El ITeC presenta en Madrid las conclusiones del informe Euroconstruct de verano
El pasado 20 de septiembre, el Institut de Tecnologia de la Construcció de Catalunya, ITeC, presentó sus conclusiones sobre el informe Euroconstruct de verano acerca de la situación y las previsiones del sector de la construcción en España y Europa, en una conferencia celebrada en el Roca Madrid Gallery. Al acto acudieron el director general del ITeC, Francisco Diéguez; el jefe del Departamento de Mercados del ITeC, Josep R. Fontana, y el presidente de Seopan, Julián Núñez.
Como cada año, Euroconstruct celebra dos conferencias (una en verano y otra en invierno) con el objetivo de presentar los resultados de sus informes sobre la situación actual y futura de los mercados de la construcción -incluyendo la edificación residencial y no residencial y la ingeniería civil, tanto en lo referente a la obra de nueva planta como a la de rehabilitación-.
El grupo está formado por 19 institutos europeos, entre los cuales se encuentra el ITeC, organismo encargado de elaborar el informe de España. Por ello, el pasado 20 de septiembre el Instituto organizó una conferencia en el Roca Madrid Gallery para desvelar la tendencia sobre la evolución del sector en Europa en los últimos meses y la previsión inmediata que ha realizado Euroconstruct en su último informe de verano. Francisco Diéguez, director general del ITeC, realizó una breve introducción del informe que, posteriormente, fue detallado y analizado de una manera más exhaustiva por Josep R. Fontana, jefe del Departamento de Mercados del ITeC.
De izquierda a derecha: el director general del ITeC, Francisco Diéguez; el presidente de Seopan, Julián Núñez, y el jefe del Departamento de Mercados del ITeC, Josep R. Fontana.
2016: año del crecimiento sostenido a nivel europeo
Durante su intervención, Diéguez quiso destacar que es un buen momento para transmitir en qué situación se encuentra el sector de la construcción en los diferentes países. “Nos gustan estos encuentros porque a partir de los informes hacemos balance a nivel europeo y nacional”, aseguró. Asimismo indicó que, tras la transición de los últimos dos años (siempre hablando a nivel europeo), en el 2016 se puede considerar que comienza un crecimiento sostenido y señaló la ejecución del Plan Junker como un punto positivo.
Sin embargo, a nivel nacional no se puede decir lo mismo, siguiendo España una tendencia contraria a la europea. Por ello, quiso señalar dos reflexiones muy importantes para la recuperación y desarrollo del sector. “Desde el ITeC estamos planteando un cambio de modelo en el sector. Consideramos que el actual es un modelo agotado. Estamos proponiendo un cambio donde todos los agentes trabajen de manera más transparente y colaborativa. También queremos incluir herramientas como el BIM y otras que nos hacen avanzar. Otro punto es que la construcción no puede ser un fin en sí mismo. La construcción es un medio para la mejora de la sociedad y la ciudadanía. Somos un medio para conseguir nuestros objetivos y no un fin”, reivindicó.
A continuación, Josep R. Fontana detalló las previsiones del informe.
Situación y previsiones en Europa. Se acaba la transición y vuelve la normalidad
Tanto 2014 como 2015 han sido años de transición para el sector construcción en Europa, años en los que el crecimiento ha sido testimonial y cuajado de excepciones en forma de países que seguían en recesión. Pero 2016 será el tercer ejercicio en positivo con el que se iniciará una fase en la que la construcción muestra mayor tracción que la economía: la previsión para el sector es del 2,6% mientras que sólo se espera un 1,8% en el PIB de la suma de países de la red Euroconstruct. Las razones que explican este plus de crecimiento son variadas (bajos tipos de interés, mejora de las rentas familiares, plan europeo de inversiones) si bien no están exentas de riesgo (presupuestos públicos restrictivos, altos niveles de deuda pública y privada).
Este repunte del sector no será un fenómeno pasajero y la previsión contempla que la construcción continúe avanzando a mayor ritmo que la economía durante los próximos años. Sin embargo, la brecha entre ambas no tiende a aumentar, sino a reducirse: mientras que el PIB se mantiene creciendo al 1,9% tanto en 2017 como en 2018, el sector construcción pasa del 2,7% en 2017 al 2,4% en 2018. La desaceleración de Alemania provoca que una quinta parte del sector europeo de la construcción apenas espere crecimiento en el horizonte 2018, lo cual es imposible de compensar con el buen comportamiento de mercados más pequeños como los de Polonia o Irlanda. El resto de mercados grandes se mueven alrededor de la media: España y Francia algo por encima, Italia algo por debajo.
