Rehau expone en Ingurubide soluciones para mejorar la clasificación energética de los edificios
24 de junio de 2013
El certificado evalúa la eficiencia energética del inmueble y le otorga una clasificación en una letra que variará de la A a la G, un sistema similar al de los electrodomésticos de siete escalas. Además de la información sobre sus características energéticas, el certificado incluirá recomendaciones para la mejora de la eficiencia energética del inmueble.
Los responsables de Rehau, Daniel Morales, director comercial; Juan Ramón Castro, jefe departamento de ventanas, e Igor Gutiérrez, técnico de proyectos, han mostrado en su ponencia los tres pilares de la eficiencia energética, diferentes soluciones para mejorar el certificado en la edificación.
Daniel Morales destacó que la clasificación energética favorece la reducción del consumo energético, el ahorro económico, revaloriza el inmueble en el mercado; mejora las condiciones del edificio, respeta el medio ambiente; y permite la obtención de ayudas y subvenciones.
La calefacción/climatización, con cerca del 76%, es la responsable del mayor gasto energético de un edificio, seguido a mucha distancia del agua caliente sanitaria (13%), energía (6%), o iluminación (2%). La mayor parte del calor se suele producir por las ventanas, con un 37%; seguido de la pared exterior, con el 35%; la cubierta con el 15%; y el suelo con otro 13%.
Para mejorar la clasificación, señaló Igor Gutiérrez, se debe actuar en la reducción de pérdidas energéticas (mejora en las ventanas, cerramientos, y aislamiento de fachadas); aprovechamiento de las energías renovables (geotérmica, biomasa, solar, o ecoventilación); y una distribución eficiente de la energía (sistemas de calefacción/refrigeración a través de superficie radiante, sistema de regulación eficiente y tuberías preinstaladas de district heating).
Juan Ramón Castro, jefe departamento de ventanas, detalló la evolución tecnológica de las ventanas desde mediados del siglo XX. Hasta entonces, en su mayor parte eran de madera y hierro, y a partir de 1958 comienza a incorporarse nuevas tecnologías como el PVC, el polímero (1968), la junta central (1976), las dos cámaras (1980), la tercera cámara (1994), la nueva generación de cristales aislantes (1998), o la perfilería con cuatro y hasta cinco cámaras (2000). Los actuales sistemas eliminan los puentes térmicos y consiguen ahorros energéticos de hasta un 76%.
La tecnología Rehau está implantada en numerosas edificaciones residenciales, equipamientos públicos o industriales. Entre los ejemplos más recientes de sus posibilidades se encuentra el Palacio San Cristóbal de Zalla, un inmueble del siglo XVIII que ha logrado la calificación energética A, la categoría máxima, por los diferentes sistemas de ahorro introducidos en el inmueble.
Entre otras medidas, esta casa cuenta con un aislamiento térmico reforzado en la envolvente, utilizando carpinterías exteriores de alta calidad, masa térmica interior y ventilación cruzada. También se ha realizado un ‘free heating’ aprovechando en los meses fríos la energía producida por el calentamiento de los colectores solares y que sirve para calentar los suelos radiantes. Esta rehabilitación energética ha posibilitado ganar el tercer premio de la I Edición del Concurso Internacional Edificios Urbanos Sostenibles 2013, organizado por Construction21 y Metropolitan Solutions.