La Construcción y los jóvenes: la gran asignatura pendiente del sector

Existen profesiones en España que presentan un complicado relevo generacional. En la mayoría de casos, se trata de empleos duros que, si bien pueden llegar a estar bien pagados, están denostados por la sociedad por hábitos y complejos de antaño.

Es el caso de la Construcción que, en nuestro país, adolece de falta de profesionales jóvenes. De hecho, en un análisis pormenorizado de los datos del sector, éste presenta un grave problema de relevo generacional.

Para entender las dimensiones de esta cuestión, hemos de conocer, primero, las cifras más relevantes de la Construcción en nuestro país:

• Su contribución al Producto Interior Bruto supera el 6%.
• En cuanto a las tasas de empleo, la Construcción supera el millón de trabajadores.
• La importancia de sus actividades: infraestructuras, viviendas, suministros básicos, etc. que hacen inviable su cese o extinción.
• El convenio colectivo aprobado en junio de 2022 ha incrementado las tablas salariales en un 3% y en un 1% para los planes de pensiones, respectivamente.
• Las nuevas medidas laborales incorporan el contrato indefinido como modalidad de relación profesional que prevalece, dando una mayor estabilidad al empleado.

En 'La población joven y el sector de la Construcción', del Observatorio de la Construcción de la Fundación Laboral (publicado en 2021), se destaca que “el personal exvinculado guarda similitudes con el personal actual del sector: mayoritariamente son varones (70,7%), mayores de 24 años (59,1%), residen en un entorno urbano (74,4%) y tienen nacionalidad española (94,6%)”.

Presentado de otra manera, el perfil de trabajador tradicional de la Construcción es el mismo que se está alejando de ella. Si bien los encuestados en el estudio de Fundación Laboral presentan un grado mayor que en el resto de sectores de satisfacción (cuatro de cada cinco jóvenes está muy satisfecho), la percepción de las personas que todavía no han accedido lo describen como “duro”: “El primer adjetivo que le viene a la mente a la juventud de 16 a 29 años al pensar en la construcción es que es un trabajo duro: el 25,3% lo califica de esta manera. Esta definición está muy relacionada con la segunda mención que realizan los jóvenes (16,1%): "es un sector donde prima el esfuerzo físico, es muy cansado y sacrificado”.

Para estos jóvenes, el trabajo ideal ha de presentar flexibilidad de horario, independencia, no ser necesaria experiencia, estabilidad económica y remuneración (por encima de los gustos particulares del empleado), así como el uso de nuevas tecnologías.

Este unicornio, que parece difícil de aplicar en el mercado laboral actual, guarda muchas similitudes con lo que puede ofrecer la Construcción a los jóvenes españoles en paro.

En España (a la cola de Europea en generación de empleo juvenil), el 29,6% de los menores de 25 años se encuentran en situación de desempleo. El 9,2% de los jóvenes entre 18 y 24 años no estudia ni trabaja. Además, no se encuentran en una situación de búsqueda activa de estudios o de empleo. Esta cifra, que es ligeramente superior a la de la Europa de los 22 (7,7%) carece de razón si atendemos a los datos de necesidad de mano de obra en sectores como el que nos ocupa.

En el lado contrario, se encuentra la Construcción, donde el 65% de las empresas tienen dificultades para encontrar personal cualificado y no cualificado. En total, se requieren unos 700.000 trabajadores para los próximos años, en los cuales se recibirá el 70% del total de ayudas de la Unión Europea (que suman 140.000 millones de euros).

Para revertir la situación, desde la Construcción se ha de adaptar el mensaje al contexto social en el que nos encontramos.

La generación de los 2000, que se está incorporando ahora al mercado laboral, es la considerada de 'Cristal'. Éstos cuentan con mayores destrezas audiovisuales que sus antecesores y con una cuidada cultura del sentimiento, algo que prácticamente no aparece en generaciones anteriores. No obstante, presentan una mayor capacidad de frustración y rechazan el sufrimiento. Sus hazañas y éxitos menores son vistos por ellos mismos como grandes avances y no conciben el desarrollo profesional como una carrera de sufrimiento.

Esta potencial mano de obra choca frontalmente con la idea que de la Construcción existe en el imaginario colectivo, a pesar de los avances que se están llevando a cabo en términos de seguridad y salud y salariales.

Para poder cambiar radicalmente la concepción social del sector, se han de cambiar los canales y los públicos habituales de comunicación. Según los datos de la Fundación Laboral de la Construcción, el medio más utilizado para la búsqueda de información sobre posibles vías de empleo y de educación es Internet (con un 64,7%) y, en segundo puesto, la fuente de familiares y amigos (con presencia del 56,4%). Las redes sociales ocupan el cuarto puesto (por detrás de los profesores), con una participación del 32,8%.

Este escenario demuestra que los jóvenes utilizan una media de tres fuentes para conocer más sobre su futuro laboral y educativo. Es fundamental estar en al menos dos de ellas con una buena imagen entre sus usuarios.

Para ello, la Construcción ha de dar el salto a las redes sociales y a Internet, por muy banal que nos resulte. La comunicación, hoy en día, ha mutado y lo que se entendía como algo superficial, como es el caso de Instagram o de Tik Tok, ahora se utiliza también como un medio divulgativo donde acuden millones de jóvenes con dudas sobre qué estudiar.

Imitar el lenguaje juvenil, con sus códigos y con sus herramientas, todavía cuesta. Mientras tanto, las nuevas generaciones se van hacia trabajos de reciente creación, como es el caso de 'influencer' o 'generador de contenido', cayendo en el olvido las profesiones más clásicas.

Incidir en lo bueno de la Construcción es fundamental en los próximos años. Para ello, se deben crear comunicaciones fuertes e incidir en los agentes decisores (especialmente profesores y trabajadores) para que el discurso sobre el sector se afiance en aspectos positivos y que sigan los patrones de la mentalidad de la 'Generación de Cristal':

• Reconversión hacia procedimientos y materiales sostenibles.
• Generación de empleo a largo plazo, con buenas condiciones económicas y que establece la seguridad como un principio básico para el desempeño de las profesiones involucradas.
• Posibilidad de desarrollo profesional con garantías.
• Ayuda al desarrollo social y económico, con la generación de infraestructuras básicas para el correcto funcionamiento del país.

Potenciar el lado positivo de la Construcción nos hará llegar a un potencial público trabajador, pero también modificar la imagen de un sector que aporta economía, seguridad y desarrollo.