SRAM y Velo transforman residuos de carbono en sillines de alto rendimiento

La industria ciclista avanza hacia un modelo más sostenible con innovaciones como la reciente colaboración entre SRAM y Velo, que han logrado reutilizar residuos de fibra de carbono para fabricar sillines de alto rendimiento. Gracias a este proyecto conjunto, los residuos generados en la producción de ruedas, manillares, potencias y tijas de carbono de SRAM/ZIPP encuentran una segunda vida en componentes esenciales para el ciclismo.
Economía circular aplicada al ciclismo
Uno de los grandes retos de la economía circular es dar una nueva utilidad a los residuos sin que estos pierdan su valor original. En este caso, SRAM ha unido fuerzas con Velo, una de las marcas líderes en la fabricación de sillines, con más de 45 años de experiencia y una producción anual de 12 millones de unidades. A través de esta colaboración, han desarrollado un material innovador que combina residuos de fibra de carbono con nailon, creando un sillín de alto rendimiento sin comprometer calidad ni prestaciones.
“Llevamos años explorando materiales alternativos para reducir la huella de carbono de nuestros productos, y esta colaboración con SRAM es un gran paso en esa dirección”, explica Ann Chen, CEO de Velo Enterprise. Los nuevos sillines han superado pruebas rigurosas y han sido verificados para su producción en serie.
Reducción del impacto ambiental sin perder calidad
El uso de fibra de carbono en la industria ciclista ha crecido de manera exponencial por su ligereza y resistencia, pero la gestión de residuos derivados de su fabricación sigue siendo un desafío. Con esta iniciativa, SRAM y Velo no solo han conseguido reducir desechos, sino que también han minimizado las emisiones de carbono asociadas a la producción.
Un factor clave en esta eficiencia es la cercanía de sus fábricas en Taiwán, situadas a menos de 20 km una de otra, lo que permite optimizar la logística y reducir el impacto ambiental. Según datos de Velo, la incorporación de fibra de carbono reciclada en sus sillines ha permitido una reducción de entre 380 y 785 gramos de CO₂ por unidad.
Un modelo de economía circular con visión de futuro
Ambas empresas comparten un compromiso con la sostenibilidad y la economía circular, apostando por un modelo en el que los residuos puedan reutilizarse en productos de alto valor sin degradar su calidad. “Creemos que la economía circular debe mantener el mismo nivel de valor”, afirma Ann Chen, destacando que los materiales reciclados no deben convertirse en productos de segunda categoría, sino en componentes de alto rendimiento dentro de la propia industria ciclista.
Con iniciativas como esta, SRAM y Velo refuerzan su liderazgo en la innovación sostenible, sentando las bases para un futuro en el que el reciclaje y la reducción de residuos sean parte fundamental del desarrollo de productos en el sector ciclista.