La edificación residencial ha reaccionado más pronto y con mayor intensidad que el resto de los segmentos, y disfruta de un momento de crecimiento sustancial: 5,7% previsto para 2016 y 4,2% para 2017. Los países de la zona Euroconstruct esperan producir más de 1,6 millones de viviendas en 2017, en contraste con los 1,4 millones al año que se registraron en 2013-2014. Junto con la recuperación económica, el abaratamiento del crédito ha contribuido decisivamente a volver a despertar interés por la compra y por la promoción de vivienda. Tal como ya apuntamos en el anterior informe, el fenómeno de la acogida de refugiados está presionando a países como Alemania u Holanda a construir vivienda con urgencia. A Francia le ha costado bastante salir de la espiral recesiva, pero finalmente tiene por delante unos años de crecimiento intenso, arropado por políticas públicas de estímulo.
La edificación no residencial vuelve a la zona positiva en 2016 (3,2%) tras un largo paréntesis de siete años de recesión. Pese a la mejora del clima empresarial, la demanda de nueva superficie no residencial continúa siendo sólo moderada, en un contexto de abundante stock disponible que se percibe en indicadores como el bajo grado de uso de la capacidad productiva instalada. Además, la demanda pública sigue muy condicionada por los equilibrios presupuestarios en numerosos países. Por todo ello, la producción seguirá moviéndose a niveles discretos, pese a que los incrementos anuales (3,4% para 2017 y 2,3% para 2018) puedan dar la impresión de que los avances son significativos. Por categorías de uso, las oficinas consiguen dejar atrás el estancamiento de los últimos años y concentran las expectativas de crecimiento más intenso; algo que en menor escala también sucede con la construcción industrial. El énfasis que Alemania está poniendo en la vivienda no se reproduce por el costado del no residencial, que tiende a estancarse.
La ingeniería civil repuntó notablemente en 2015 (2,9%), pero pierde impulso en 2016 (1,5%). Es el efecto combinado de varios factores: en el Reino Unido se van acabando proyectos viarios de gran envergadura que han propulsado a este segmento los últimos 3 años, en España se ha desvanecido el efecto catalizador de las elecciones y en los países del Este se atraviesa un cierto “impasse” entre períodos de programación de fondos estructurales europeos. El mal momento de la inversión pública sigue dejándose sentir, particularmente en las administraciones locales que suelen asumir la responsabilidad del mantenimiento de las infraestructuras. El Plan de Inversiones de la Comisión Europea debería de ofrecer un cierto contrapunto, y hasta el momento ha contribuido a arrancar proyectos de trasporte y energía en 10 países. La previsión más a medio plazo vuelve a acelerarse (3% en 2017, 3,8% en 2018) contando con que los países del Este recuperen su ritmo habitual, particularmente Polonia. En Europa occidental, los mercados más activos serán Noruega y Reino Unido; asimismo Italia, cuya estrategia nacional de reactivación de proyectos que quedaron paralizados por la crisis ya está dando frutos.
Situación y previsiones en España. Amenazas de recaída
En el sector construcción se percibió un cambio de tendencia en la segunda mitad del 2014 que propició que 2015 empezase con un moderado optimismo: la ingeniería civil crecía con la inminencia de las elecciones, aumentaban los proyectos para nuevas viviendas y se recuperaba la rehabilitación. Esta atmósfera positiva se ha degradado en 2016 a raíz de la prolongada situación de gobierno en funciones que está ralentizando la toma de decisiones, y de la complicación del proceso de corrección del déficit público. El principal perjudicado está siendo el segmento de la ingeniería civil, mientras que de momento el resto de segmentos, sobre todo la vivienda, se ven poco afectados y contribuyen a que 2016 pueda acabar con saldo positivo en términos de producción (3,7%). Las perspectivas para 2017 y 2018 están muy condicionadas por si la ingeniería civil es capaz o no de detener su contracción. En caso afirmativo, la producción seguiría creciendo (4% en 2017 y 3,5% en 2018) a ritmos algo superiores a los de la economía.
