Repsol construirá en Cartagena la primera planta de biocombustibles avanzados de España
Repsol construirá en su refinería de Cartagena la primera planta de producción de biocombustibles avanzados de España. La compañía multienergética, que apuesta por la economía circular como herramienta para el uso eficiente de los recursos y la reducción de emisiones, suministrará, desde esta nueva instalación, 250.000 toneladas al año de biocombustibles avanzados para aviones, camiones y coches.
La nueva instalación, cuya construcción supondrá una inversión estimada de 188 millones de euros, incluirá la puesta en marcha de una planta de hidrógeno que alimentará a una nueva unidad de hidrotratamiento dotada con tecnología de vanguardia.
Este proyecto se enmarca en el compromiso que tiene Repsol con la transición energética y en su ambición de alcanzar cero emisiones netas en el año 2050. Los biocombustibles avanzados producidos en la refinería de Cartagena permitirán una reducción de 900.000 toneladas de CO2 anuales −lo que equivale aproximadamente a la absorción de CO2 de un bosque con una extensión similar a 180.000 campos de fútbol−, en una iniciativa más de la compañía para luchar contra el cambio climático y, al mismo tiempo, darle un nuevo uso a materias primas recicladas.
Con este proyecto puntero en descarbonización, Repsol apuesta también por el desarrollo del sector industrial y por la generación de actividad económica en España, a la vez que promueve empleo directo, indirecto e inducido. Con el apoyo de empresas auxiliares, los trabajos de construcción y puesta en marcha de la planta se desarrollarán en diferentes fases y requerirán de unos 1.000 profesionales de diversas disciplinas.
El presidente de Repsol, Antonio Brufau, se ha reunido con el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, en la sede del gobierno autonómico, para explicar los detalles de la nueva planta de biocombustibles avanzados de Repsol, un proyecto importante para Cartagena y para el conjunto de la comunidad autónoma en términos de generación de actividad económica y de empleo. El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha destacado en rueda de prensa la importancia de este proyecto pionero en España: “Con esta iniciativa, en Repsol impulsamos decididamente una nueva ruta tecnológica que será clave en nuestro camino hacia la neutralidad en carbono y que se suma a los proyectos que ya hemos desplegado en eficiencia energética, generación de electricidad baja en emisiones, hidrógeno renovable, economía circular, combustibles sintéticos y captura, uso y almacenamiento de CO2, entre otras”.
“España debe basar su estrategia de descarbonización en sus capacidades industriales y tecnológicas porque esa será la forma de impulsar un tejido empresarial competitivo e innovador”, ha dicho Imaz, antes de añadir que “todas las formas de descarbonización son válidas y complementarias, e incentivarlas para que todas contribuyan, sin exclusiones, acelerará la transición energética y nos ayudará, como sociedad, a alcanzar una recuperación económica rápida, tan necesaria en las actuales circunstancias de pandemia por coronavirus”.
Un proyecto de vanguardia
El pasado 2 de diciembre Repsol anunció que orientaba su estrategia para ser una compañía con cero emisiones netas en el año 2050, en concordancia con el Acuerdo de París, con lo que se convirtió en la primera de su sector en asumir esta ambiciosa meta. La compañía puso foco en la economía circular como herramienta para el uso eficiente de los recursos, y apuntó que duplicará la producción de biocombustibles de alta calidad procedentes de aceites vegetales (HVO), hasta las 600.000 toneladas al año en 2030, de los que la mitad se producirán antes de 2025 a partir de residuos. Precisamente, la singularidad del proyecto en la refinería de Cartagena tiene que ver con la economía circular y la reutilización de materias primas recicladas para darles una nueva vida y convertirlas en nuevos productos de alto valor añadido, en este caso biocombustibles, cuyo uso reduce las emisiones netas de CO2.
Repsol incorpora biocombustibles a sus carburantes de automoción desde hace más de dos décadas. Durante los últimos años se ha ido incrementando el contenido de biocombustibles, y en 2020 esta cifra ha alcanzado el 8,5% en energía, en línea con los requisitos regulatorios en España que trasladan los compromisos acordados como país con la UE.
Las instituciones comunitarias ya han marcado una hoja de ruta a través de una nueva directiva que plantea un mínimo del 14% en energía renovable en el transporte en el año 2030. Además, la legislación española establece en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) un objetivo más exigente, del 28% de energía renovable en el transporte para el año 2030. Con este proyecto, Repsol se anticipa al marco normativo y avanza decididamente en su objetivo de ser una compañía neutra en carbono en el año 2050.
La Agencia Internacional de la Energía considera que los biocombustibles serán una palanca clave en la paulatina descarbonización del transporte, principalmente a partir de 2030 en sectores en los que la electrificación presenta dificultades, como la aviación y el transporte marítimo. Asimismo, un impulso de los biocombustibles ayudará a diversificar la matriz energética de España y permitirá avanzar en la independencia energética del país, además de generar actividad económica y empleo estable y de calidad.
Objetivo: cero emisiones netas
Repsol reducirá durante este año su Indicador de Intensidad de Carbono un 3% respecto a la base de 2016 y aumentará significativamente la capacidad de generación renovable para llegar a las cero emisiones netas en 2050. La compañía anunció el pasado mes de junio la puesta en marcha de otros dos grandes proyectos industriales punteros de descarbonización en la refinería de Petronor. Además, con el objetivo de evolucionar hacia un modelo energético bajo en emisiones, Repsol produjo en julio en su refinería de Puertollano el primer lote de biojet para la aviación del mercado español.
En su orientación multienergética, la compañía también ha aumentado su cartera de activos renovables. En la actualidad, opera en España 2.952 MW de capacidad total instalada baja en emisiones y desarrolla proyectos renovables que suman 2.300 MW. En julio comenzó a construir su mayor parque fotovoltaico, Valdesolar (Badajoz), que tendrá una potencia total instalada de 264 MW. Este fue el tercer proyecto renovable de la compañía en iniciar sus obras de construcción en España. El primero fue el eólico Delta, ubicado entre las provincias de Zaragoza y Teruel, que ha empezado a producir electricidad en octubre, y que contará con 335 MW. El segundo, el fotovoltaico Kappa (Ciudad Real), cuyas obras se iniciaron en abril, dispondrá de una potencia total instalada de 126 MW. El portafolio renovable de Repsol también incluye Delta 2, un proyecto compuesto por 26 parques eólicos repartidos en las tres provincias aragonesas, con 860 MW. Contando con todas las tecnologías disponibles (eficiencia energética, generación renovable, biocombustibles, soluciones de economía circular, combustibles sintéticos…), la meta de Repsol es avanzar en la transición energética y reducir las emisiones de sus operaciones y productos, en línea con el compromiso de la compañía en la lucha contra el cambio climático de acuerdo a la ambición establecida en el Acuerdo de París.