Viviendas que no se podrán vender a partir de 2030
Con el tiempo, la normativa será aún más estricta, exigiendo que en 2033 las viviendas alcancen como mínimo una calificación ‘D’ y en 2040 una ‘B’. La meta final es que todas las viviendas alcancen la máxima eficiencia energética.
Este cambio afectará profundamente al mercado inmobiliario en España, ya que más del 80% de las viviendas actuales tienen una calificación inferior a la ‘E’.
Los propietarios que deseen vender su vivienda deberán realizar las reformas necesarias para cumplir con los nuevos estándares, lo que podría reducir la oferta de viviendas disponibles en el mercado ya que algunos propietarios podrían optar por no vender debido a los costes asociados con la mejora de la eficiencia energética o a la duración de las obras necesarias.
Para cumplir con los requisitos, los propietarios pueden implementar diversas medidas de mejora, como aplicar un sistema SATE de aislamiento térmico por el exterior lo que supondrá una bajada en sus facturas energéticas de entre un 50 y un 70% y mejorará la calificación energética en 2 letras.
Estas mejoras están respaldadas por planes de subvenciones gestionados por las comunidades autónomas, que ofrecen ayuda financiera para rehabilitaciones energéticas, incluyendo aislamiento térmico, instalación de sistemas de calefacción y refrigeración más eficientes, y el uso de energías renovables.
En resumen, la normativa busca promover la sostenibilidad energética a largo plazo, pero implicará retos significativos para los propietarios y el mercado inmobiliario a corto plazo.