El segmento de la edificación residencial es el que concentra las mejores expectativas para los próximos años, algo que puede resultar paradójico puesto que la vivienda se suele identificar como el principal factor desencadenante de la crisis. Influye sin duda la mejora del sector inmobiliario, donde el inicio de la recuperación de precios y las mejores condiciones en las hipotecas abonan la idea de que es un momento oportuno para comprar. Aunque persisten las dificultades, promover nueva vivienda en aquellas zonas y estratos de demanda más activos ya no se percibe como algo insensato. Es aún prematuro concluir que el mercado está normalizado, pero la mejora ha sido suficiente como para propiciar los primeros incrementos de producción en 2015 (3,8%) y apunta a un 2016 bastante activo (12%). La mejora en los flujos de nuevos proyectos y en el mercado de suelo permite albergar esperanzas de seguir creciendo en 2017 (6%) y 2018 (4,5%).
En comparación con la vivienda, la edificación no residencial ha sido más reticente a mostrar signos de inflexión y la producción continuó contrayéndose en 2015 (-2,6%). En circunstancias normales, esto sería síntoma de un mercado con baja demanda, pero en el caso español no es así, ya que la demanda de inversión está a niveles objetivamente altos. Hasta ahora toda esta demanda se ha ido nutriendo del stock ya construido y que se ha ofertado a precios atractivos. Poco a poco aparecen los primeros síntomas de avance de precios y de disminución de stock, que deberían ser el preludio de un repunte de la producción de nueva planta en 2016 (3,8%). Para los próximos años continúa previéndose un sector produciendo por debajo de su capacidad y que solo se dedica a atender los vacíos de oferta más acuciantes. Pero en un contexto de muy baja actividad, es suficiente para generar tasas anuales de crecimiento como las previstas (5,2% para 2017, 4% para 2018).
De la misma manera que la producción en ingeniería civil se ha beneficiado del calendario electoral del 2015, se está viendo negativamente afectada en el 2016 por el largo periodo de interinidad en la Moncloa. Pero por grave que pueda parecer la ausencia de gobierno, es todavía más preocupante que se vaya a sacrificar más inversión pública en infraestructuras en pro de la reducción del déficit durante los próximos años. La previsión 2016 plantea un retroceso (-6,9%) que revierte la producción a niveles algo por debajo del 2014, que entendemos podrían ser verosímiles de mantener en el horizonte 2017 (0,1%). La proyección 2018 contempla algo de crecimiento (2,8%) pero seguiría sin superarse la producción del 2015, que quedaría como un pequeño pico aislado, fruto de un sobresfuerzo inversor puntual.
La próxima cita para el seguimiento del sector
La siguiente reunión del foro Euroconstruct se celebrará los próximos días 24 y 25 de diciembre en Barcelona, organizada por el ITeC.
Como de costumbre, los expertos de los 19 países de la red Euroconstruct presentarán sus conclusiones relativas al seguimiento de la marcha del sector, junto con las perspectivas hasta el año 2019. El programa definitivo se puede consultar en www.euroconstruct.cat.
“En España tenemos un enorme problema en cuanto a infraestructuras”
Así lo aseguró el presidente de Seopan, Julián Núñez, durante el acto de clausura de la conferencia. El experto insistió en que “lo que tenemos por delante es muy complejo” en lo que al tema de infraestructuras se refiere. En este sentido advirtió que en los últimos 6 años el país ha reducido el déficit en 100.000 millones de euros y que en los próximos 4 años vamos a tener el mismo panorama en materia de infraestructuras que hace 6 años.
“Al país le hacen falta infraestructuras. España tiene que invertir. La inversión pública es un concepto muy grande. Aproximadamente sólo el 40% de la inversión pública le llega a las empresas constructoras. En España tenemos un déficit en inversión pública por habitante de 400 euros. En infraestructuras de transporte, educación, defensa, salud, medio ambiente, vivienda…, por este orden”, apuntó Núñez.
Por ello quiso destacar que su organización va a presentar un informe exhaustivo en los próximos meses de por qué y dónde hay que invertir en infraestructuras. “Si queremos invertir más y no perder la comba de la competitividad respecto a países europeos hay que hacer una planificación más transparente. También hay que regular nuestra normativa, mejorar la planificación concesional. Hay que abordar el desafío de invertir más para que el sector mejore. Invertir en infraestructuras es bueno porque se genera empleo, hay una rentabilidad fiscal del 49%. Las infraestructuras nos están ayudando a salir de la crisis gracias a las exportaciones”, aseguró.
El presidente de Seopan quiso finalizar el acto con una reflexión: “Este panorama de dónde venimos no debe atenuar el debate de la necesidad real en materia de infraestructuras. Tenemos una situación compleja pero tenemos que mirar hacia el futuro revirtiendo la situación que tenemos en España”.