El compromiso medioambiental en la empresa: una cuestión de calidad
Entre ellos destaca la Asociación Española de Normalización y Certificación (Aenor). Esta asociación se encarga de certificar y reconocer, qué empresas tienen un compromiso real de calidad y respeto por el medioambiente. Es decir, qué empresas tienen buenas prácticas en cuanto a eficiencia energética. Aquellas que cumplen con dichos parámetros reciben una distinción o ‘sello’ que las acredita y distingue por llevar a cabo una actividad energética responsable.
Una cuestión legal
Aenor determina que toda empresa debe implementar medidas de eficiencia energética de forma progresiva. En realidad, no es una opción. Cada vez existen más normativas y exigencias de carácter medioambiental establecidas por instituciones, autoridades y administraciones públicas.
En este sentido, resulta cada vez más necesario (casi imprescindible) el uso de servicios y ‘herramientas’ que integren el respeto medioambiental y la sostenibilidad en su política empresarial. Medidas que abarcan desde hábitos de consumo respetuoso, hasta la implantación de soluciones tecnológicas, sistemas de telemedida y telegestión, o sistemas Plug&Save, que facilitan determinadas empresas de eficiencia energética.
En definitiva, la eficiencia energética implica sostenibilidad y se materializa a través de la normativa UNE-EN ISO 14001. Se trata de una certificación de calidad relevante en gestión medioambiental. Dicha normativa destaca a las empresas eficientes.
Las empresas tienen la oportunidad de sistematizar sus procesos hacia el respeto ambiental. Y, en particular, hacia la prevención en materia de contaminación, sostenibilidad y equilibrio socio económico. Unas buenas prácticas en eficiencia energética puede calificar a la empresa como ‘socialmente responsable’.
Soluciones tecnológicas para reducir el impacto ambiental
Esta certificación otorgada por Aenor se basa en la optimización energética sobre aspectos como la gestión de recursos y residuos. Esto tiene, lógicamente, un impacto sobre la reducción en el impacto medioambiental.
Pero no solo queda en una cuestión de mera sostenibilidad. La implementación de soluciones de optimización energética tiene también un impacto sobre la factura eléctrica.
El objetivo, por tanto, es también económico. Esto implica aumentar la rentabilidad de la empresa mediante medidas de eficiencia energética. Desde la rebaja en el importe de nuestra factura de la luz, hasta la disminución de los costes de gestión de residuos.
En este sentido, es deseable implantar sistemas y soluciones para la eficiencia energética de nuestra empresa. Esto puede hacerse mediante la instalación de soluciones tecnológicas de optimización del consumo de energía. Empresas de servicios energéticos, como Linkener, ofrecen sistemas de monitorización y telemedida, mediante dispositivos como contadores fiscales, que evalúan nuestro consumo energético. También nos permiten la teleactuación y adoptar soluciones para optimizar nuestro consumo y alcanzar la calificación de empresa ‘socialmente responsable’.
Conocer el consumo para alcanzar la eficiencia energética
Sin embargo, la necesidad de adoptar sistemas de eficiencia energética tiene más motivaciones. Existen otras ‘calificaciones’, como la certificación ecológica ISO 50001, que determina nuestro Sistema de Gestión Energética. Esta establece el cumplimiento de los requisitos necesarios, en un modelo empresarial, para la implantación de mejoras continuas en el rendimiento y optimización de la energía que consumimos.
Las soluciones de telemedida, control, optimización y gestión de la energía son fundamentales. Cada vez más empresas cuentan con contadores fiscales y sistemas de monitorización que permiten evaluar el consumo y adoptar soluciones de ahorro energético.
Además, existe un número creciente de herramientas, como dispositivos de submedida, sondas de presión o baterías de condensadores que aumentan la eficiencia energética de nuestra empresa. De esa manera, no solo alcanzamos un ahorro energético. También cumplimos los requisitos de sostenibilidad y responsabilidad medioambiental que las administraciones públicas, y la sociedad en general, van a exigir a corto plazo.