Repsol construye la primera planta de biocombustibles avanzados en España
Repsol construye la primera planta de biocombustibles avanzados en España, cuyas obras han comenzado en su refinería de Cartagena. El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha visitado la ciudad para conocer los detalles del proyecto.
En el acto institucional, en el que el director de la refinería, Antonio Mestre, ha ejercido de anfitrión, Brufau ha estado acompañado por el presidente de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, Fernando López Miras, el delegado del Gobierno en la Región, José Vélez, la alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, y otros representantes de la administración regional, local y de entidades empresariales.
Repsol, en su objetivo de convertirse en una compañía cero emisiones netas en 2050, invertirá 200 millones de euros en este proyecto que permitirá suministrar 250.000 toneladas al año de biocombustibles avanzados, como biodiésel, biojet, bionafta y biopropano, que podrán usarse en aviones, barcos, camiones o coches sin necesidad de hacer modificaciones en los motores. Estos ecocombustibles se producirán a partir de residuos y su uso permitirá reducir 900.000 toneladas de CO2 al año.
El presidente de Repsol ha asegurado que “Cartagena se va a consolidar con este proyecto como un centro de abastecimiento de productos fundamentales para el presente y para el futuro, y en un ejemplo del compromiso de Repsol con la movilidad sostenible”. Antonio Brufau ha destacado la importancia de apostar por la neutralidad tecnológica para avanzar en el objetivo de alcanzar las cero emisiones netas en 2050, y ha solicitado a las administraciones públicas “una regulación habilitadora, facilitadora, flexible y no excluyente” que posibilite el desarrollo de proyectos de futuro, ya que, solo así, “estaremos protegiendo nuestra economía, la industria y el empleo”.
Por su parte, el presidente del Gobierno Regional, Fernando López Miras, ha afirmado que “Repsol está apostando por el progreso, el desarrollo y la sostenibilidad. Cartagena y Repsol han crecido yendo juntos de la mano, tanto que no es posible entender el desarrollo de Escombreras y su conversión en un polo energético mundial sin Repsol. Y ahora, a ello sumamos una buena noticia, como es la construcción de la primera planta de biocombustibles avanzados de España, una planta de vanguardia que es un magnífico ejemplo de la llamada economía circular”.
El delegado del Gobierno en la Región de Murcia, José Vélez, ha señalado que “con la construcción de esta primera planta de combustibles avanzados, Repsol será una de las grandes presas de la Región canalizadora de empleo de calidad y potentes inversiones”.
La alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, ha considerado que “lo que hoy comienza es otra gran apuesta industrial de Repsol en Cartagena, por la inversión que representa, el empleo que genera y por la actividad que va a suponer dentro del Valle de Escombreras”. Además, ha destacado que “ejemplifica la aplicación industrial de la investigación más vanguardista en materia de generación de combustibles mediante el reciclado”.
Sobre el proyecto, el director de la refinería de Repsol en Cartagena, Antonio Mestre, ha destacado que la nueva planta “es un ejemplo tangible de economía circular que permitirá ofrecer soluciones de movilidad sostenible a todos los sectores de la sociedad, y un paso muy importante en la transformación del complejo industrial como polo multienergético”.
La economía circular, para la descarbonización del transporte
Repsol incorpora biocombustibles a sus carburantes de automoción desde hace más de dos décadas. Ahora da un paso más y, empleando como herramienta la economía circular, producirá biocombustibles avanzados a partir de distintos tipos de residuos de la industria agroalimentaria y otros, como aceites de cocina usados. De esta forma, Repsol consigue dar una segunda vida a residuos que de otro modo acabarían en un vertedero y los transforma en productos de alto valor añadido.
Los biocombustibles avanzados son una solución sostenible para todos los segmentos de la movilidad, y especialmente para aquellos que no cuentan con otra alternativa para descarbonizar su actividad, como el transporte marítimo, de larga distancia o la aviación. Con ellos es posible reducir entre un 65% y un 85% las emisiones netas de CO2 respecto a los combustibles tradicionales a los que sustituyen.
La compañía se apoya en la economía circular para fabricar productos con baja, nula o incluso negativa huella de carbono. El objetivo es producir dos millones de toneladas de combustibles de baja huella de carbono en 2030, que mitigarán más de siete millones de toneladas de CO2 anuales.
Avance en las obras de construcción
El proyecto se está desarrollando en cuatro áreas diferentes que abarcan una superficie de 41.500 m2. Tres de ellas se ubican en el interior de la refinería y corresponden con la unidad de hidrotratamiento, la unidad de producción de hidrógeno y el área de depósitos para el almacenamiento de los biocombustibles. La cuarta zona se ubica en las instalaciones de la Autoridad Portuaria de Cartagena, donde opera Repsol. En esta área se habilitarán las infraestructuras necesarias para el almacenamiento de las 300.000 toneladas anuales de los distintos tipos de residuos que llegarán por vía marítima, y su posterior suministro al mercado nacional o de exportación.
