Nos la jugamos
La bicicleta no debería ser de izquierdas o de derechas. La bicicleta es necesaria por salud y por ecologismo. El planeta se está muriendo poco a poco y tenemos que pedalear fuerte para recuperarlo. Día tras día escucho noticias que me horrorizan; la última y más destacable es el caso extremadamente grave de Volkswagen en la que, su presidente Michael Horn, dijo: “la hemos cagado”. Bien, a esto me refiero“La hemos cagado” desde hace tiempo.Volkswagen reconoce que trucó 11 millones de coches para falsear las emisiones de gases contaminantes. ¡Tremendo! Estos son los que han pedido que las calles sean solo para los coches y los que promueven el coche por y para todo pasando por encima de todos. Evidentemente, por dinero. Se ha vendido la salud pública.
Este domingo vienen elecciones. Hay nuevos partidos, nuevos políticos y dos grandes que van perdiendo adeptos. ¿Qué pasará con la bicicleta? Las apuestas que se están haciendo, de momento, considero que son muy tímidas. Por otra parte, la situación referente a la aprobación de un Plan Estratégico Estatal de la Bicicleta es mala, sin embargo, no es terminal.
¿Cómo se atreven a decir los nuevos políticos que quieren hacer que nuestro país se asemeje a Dinamarca? Me siento insultado. Lo que más recuerdo de allí es la bicicleta. Por favor, allí el ciclista no es que tenga derechos, es que tiene infinitas facilidades para ir en bicicleta.
Hace poco, el Ayuntamiento de Barcelona –que ha cambiado de color político- celebró el Día sin coches. Es una medida que hay que celebrar. Por algo se empieza y la polución descendió por un día de manera notable.
Esto era un ensayo. En Barcelona, primero de todo hay que hacer un poco más de promoción del transporte público y de la bicicleta. De momento, el transporte público, aparte de ser caro, está mal planteado y/o distribuido. La alternativa por excelencia es la bicicleta, aunque realizar según qué trayecto resulte ser un calvario, ya que se respira polución –no solo el beicon y las salchichas producen cáncer-, se apesta a sudor, se pone en peligro la vida de los ciclistas y en algunas zonas ni tan solo hay carril bici. Aunque parece ser que esto último ahora cambiará.
Así, hay que destacar que la bicicleta pública, en Barcelona y en el resto de España, está perdiendo adeptos. Normal. Esta es la cultura BiciMad, la de las malas gestiones, la de vandalismo, la de hackear el sistema de bicicletas, la de robarlas. No quiero ser pesimista, pero el Ayuntamiento de Madrid lo tiene difícil, se tendrá que emplear a fondo para solucionar la deuda que tiene la empresa. Madrid necesita este sistema de bicicletas, pero quizá con un nuevo replanteamiento y organización. Por su parte, el Bicing está un poco mejor, tiene más años de experiencia y eso juega a su favor, pero también tiene trabajo por hacer. No obstante, me atrevería a afirmar que en muchas ciudades parece ser que ya se están produciendo cambios bastante positivos.
¿Y ahora qué? Tenemos elecciones, hemos tenido un año de política ciclista disimulada, teniendo que suplicar reuniones con las autoridades y teniendo que recoger muchas firmas para que se nos escuche.
Ahora nos jugamos el futuro de la bicicleta. No nos dejemos engañar con una foto de un político en bicicleta. Miremos sus programas, pensemos con claridad y veamos qué pasa. A ver, si por fin, en 2016, llegamos a un acuerdo, resolvemos problemas y conseguimos que la bicicleta siga siendo uno de los temas del día.
Miquel López-Egea
Redactor Jefe