¿Qué es la economía circular?
El termino economía circular, se refiere a un tipo de economía que se suele denominar “de la cuna a la cuna”, ya que se preocupa de toda la vida de cada producto, desde que sale al mercado hasta que termina su vida útil.
La idea principal de este concepto es que la basura no existe como tal, es otro material de la cadena de reciclaje; la cuestión principal está en la transformación que experimenta cada material, todos son factibles de sufrir este proceso de cambio, con la idea de preservar su capital natural.
El principal atributo de la economía circular es su propósito reparador y regenerativo, propone un ciclo continuo de desarrollo, fundamentado en tres principios: conservar y mejorar el capital natural, optimizar el uso de los recursos y fomentar la eficacia del sistema.
Los ingredientes tóxicos no están prohibidos, sin embargo, deben usarse solo cuando sean estrictamente necesario o con la condición de que sean reciclados de manera continua para que no se conviertan en desperdicios.
Otro elemento clave del proceso es que la energía necesaria para que todo funcione debe ser renovable.
Su principal característica es que el residuo se convierte en recurso, así todo el material biodegradable vuelve a la naturaleza y el que no lo es, se reutiliza.
Se fomenta la reutilización de residuos que aún pueden funcionar, se busca una segunda vida a los productos estropeados y se utilizan los materiales que se encuentran en los residuos aprovechando energéticamente los residuos que ya no se pueden reciclar.
La economía circular es una nueva visión orientada al desarrollo de productos y servicios sostenibles, de manera que se optimiza el uso de los recursos, se facilita el desmontaje y la reutilización y se minimizan los residuos. Ya no vale simplemente con reciclar o utilizar materiales reciclados, la base está en reutilizar componentes durante todos los procesos de creación, y rediseñar pensando especialmente en el desmantelamiento al finalizar la vida útil de los productos.
En Arquitectura, todo este proceso no es tan sencillo ya que diseñamos edificios basándonos en nuestras necesidades de hoy, para que perduren hasta un mañana indefinido, los diseñamos bellos y eficientes en nuestro contexto actual, pero en general no pensamos en qué les pasará durante su vida útil y utilizamos materiales con vidas útiles diversas: hormigón, acero, madera, etc.
Por otro lado, aunque pensemos que, en el futuro, el edificio pueda ser rehabilitado no lo diseñamos expresamente para facilitar ese proceso, ni sabemos si podrá readaptarse a las necesidades futuras; y en el caso de que sea demolido, no se considera desde un principio cómo será esa demolición y si se podrán reutilizar los materiales.
Poco a poco se va reutilizando más materiales de construcción y avanzamos en la Arquitectura modular y prefabricada, pero mayoritariamente, seguimos diseñando sin considerar toda la vida útil del edificio, ni su adaptabilidad en el futuro.
La nueva Arquitectura sostenible pasa por diseñar con estas pautas, y conseguir edificios flexibles que se adapten fácilmente a las necesidades de sus futuros inquilinos. Debemos pensar que si el usuario se adapta a los cambios la Arquitectura también debe de hacerlo.