Que corra el aire
Para ganar en salud, es el momento de avanzar en aspectos de ventilación y en calidad del aire interior (…¿de verdad pensamos que las instalaciones de climatización de los colegios de nuestros niños son las adecuadas?) puesto que los niveles de contaminación en ambientes cerrados pueden llegar a ser de 10 a 100 veces más elevados que las concentraciones exteriores. No es un deseo personal sino la reivindicación de técnicos, científicos y profesionales de la climatización y sanitarios.
Descontada la irresponsabilidad de algunos, que afecta a todos, al igual que la complacencia de las autoridades políticas -que van a lo suyo y que llegan a despreciar a los científicos-, la probabilidad del contagio del virus se incrementa en espacios mal ventilados o cerrados que permiten una concentración de aerosoles que emitimos. Los aerosoles pueden permanecer entre una y dos horas en el aire y se desplazan hasta ocho metros, convirtiéndose en una de las principales causas de los contagios. Creo que no debe existir debate al respecto.
Por eso debemos agradecer a los científicos e investigadores que instaron a la OMS (este es otro de sus grandes errores) a que finalmente llegara a admitir que la transmisión por vía aérea del coronavirus puede ser posible, principalmente en entornos cerrados.
Partiendo de esta premisa, los sistemas de climatización y ventilación se convierten en un vector clave en las medidas de prevención del riesgo de contagio por vía aérea del SARS-CoV-2.
En ese sentido hay que valorar campañas como la de Afec '¡Cuida el Aire que te Rodea!', la celebración del Congreso Internacional CAI, o los mensajes de la Plataforma Passivhaus y organizaciones de contrastado nivel técnico como Ashrae, Rehva o Atecyr que indican cómo es preciso ventilar, incluso de manera forzada y que han publicado recomendaciones que deben cumplir estos sistemas. Los fabricantes de estas soluciones también están incidiendo en las ventajas de la renovación del aire. Todos dan buenos consejos a tener en cuenta para ayudar a reducir la concentración del virus SARS-CoV-2 en los espacios interiores y, por lo tanto, disminuir el riesgo de transmisión
Así, los profesionales de edificios y responsables de mantenimiento se enfrentan al reto de conocer, adaptar y reforzar los sistemas de climatización y ventilación de sus edificios. Todo ello, una correcta ventilación, además de protegernos frente al virus, nos ayudará a fortalecer nuestro sistema inmunológico, hace que nos sintamos más relajados y, a nivel general, aumenta nuestro bienestar gracias a que genera altos niveles de serotonina.
Pues que corra el aire¡¡¡(y no nos olvidemos de ser especialmente responsables…es lo que toca)