Maquiobras celebra su 30 aniversario al servicio de la construcción
Corría el año 1984 cuando Félix Ferruz decidía aprovechar su larga experiencia en el mundo de la construcción fundando en Zaragoza Maquiobras, una empresa especializada en la fabricación y comercialización de sistemas de encofrado y maquinaria auxiliar para la construcción. Treinta años después y tras haber contribuido a la edificación de numerosos y relevantes proyectos en nuestro país, esta compañía se erige como una de las grandes referencias en el mundo del encofrado, con una presencia cada vez más destacada en el mercado internacional. Javier Ferruz, hijo del fundador y actual gerente de la compañía, repasa en este artículo la evolución seguida por Maquiobras en estas tres décadas y nos describe algunas de sus últimas iniciativas.
La historia de Maquiobras se inicia en 1984. “Mi padre tenía anteriormente otra empresa, que cerró en 1982, y tras dos años involucrado en otro proyecto, en 1984 tomó la decisión de crear su propia compañía como fabricante de encofrado y otros materiales para la construcción, especialmente transpaletas hidráulicas, plataformas de descarga y elevadores de fachada”, señala Javier Ferruz, gerente de Maquiobras.
Aunque todos los inicios son complicados, en el caso de Maquiobras el que muchos de los antiguos clientes del fundador Félix Ferruz, le mostraran una gran fidelidad, confiando en su nuevo proyecto, facilitó mucho el arranque de la compañía y sus primeros años de trabajo. La empresa fue creciendo progresivamente, en consonancia con la evolución que seguía en España el mercado inmobiliario, hasta que en 1992 se vio afectada por la crisis económica general que atrapó a todo el país.
Maquiobras se vio obligada a ajustar su tamaño a la nueva situación del mercado pero pronto recuperó la senda del crecimiento, hasta el punto de poder decir que desde 1993 hasta 2007 su expansión fue constante y progresiva.
En el año 2000 emprende un ambicioso programa de inversiones que tiene su máxima plasmación en la apertura, tres años después, de unas nuevas y modernas instalaciones en Villanueva de Gállego (Zaragoza), de cerca de 20.000 m2 de superficie, las cuales no sólo les permite triplicar su capacidad productiva sino también ganar en espacio de almacenaje. Se equipa la nueva fábrica con los equipos de producción más modernos y, como prueba de su apuesta por la calidad, certifica su proceso de producción con la ISO 9001-2000.
“Las nuevas instalaciones también nos permitieron diversificar nuestros campos de trabajo. Hasta entonces, prácticamente el 100% de nuestra actividad estaba dirigida a la edificación y con la aparición de nuevos productos en nuestra gama también pudimos entrar en otros ámbitos como la obra pública: puentes, minipresas hidroelécticas, etc.”, indica Javier Ferruz.
Como a la gran mayoría de las empresas vinculadas al sector de la construcción, finales de 2007 y principios de 2008 marcó el inicio de una nueva etapa en la trayectoria de Maquiobras, con una pérdida de peso en la facturación de las ventas en el mercado nacional y un incremento de la importancia de la exportación. De tal forma que a día de hoy, como confirma su gerente, el 80% de los ingresos proceden de las ventas al exterior y del restante 20% muchas son ventas a distribuidores nacionales que luego dan salida a estos equipos en otros países.
“Por fortuna iniciamos la salida al exterior antes incluso de la irrupción de la crisis, siendo conscientes de que la burbuja inmobiliaria, más tarde o más temprano, terminaría por pincharse. Bien es cierto que nunca llegamos a imaginar que fuera a ser una caída de mercado tan profunda y tan dilatada en el tiempo”, reconoce Javier Ferruz.
Maquiobras inició la vía de la internacionalización por los países más cercanos geográficamente, especialmente Portugal, Marruecos y Argelia, y ha ido expandiendo su presencia a otras partes del mundo como Latinoamérica (en Cuba ha gozado tradicionalmente de una fuerte implantación), India o Arabia Saudí, entre otras. En este sentido cuenta con una importante red de distribuidores repartidos por diferentes partes del mundo y allí donde no cuenta con colaboradores trabaja directamente, dando un soporte al cliente directo y cercano.
Visita de las autoridades, con la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, a la cabeza, al stand de Maquiobras en Smopyc 2014.
Para el desarrollo de proyectos especiales, Maquiobras también cuenta con su propio departamento de ingeniería, con profesionales capacitados para hacer realidad las ideas de los clientes.
Obras singulares
En estos treinta años de vida han sido muchos y variados los proyectos en cuyo desarrollo han participado los productos de Maquiobras. Su gerente recuerda tres de ellos con especial cariño. El más alejado en el tiempo, el desarrollo de los pilares y los forjados de un gran centro comercial en Zaragoza, situado actualmente junto a la Estación de Delicias. Más cercana en el tiempo es la obra de la nueva terminal del Aeropuerto de El Prat de Barcelona, cuyos pilares redondos fueron realizados con los sistemas de encofrado de Maquiobras. Y el más reciente de los tres es un trabajo realizado en Mauritania, donde se han empleado varias soluciones de esta compañía, algunas de ellas hechas a medida, para fabricar varios silos gigantes en una fábrica de cereales. Este último proyecto tuvo una alta complejidad técnica, que conllevo incluso la necesidad de desplazar al país a dos encofradores para poder ejecutarlo.
Pero el balance de este último trabajo ha sido muy positivo, hasta el punto que Maquiobras es optimista respecto a la posibilidad de seguir trabajando con el mismo cliente mauritano en dos de sus próximos proyectos: un centro comercial y un bloque de edificios.
“Por nuestra experiencia en el exterior, podemos decir que la ‘Marca España’ está bien reconocida. Hemos demostrado ser gente seria que hacemos lo que decimos. No tergiversamos”, asegura Javier Ferruz.
Algunos de los productos presentados por Maquiobras en Smopyc 2014.
De cara al futuro más inmediato, Maquiobras tiene puestas muchas esperanzas en un producto que se ha presentado por primera vez al gran público en esta edición de Smopyc. Se trata de un encofrado manuportable muy económico, especialmente destinado a la construcción de vivienda social. Al ser reutilizable y modular, permite la construcción de bloques de viviendas de forma muy rápida y sencilla. La empresa constructora monta las estructuras de acuerdo a un diseño predefinido, echa el hormigón y cuando ya está seco, desmonta los encofrados para poder realizar la siguiente vivienda con el mismo diseño. “Creemos que es una solución que va a tener una gran aceptación en países donde la vivienda social está en auge”, concluye Javier Ferruz.