Los principales datos sobre la evolución de la bomba de calor desde diferentes perspectivas

Durante la pasada Feria C&R 2023, Afec acogió en su stand del Plan de Bomba de Calor la presentación de la guía elaborada por la Asociación “La bomba de calor en la rehabilitación energética de los edificios”. Tres binomios condujeron una conversación que paseó por los principales datos y cifras que contextualizan la evolución de las bombas de calor: el binomio de los profesionales del sector y las administraciones públicas; el de la bomba de calor y las energías renovables; y el formado por la Secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen y Joan Groizard, director general del IDAE. Este artículo recoge algunos titulares de ese diálogo.

Según la AIE (Agencia Internacional de la Energía) se necesitan 600 millones de bombas de calor en todo el mundo para 2030 (frente a los 180 de 2020), para cubrir el 20% de las necesidades de calefacción de los edificios; IRENA (International Renewable Energy Agency) señala que, en el sector residencial, el número de bombas de calor debe multiplicarse por nueve para mantener los límites de 1,5°C de calentamiento global; y el objetivo del REPowerEU es instalar 30 millones de bombas de calor para 2030.

Son 600 y 30 millones de decisiones individuales y colectivas, que deben superar barreras relacionadas con el coste inicial, percepciones y dudas sobre utilidad, confort, flexibilidad o instalación, …

Los ciudadanos depositan su confianza en las administraciones públicas y el sector, incluyendo a profesionales de la rehabilitación, para adoptar decisiones informadas, que por tanto tienen responsabilidad como prescriptores y deben trasladar el conocimiento y experiencia sobre las bombas de calor de la forma más directa y transparente posible.

Las bombas de calor combinadas con la fuente de generación más barata, la renovable, resultan realmente competitivas. Según cálculos de Solar Power Europe, incluso con precios de gas anteriores a la actual volatilidad, la combinación de instalaciones de energía solar fotovoltaica y bombas de calor seguirán ahorrando a los hogares hasta un 73%. En el escenario más probable, con precios del gas estabilizados en un nivel más alto, los europeos ahorrarán hasta un 76%.

Además, su impacto es positivo para la acción climática. En 2022 la AIE comunicó que un despliegue generalizado de bombas de calor podría hacer disminuir la demanda de gas natural unos 80.000 millones de metros cúbicos, el gasóleo de calefacción un millón de barriles diarios y el uso de carbón 55 millones de toneladas equivalentes de carbón.

Las bombas de calor pueden contribuir a gestionar la factura energética. Existen equipos de aerotermia y geotermia con sistemas de control que detectan el potencial de generación de energía fotovoltaica excedentaria y modifican consecuentemente su operación; por ejemplo, cambiando las prioridades de abastecimiento de aplicaciones, modificando temperaturas de consigna, elevándolas circunstancialmente para evitar el desperdicio de dicha energía, etc.

También pueden explotar el potencial de los captadores solares híbridos, que combinan las tecnologías fotovoltaica y térmica en un mismo panel, o los sistemas de recuperación de calor, que aprovechan la energía extraída de un edificio o de un proceso de refrigeración para calentar agua, piscinas, sistemas de calefacción, etc.

Las ventajas de las bombas de calor van más allá de su alta eficiencia y capacidad de hibridación. También pueden agregarse para proporcionar servicios a la red y, a cambio, ingresos a los propietarios de las bombas de calor. La digitalización será un excelente aliado en este sentido. Algunos países, como Suiza, ya contemplan la figura de agregador independiente, que suman bombas de calor y otros electrodomésticos propiedad de muchos clientes, para crear agregaciones virtuales y reducir los picos de demanda.

Las soluciones colectivas suponen un gran reto. En 2022 la AIE reportó que las bombas de calor en bloques de viviendas son menos comunes que en unifamiliares, y señaló que es necesario aplicar sistemas que se adapten a la variedad de demandas de calor de un edificio. Esto se ha tenido en cuenta en las líneas de ayuda para residencial, y se intenta difundir a través de los agentes adecuados que se trata de tecnologías competitivas.

El análisis del proyecto Cooling, apoyado por la Comisión Europea y entidades como EFC (European Foundation Center), apunta que España tiene hoy uno de los retornos de inversión más bajos (aproximadamente 4 años, frente a los 8 de referencia para equipos con 20 años de vida útil). Sin embargo, no siempre es suficiente en términos económicos.

La inversión inicial es una de las principales barreras. Aunque la tecnología bomba de calor es madura y está muy extendida en obra nueva, hay que acompañar al sector de la rehabilitación con incentivos para el despliegue de bombas de calor, cuya referencia se encuentra en las componentes 2 (rehabilitación) y 7 (renovables) del PRTR (Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia).

Algunos datos:

• 3.420 M€ para impulsar la rehabilitación de edificios residenciales, viviendas y barrios.
• +550M€ para programas de rehabilitación de edificios (PREE y PREE 5000).
• Programa de oficinas de rehabilitación para financiar la creación de “ventanillas únicas”.
• Acciones específicas en las líneas de autoconsumo y renovables térmicas, etc.

Algunos ejemplos del impacto en el RD477 (ayudas al autoconsumo e implantación de sistemas térmicos renovables):

• 6.510 actuaciones aprobadas con aerotermia (84%) y geotermia/hidrotermia (16%); el 95% de los beneficiarios son personas físicas, individuales o agrupadas, sin actividad económica.
• 44 M€ de ayuda frente a una inversión total > 113 M€.
• El 95% es para unifamiliar; un porcentaje similar incluye sustitución de combustibles fósiles.

