Del pequeño taller a la fábrica: una perspectiva desde Aluminios Vallemar
En el dinámico y cambiante mercado del sector de la ventana y el cerramiento, la evolución es inevitable. Para Marcos Calvo, gerente de Aluminios Vallemar, esta evolución ha sido una experiencia palpable y transformadora. En una reciente conversación con Novoperfil, compartió con nosotros los pasos cruciales que están llevando a su empresa de ser un modesto taller a convertirse en una fábrica de ventanas moderna y eficiente. En próximos números haremos un seguimiento de esta evolución, que iremos reflejando en varios artículos.
Tal y como nos explica Marcos Calvo, Aluminios Vallemar inició hace ya algún tiempo un proceso que le ha llevado, del taller que era, a convertirse en una fábrica con unos procesos más automatizados. “Al principio éramos un taller prácticamente artesanal que elaboraba solo ventanas de aluminio, pero más adelante incorporamos también el PVC a nuestra producción. Ambos materiales precisan procedimientos de elaboración diferentes. Para trabajar con PVC necesitábamos contar con una maquinaria y un software que nos permitiera automatizar procesos y optimizar la productividad. Aquí iniciamos nuestro camino de evolución hacia una fábrica de ventanas”, comenta Marcos.
Esta transición no ha sido tarea fácil y ha significado solo el comienzo de un proceso continuo de optimización y mejora. Marcos explica que, para ello, “tuvimos que reorganizar el taller para reconvertirlo en una minifábrica, estableciendo las estaciones donde se iba a hacer cada uno de los trabajos - corte, mecanizado, soldado, acristalamiento…- para conseguir una correcta optimización de los procesos y los tiempos”.
Uno de los aspectos más destacados de esta evolución ha sido la integración del software en todos los aspectos de la operación. El gerente de Aluminios Vallemar destaca que “el software es una de las herramientas más importantes para llevar adelante la industrialización de este tipo de procesos. Llevamos trabajando desde hace 24 años con la gestión GesFácil, hemos crecido con ella y todos los pasos que hemos ido dando a lo largo de estos años han ido de su mano. Sin su ayuda, esta evolución hubiera sido del todo imposible”.
Optimización, eficiencia y calidad como objetivos
A medida que la empresa continúa su camino hacia una productividad más eficiente, Marcos Calvo señala áreas específicas donde se están realizando inversiones adicionales, como la mejora de la fase de montaje o la implementación de pantallas de control para una monitorización precisa de cada etapa de la producción. Cada una de las fases de evolución se ha diseñado con los objetivos de impulsar la optimización y la eficiencia en la producción y la calidad de los productos fabricados. “Con estas mejoras, sabremos el tiempo exacto de producción de cada ventana y podremos detectar dónde tenemos margen de mejora para optimizar la productividad”, afirma el gerente de Aluminios Vallemar.
Sin embargo, esta evolución no está exenta de retos, como reconoce Marcos Calvo. La gestión del tiempo y del espacio en una fábrica en constante crecimiento presenta sus propios desafíos. Contar con una gestión informatizada integrada en todo el proceso de la empresa facilita la labor. “La gestión GesFacil está implementada en todos los equipos informáticos de la empresa. Desde el presupuestado se gestiona la labor que debe desarrollar la maquinaria, el control de la producción y, posteriormente, la facturación y la expedición”.
La evolución de Aluminios Vallemar sigue su curso y su gerente tiene previsto seguir mejorando en su camino hacia la excelencia. Por ello, están previstas nuevas inversiones en maquinaria y la implementación de mejoras. “El objetivo es arañar minutos al tiempo de fabricación”, afirma Marcos.
Con una visión clara del futuro y un compromiso inquebrantable con la mejora continua, Marcos Calvo y su equipo en Aluminios Vallemar están preparados para enfrentar cualquier desafío que el futuro les depare en su viaje hacia la excelencia en la industria de los cerramientos. Se muestra satisfecho de compartir su experiencia con otros compañeros de profesión en la industria, de transmitir su conocimiento y motivar a otros para seguir creciendo. “El mercado evoluciona y todo va a un ritmo muy rápido. O te subes a ese tren o desapareces”, concluye.