Tras los trabajos previos de desmantelamiento de las instalaciones en desuso en el interior de la refinería para albergar las nuevas unidades −con el desmontaje de 53.000 m3 de terreno−, en la actualidad las tareas se centran en trabajos de obra civil. En concreto, ya han comenzado las obras para la construcción de los depósitos que almacenarán los biocombustibles avanzados. En las áreas donde irán ubicadas las plantas de hidrotratamiento e hidrógeno, ya se están desarrollando trabajos de obra civil relacionados con la instalación de estructuras de hormigón y la colocación de racks para las tuberías por las que se
desplazarán las materias primas y los biocombustibles avanzados.
En las obras participarán 240 empresas auxiliares y alrededor de 1.000 personas. La ampliación de las instalaciones de la refinería supondrá la creación de unos 1.000 puestos de trabajo en las diferentes fases del proyecto y la implicación de distintas empresas, de las que el 21% serán locales, el 25% regionales, el 42% nacionales y el 12% internacionales.
En la actualidad ya se encuentran trabajando en el interior de la refinería más de 25 empresas contratistas y unas 300 personas. La cifra se irá incrementando hasta llegar a los 600 empleados de media, y se prevé que la punta se alcance el próximo otoño con unos 800 trabajadores, entre directos e indirectos.
Desde que se pusiera en marcha el proyecto, Repsol ha destinado más de 72 millones de euros a trabajos previos de ingeniería, encargo de equipos y mano de obra de empresas auxiliares.
La refinería de Cartagena
La refinería de Cartagena es uno de los principales motores económicos y de generación de empleo de la Región de Murcia. En el complejo industrial trabajan cerca de 900 personas. Repsol ha invertido en el Complejo Industrial de Cartagena más de 456 millones de euros en los últimos diez años. A esta cantidad, hay que sumar el proyecto de ampliación de la refinería, y que supuso una inversión industrial de 3.200 millones de euros, situando al complejo a la vanguardia tecnológica en su sector.
Actualmente, el Complejo afronta una transformación que supondrá una evolución para convertirse en un polo multienergético capaz de producir multitud de productos con baja huella de carbono. Para ello, Repsol empleará las tecnologías disponibles como hidrógeno renovable, economía circular y captura y uso de CO2, y se apoyará en distintas herramientas, entre las que se encuentran la digitalización y la eficiencia energética. Sólo en 2021, durante los trabajos de mantenimiento en las unidades de lubricantes y en la última parada programada llevada a cabo en las áreas de conversión e hidrotratamiento, la compañía ha invertido 31 millones de euros en proyectos para mejorar la eficiencia energética de estas instalaciones.
Repsol, hoja de ruta 2050
Las instituciones comunitarias ya han marcado, a través de la directiva RED II, la hoja de ruta para la descarbonización del transporte, estableciendo una cuota de energías renovables en el consumo final de energía que deberá ser como mínimo del 14% en 2030. De ese porcentaje, al menos, el 3,5% deberán ser biocombustibles avanzados en ese año. Además, en julio de 2021, la Comisión Europea publicó un nuevo paquete legislativo para incrementar el nivel de ambición de las reducciones de CO2 en 2030 y alinearlo con el objetivo de alcanzar la neutralidad climática en 2050. Este paquete, llamado Fit for 55, porque promueve que la reducción de emisiones de CO2 en el conjunto de la economía europea alcance un 55% en 2030, pone el foco en la necesidad de aumentar la velocidad de descarbonización del transporte. Entre otras medidas, incluye la iniciativa RefuelEU Aviation que marca como objetivo impulsar la oferta y la demanda de combustibles de aviación sostenibles en la Unión Europea ̶ como los biocombustibles y los biocombustibles avanzados ̶ , alcanzando un uso del 2% en 2025, del 5% en 2030 y del 63% en el año 2050.
Por su parte, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) establece un objetivo más exigente aún, del 28% de energía renovable en el transporte para el año 2030. El PNIEC reconoce que los biocombustibles constituyen una tecnología renovable ampliamente disponible y utilizada en la actualidad en el transporte, especialmente en sectores como el de los vehículos pesados, el de la aviación y el marítimo, donde la electrificación presenta dificultades. Además, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, aprobada en mayo de 2021, contiene un artículo dedicado a los combustibles alternativos sostenibles en el transporte, con especial énfasis en biocombustibles avanzados y otros de origen no biológico.
Repsol se encuentra totalmente alineada con estas iniciativas y apoya la consecución de estos objetivos. En concreto, la multienergética ha procesado por primera vez en su refinería de A Coruña aceite de fritura para fabricar biodiésel, y en sus refinerías de Puertollano, Tarragona y Bilbao se han producido lotes de biojet que han permitido, junto a Iberia y Vueling, los primeros vuelos con biocombustible producido en España a partir de residuos. De esta manera, Repsol se anticipa al marco normativo y avanza en su objetivo de ser una compañía neutra en carbono, ofreciendo combustibles sostenibles a sectores difíciles de descarbonizar como la aviación, el transporte de larga distancia o el marítimo.