Este crecimiento refuerza la cadena de valor en España vinculada a bombas de calor.

• Según datos de IDAE para Eurostat de 2021, en seis años casi se han triplicado las instalaciones de bombas de calor (más de 5 millones).
• La potencia instalada se ha multiplicado por 2,5.
• El consumo renovable es más del triple.
• El sector residencial contabiliza tres de cada cuatro instalaciones, principalmente aerotermia.
• En 2022 las ventas de bombas de calor aumentaron un 11%, casi el doble que hace cinco años.

Según datos de AFEC, el mercado de equipos de climatización, bombas de calor y ACS creció en 2022 el 24% vs. 2021. Esto supone una oportunidad industrial. La AIE calcula que para cumplir con el escenario NZE (cero emisiones netas a 2050) globalmente, será necesario aumentar la capacidad de fabricación en 15.000 MUSD a 2030.

Los planes de expansión del sector todavía no están alineados con este objetivo, pero el análisis de la agencia destaca el empuje de Europa (incluida UK), donde 13 fabricantes ya han iniciado planes de desarrollo (70% de empresas con sede en Europa, 25% de matriz japonesas). Hay más de 170 centros de producción en la UE.

El análisis de la AIE apunta la posibilidad de triplicar la capacidad de fabricación en Europa con las inversiones anunciadas, pero se insiste en la necesidad de profundizar esa capacidad porque la demanda sostenida de este tipo de instalaciones permite engrasar la cadena de valor y minimizar los posibles cuellos de botella. Son cuestiones que subyacen en las negociaciones de la Net-Zero Industry Act.

Esta oportunidad se abre para los fabricantes de bombas de calor, y también para los de componentes, con representación significativa en España.

Igualmente, se abren oportunidades para el empleo industrial: con el cumplimiento del RepowerEU, unido a los planes nacionales, los empleos se triplicarán. La patronal europea EHPA habla de 450.000-500.000 empleos a jornada completa, frente a los 117.000 actuales.

Este crecimiento de empleo incluirá a personal actualmente ligado a la fabricación de calderas y otras instalaciones, a las que sustituirán las bombas de calor. La Comisión Europea estima que para cumplir los objetivos de despliegue de bombas de calor del REPowerEU, se necesitarán 750.000 instaladores más en 2030 (un 50% más que ahora); y que al menos el 50% de los instaladores de calderas encontrarán un nuevo mercado con futuro en las bombas de calor.

Para ello debe reforzarse la formación y darle capilaridad, para activar la creación de empleo local, distribuido e inclusivo en todas las fases de la cadena de valor, desde la idea hasta la instalación, revisión y mantenimiento.

Adicionalmente, se abren oportunidades en la industria, servicios y otros ámbitos, como las redes de frío y calor: según un informe de Euroheat & Power, que analiza inversiones planeadas en la UE en este sector, la capacidad instalada de grandes bombas de calor aumentará al menos un 80% a 2030, lo que provocará profundos cambios en la cartera de generación y el crecimiento de las redes.

En definitiva, es una oportunidad industrial y de empleo de primer orden, que tiene mucho camino por delante: más del 80% de los edificios reciben calificación energética E/F/G (“ineficientes”). Esta situación cambiará en los próximos años, por impulsos normativos ya iniciados por las autoridades comunitarias y por el ejercicio de anticipación del PRTR de la mano del sector.

Los europeos pasamos entre un 80%-90% del tiempo en interiores (OMS). La climatización es un elemento importante del día a día e incide directamente en nuestra calidad de vida.

Los impactos en la salud asociados tradicionalmente al invierno se replican y multiplican en verano: las olas de calor causaron entre 77.000 y 129.000 muertes en los 32 países miembros entre 1980 y 2020, lo que representa del 86% al 91% de las muertes causadas por fenómenos extremos relacionados con el clima (Agencia Europa de Medioambiente).

La rehabilitación energética de edificios, incorporando soluciones accesibles que reduzcan consumos y que optimicen la regulación de la temperatura de interior, es una herramienta estructural identificada por la Estrategia contra la Pobreza Energética.

El sector tiene además potencial para contribuir a la reducción de emisiones de NOx. Según EHPA, cumplir con el despliegue de bombas de calor en Europa a 2030 reduciría un 40% las emisiones de NOx de la calefacción doméstica.

Las bombas de calor constituyen una herramienta rápida y eficiente para activar, a la vez, varias palancas:

• Demanda de renovables. Permite avanzar en ese reto de triplicar la instalación de renovables a 2030.
• Acceso a calefacción (>1.100 millones de personas) y refrigeración (>2.900) sostenibles, en hogares cuya falta afectan especialmente a mujeres y niñas.
• Salud. Una acción coordinada internacional sobre climatización sostenible, incluyendo bombas de calor, puede ahorrar 78.000 millones tCO₂e a 2050, mejorar la vida de cientos de millones de personas, y conseguir enormes ahorros económicos (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente PNUMA 2023).

En definitiva, el sector tiene capacidad de:

1. Contribuir a la descarbonización.
2. Generar actividad y empleo industrial innovador e inclusivo.
3. Mejorar el acceso a energía y climatización accesibles, reduciendo la vulnerabilidad.
4. Mejorar la calidad del aire y la salud pública.