El pomelo y el limón, dos invitados de honor a nuestra mesa
12 de enero de 2011
Las frutas cítricas son dos componentes básicos en la alimentación de un hogar promedio que pretenda tener una nutrición sana y repleta de complementos orgánicos que ayudan a prevenir numerosas enfermedades. Sin duda, con todo el respeto que la naranja y la mandarina merecen, es esencial conocer también los pormenores del Pomelo y del Limón, que además, abanderan gran parte de la producción económica de algunos países, incluyendo claro está, a los de la cuenca mediterránea.
El cítrico más ácido del paraíso
El pomelo (Citrus Paradisi), pudo haber resultado de un cruce natural entre la naranja dulce y el ‘pummelo’ (o cimboa, especie de limón) hacia 1823 y se le bautizó como el ‘Cítrico del Paraíso’. Se cuenta que el conde francés Odette Philippe lo transportó desde las islas caribeñas a Florida, lugar dónde ha alcanzado su máximo apogeo, gracias en parte a la labor del científico Richard Hensz que obtuvo las dos variedades más importantes, la Star Ruby y la Río Red.
Esta fruta tan típica en desayunos y que recibe los nombres de Grapefuit en inglés, Pamplemousse en francés y Pompelmo en italiano se obtiene del árbol perennifolio de las rutáceas que puede alcanzar hasta los 8 metros de altura y poseer espinas y hojas ovaladas de color brillante.
El fruto que suele medir entre 10 y 15 cm. de diámetro es de pulpa ácida y jugosa y tiene la cáscara menos porosa que el limón. Suelen distinguirse cuatro variedades fundamentales de la misma como lo son el Pomelo blanco o ‘Marsh seedless’ con un peso de 300 gr. con piel lisa de color pálido y pulpa crema claro con alto contenido en zumo y que se recolecta en octubre, siendo el más ácido pero con mejor aceptación en España. El Pomelo rosa o rojo llamado también ‘Red Marsh’ es de menos calibre y madurez y está signado por su color rosa recogiéndose a partir de octubre.
Por último tenemos también las anteriormente nombradas ‘Star Ruby’ que carece de semillas y tiene más zumos que el resto con un color que va del amarillo oscuro al rojo y la ‘Río Red’ que es la más grande de todas con un color menos intenso y menos cantidad de zumo.
¡Agua del Limonero!
El limón (Citrus lemon y Citrus latifolia), por su parte, fue introducido en la península ibérica por los árabes, como atestiguan los cronistas del siglo XII Ibn-al-Awan e Ibn-el-Beithar, que cuentan, el primero en ‘Libro de Agricultura’ cómo eran los procedimientos para la multiplicación y cultivo del limonero y el segundo en su ‘Diccionario de remedios sencillos’ en el que refleja las propiedades sobresalientes del zumo de limón y exalta sus propiedades curativas en forma de ungüento, a la par que ofrece fórmulas varias para su aplicación. Sin embargo, diez siglos antes los médicos latinos y griegos ya lo usaban en sus regiones como antídoto del veneno y para prevenir enfermedades. Para la Edad Media, se difunde como árbol ornamental por todo el Levante y Andalucía y comienza a ampliarse su uso médico, pero no es hasta el siglo XIX con la mejora en el transporte y la producción cuando se logran transformar todos los terrenos productivos del secano al regadío.
El limón que tiene dos variedades bien diferenciadas, la Lima o Limón del Caribe o de Tahití y el Limón eureka o citrón, se caracteriza por venir de un árbol de hoja perenne de 5 a 16 metros (aunque existe una variedad enana más moderna) y por tener una piel gruesa y pulpa carnosa, midiendo de 3 a 10 cm. de longitud, aunque encontrándose excepciones de hasta 30 cm. La flor del limonero es blanca con extremos rosados y el mismo es muy amarillo cuando está maduro.
La variedad Eureka produce varias cosechas al año en España, siendo la primera a finales de agosto con buen tamaño y mucho zumo, mientras que la Lima que es de color verde, muy aromática y ácida solo puede producirse en la península ibérica en toda Europa debido a las altas temperaturas y suele usarse sobretodo en coctelería caribeña, en pescados, mariscos y arroces e igualmente como aromatizante de alimentos y de bebidas.