Lancor: autogestión al servicio del cliente
En un mercado tan competitivo como el sector de la elevación, la flexibilidad y el servicio al cliente son aportaciones de valor fundamentales para la supervivencia de cualquier organización. Para conseguir niveles óptimos en estos dos valores, Lancor lleva varios años evolucionando hacia una autogestión más avanzada que le ha llevado a alcanzar índices de servicio al cliente inmejorables, así como una flexibilidad que les permite en todo momento adaptarse a las necesidades de cada cliente. Esta autogestión avanzada, junto al propósito evolutivo y la plenitud de las personas, forman los tres pilares para una organización como Lancor que quiere estar preparada para un entorno cada vez más cambiante y complejo.
“Lancor ha apostado por un cambio cultural y organizacional a todos los niveles que se recoge en lo que llamamos ‘nuevo estilo de relaciones’, donde las personas pasan a ser las verdaderas protagonistas”, aseguran desde la empresa.
Lancor se estructura en equipos transversales autogestionados.
Con más de 15 años aplicando este ‘nuevo estilo de relaciones’, la organización se orienta hacia el cliente. Estructurándose en equipos transversales autogestionados, compuestos por representantes de todos los departamentos que intervienen en el proceso desde que entra el pedido hasta que se expide, el cliente se sitúa en el centro. Estos equipos carecen de jerarquía, se autogestionan y toman decisiones, viendo las exigencias del cliente como una oportunidad y viviendo al cliente en el día a día como el integrante más importante de la organización. Estas dinámicas consiguen la implicación de todas las personas de Lancor en el cumplimiento de los compromisos adquiridos.
Valor diferencial
“Es clave para la toma de buenas decisiones conocer en todo momento las necesidades y toda la información necesaria para el desempeño de los compromisos. Esta información llega a través de la persona que desempeña el papel de ser los ojos del cliente y que está siempre en contacto estrecho con este”, en palabras de la firma, para añadir que “otro pilar importante es cuidar la cultura de colaboración, el proceso, los modos y las formas que generen la confianza necesaria dentro del grupo para facilitar el alineamiento de todo el equipo con los intereses del cliente”.
Para todo ello, todas las personas que integran Lancor han recibido formación en habilidades de gestión de equipos, gestión de conflictos, realización de reuniones eficientes y otras muchas, para que cada minuto invertido en ello sea un espacio de generar valor y afianzar la cultura de la compañía.
“Esta autogestión avanzada nos ha obligado a una revisión de la figura de los líderes y hemos tenido que romper con el paradigma del ‘ordeno y mando’ y evolucionar hacia una figura de líder mucho más acorde a la autogestión, donde compartir responsabilidades sin caer en el caos supone el gran reto’, afirman, para concluir que “si se toma conciencia de las dificultades que acarrea y entre todos hacemos lo posible para superar estos obstáculos, conseguimos la implicación de la mayoría de las personas de la organización, todas remando en la misma dirección, lo que nos da un valor diferencial con el resto de las empresas”.
Sede central de la compañía en Bizkaia.
No es de extrañar la afirmación de que “está siendo un camino largo y desconocido, pero que está teniendo una evolución muy positiva porque siempre se han reconocido los avances e identificado los puntos de mejora”. Que la organización sea consciente de todo esto es un proceso evolutivo que ha sido clave en el éxito de la implantación.
Con este trabajo previo bien realizado, los resultados enseguida se hacen relevantes. “En Lancor estamos orgullosos de que año a año mejoremos los plazos de entrega de nuestras máquinas, aumentamos nuestra flexibilidad y adaptación a las solicitudes que recibimos, que los indicadores de calidad se mantengan en niveles de excelencia y todo ello nos permita mantener la confianza de nuestros clientes y atraer a nuevos clientes que buscan un tipo de relación más colaborativa”, finalizan.