación no favorece la estrategia del Gobierno, pues a menor precio, menos ingresos para el sistema y mayor aumento del déficit tarifario. Algo que según García Breva se produce por ineficiencias del propio sistema, "no se puede culpar a la lluvia", siendo un error intentar compensar la merma de ingresos con medidas recaudatorias como las que adopta el Gobierno, "porque con eso no se resuelve nada". En este sentido, el experto plantea que uno de nuestros problemas es la incapacidad para exportar el excedente energético, un problema derivado de la falta de interconexión, que se eleva a nivel europeo.
Eficiencia en la edificación
García Breva explica que la Directiva que ahora traspone el Real Decreto define qué es un edificio energéticamente eficiente, siendo este uno que consume poca energía por sus características constructivas y la que consume proviene de renovables producidas in situ. Además establece la medición con contadores que calculan la energía producida y la consumida. Esto nos lleva al concepto de balance neto, concepto que está presente en todas las directivas de la UE. Para García Breva, esta Directiva supone el impulso de las ESEs, que son las que garantizan el acceso de los consumidores finales a la energía. Pero en España las ESEs se enfrentan con grandes barreras de entrada, además de problemas de financiación. Tema este último que la Directiva europea contempla, planteando medidas correctoras con la creación de herramientas de financiación. En este sentido, Javier García Breva destaca el papel que juegan los fondos FEDER, "que debemos aprovechar" para financiar proyectos tecnológicos de innovación en eficiencia energética. El aprovechamiento de estos fondos permitiría impulsar el sector, un sector que según datos del CENER podría triplicar las magnitudes (en cuanto a empleo y volumen de negocio), si se desarrolla adecuadamente. Pero España, lejos de fomentarlo, retrasa su avance. Primero, porque el Real Decreto que entró el pasado 1 de junio, "si bien es positivo", sólo tiene un carácter meramente informativo, "porque no se vincula la certificación del edificio con ningún tipo de medida". García Breva critica que no se haya traspuesto en su espíritu y efectividad. Este decreto nace con un defecto por ello, y lo hace proque nace como respuesta a una sentencia condenatoria a España por parte de Bruselas al decreto anterior de 2002, donde no se aplicó la directiva de la Comisión Europea. "Con ello llevamos una década de retraso", afirma García Breva, y ahora tenemos una trasposición parcial de la Directiva, porque no recoge medidas que hagan efectiva la eficiencia energética, sólo obliga a la emisión de un certificado sin entrar de lleno en el compromiso de ahorrar energía. El concepto que define la Directiva es muy claro, y la legislación española dista mucho de conseguir los objetivos propuestos.
Para este reputado experto es fundamental que España se dote de un marco regulatorio para la eficiencia energética que nos permita desarrollar proyectos y acceder a los mayores recursos que Europa va a destinar al ahorro de energía.
Puede leer el artículo completo en la revista Tecnoenergía nº 116 del mes de julio-agosto.