Derribando los mitos del 5G privado

De hecho, se espera que la demanda continúe aumentando en los próximos años. Según un estudio de Straits Research, el mercado de redes privadas 5G pasará de los 1.376 millones de dólares de 2021 a los 28.429 millones de dólares en 2030, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 39,8% durante el período 2022-2030.

Las cifras son abrumadoras, sí, y ya desde sus comienzos, la tecnología 5G ha sido objeto de especulación y expectativas futuristas. Lo cierto es que, como en otros ámbitos, hay mitos que desmotar, pues el 5G es ya una realidad que está entre nosotros y su aplicación va más allá de los escenarios de ciencia ficción. Todo para garantizar los más altos niveles de seguridad, eficiencia y prestaciones que se necesitan para ejecutar aplicaciones de misión crítica y de negocio.

Por tanto, desmitificar las redes privadas 5G implica entender su actual estado de madurez y los retos que plantean, así como reconocer sus limitaciones y desafíos en materia de seguridad. Por otro lado, no hay que olvidar que el ritmo de despliegue y la inversión que requieren las redes móviles privadas es distinto al de otras propuestas de TI.

Existe la creencia de que el 5G resolverá todos nuestros problemas de conectividad y seguridad de forma instantánea. Si bien el 5G privado incorpora medidas de seguridad por diseño, tal y como exige el estándar, el entorno en el que opera es mucho más complejo y la superficie de ataque se incrementa exponencialmente, lo que hace necesario tener una visión integral de la ciberseguridad que abarque tanto la tecnología 5G como los dispositivos, las aplicaciones y los servicios que la rodean. En esta ecuación, por supuesto, no pueden faltar los proveedores expertos tanto en la propia tecnología como en ciberseguridad.

A diferencia de las redes públicas, donde el operador asume la responsabilidad de la seguridad, en las redes privadas es la empresa la que debe garantizar la protección de todo su ecosistema: dispositivos, infraestructuras de radio y núcleo de red, aplicaciones Edge, interconexión con otras redes y servicios que utilizan. Por otro lado, se recomienda contar con una propuesta que garantice las comunicaciones con seguridad de extremo a extremo y ofrezca un enfoque integral.

Teniendo en cuenta estos factores, la propuesta de valor de CTOne y Trend Micro radica en ofrecer soluciones integrales de seguridad que abarcan todo el ecosistema 5G, desde el dispositivo hasta la nube. Esto incluye la implementación de políticas zero trust en los dispositivos, la detección y prevención de ataques en la red y las aplicaciones, y la protección de extremo a extremo de los endpoints, redes y aplicaciones, y todo ofreciendo visibilidad integral constante.

Está claro que el 5G privado supone un avance significativo en la conectividad y es un motor para la digitalización, así que es clave considerar la seguridad como un pilar crítico y un habilitador de negocio para el desarrollo de esta tecnología.