GeoNovatek refuerza la cimentación de un colegio para la instalación de un ascensor
Los ascensores son elementos muy útiles en cualquier tipo de edificio, ya que facilitan la movilidad entre las distintas plantas. Su instalación requiere de mucha atención y conocimiento, con el objetivo de garantizar la seguridad de los usuarios. En este sentido, un factor esencial que a menudo se subestima es la cimentación sobre la que se asienta el ascensor. Si esta base no está en condiciones óptimas, las consecuencias pueden derivar en fallos en el funcionamiento y en riesgos estructurales graves. Para que esto no ocurra se antoja fundamental comprobar que el terreno sobre el que se va a instalar el ascensor es idóneo para ello, y si es necesario, intervenir lo antes posible. Esta labor fue realizada por GeoNovatek en un colegio de Ferrol, donde la compañía realizó el refuerzo de la cimentación bajo el terreno de un futuro ascensor.
En un entorno como un colegio, donde el tráfico de personas es alto y constante, cualquier fallo en la cimentación podría tener consecuencias graves tanto en términos de seguridad como de rendimiento del ascensor. Reforzar la cimentación antes de la instalación asegura que el ascensor funcione sin interrupciones, evitando desplazamientos, asentamientos del terreno o problemas estructurales que podrían generar costes adicionales de mantenimiento o, peor aún, riesgos para los estudiantes, profesores y personal del colegio.
Refuerzo de la cimentación a través de la técnica Lift Pile
GeoNovatek decidió reforzar la cimentación del terreno bajo el ascensor mediante la hinca de 4 micropilotes utilizando la técnica Lift Pile, la cual transmite la carga estructural a estratos de mayor profundidad y resistencia. Para llevar a cabo esta técnica, antes de verter el hormigón de la nueva cimentación, se colocan unos cilindros metálicos denominados camisas (90 mm de diámetro y 13,5 mm de espesor), que se ensamblan a la armadura de la nueva cimentación. Cabe destacar que las camisas hacen las veces de guía para los micropilotes que se hincarán. Tras instalar las camisas y transcurridos los 28 días desde el vertido, y con el endurecimiento óptimo del hormigón de la nueva cimentación, se lleva a cabo el hincado de los micropilotes. Así, se introducen los micropilotes a través de las camisas incrustadas en la losa, a las que se conecta un pistón hidráulico.
Estos módulos se hincarán en profundidad, dentro del terreno, como consecuencia de la presión ejercida por un pistón. a lo largo de la etapa de clavado del micropilote se crea un efecto de compactación radial del terreno respecto de la barra de penetración, ocasionada por la compresión del terreno, habiendo sido desplazado su volumen por el micropilote.
Al encontrar el micropilote una zona abajo en profundidad, que le permite resistir la fuerza de hincado, el pistón se desprende para que, a continuación, los micropilotes se pretensen.
Dicho pretensado se logra gracias al dispositivo de precarga regulable, el cual se conecta a la camisa, ya embebida en la cimentación, mediante un cabezal de acero enroscado de sección circular. Tras esto, se actúa con un instrumento dinamométrico sobre el perno situado en el extremo superior del dispositivo, hasta alcanzar los valores de precarga de proyecto, o el nivel de elevación deseado.