La impermeabilización es clave en la reconstrucción de las edificaciones afectadas por los fenómenos atmosféricos adversos
Para la rehabilitación de las viviendas afectadas por estos desastres, desde AIFIm, la Asociación Ibérica de Fabricantes de Impermeabilización, apuntan a la importancia de la función de resistencia de la edificación, a través de una correcta impermeabilización tanto de muros de sótano o garajes, como de fachadas y cubierta.
En inundaciones provocadas por lluvias torrenciales, la impermeabilización es fundamental. “Por ejemplo, actuar sobre los muros es una medida de resistencia y de protección, que permite eliminar las fisuras y rutas de penetración del agua a través de estas”, explica Blanca Gutiérrez, gerente de AIFIm.
Así, las fuertes lluvias demandan una adecuada gestión del agua desde las cubiertas, bien ralentizando el caudal a través de la escorrentía o acumulando el agua para su aprovechamiento. También estas lluvias torrenciales provocan variaciones en los niveles freáticos y escorrentías bajo rasante, por lo que es fundamental impermeabilizar la estructura enterrada. Además, ante un fenómeno atmosférico en forma de granizo es importante la resistencia al punzonamiento de la impermeabilización vista.
Para que no se produzcan filtraciones de agua por subpresión o por capilaridad, otra medida de carácter permanente es la impermeabilización de la cimentación y de la fachada, que también favorece la eliminación de fisuras y el paso de agua por estas.
En estos casos de prevención contra inundaciones, la impermeabilización puede ejecutarse con diferentes soluciones (láminas asfálticas o bituminosas, láminas sintéticas y membranas líquidas).
“Teniendo en cuenta los riesgos de los empujes por presión hidrostática a los que se ven sometidos la fachada, los suelos y los muros, que depende, entre otros factores, del tipo de terreno y la ubicación de la edificación, la ejecución de las soluciones planteadas debe ser realizada por técnicos competentes”, argumenta Gutiérrez.
En general, las láminas de impermeabilización son duraderas y pueden resistir condiciones climatológicas extremas, como las acontecidas en los últimos años, ofreciendo una protección continua y a largo plazo contra el agua.