Arquitectura y construcción sostenibles
16 de noviembre de 2010
Las consecuencias que estos cambios de temperatura pueden provocar son variaciones drásticas en las precipitaciones, desertificación, aumento de las temperaturas medias, reducción de las lluvias en el sur y aumento en el norte, subida del nivel del mar, descongelación de los hielos y mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos a gran escala (tifones, huracanes...).
En 1992, se celebró en Río de Janeiro la Cumbre de la Tierra donde se destacó el compromiso mundial para actuar frente a la amenaza del cambio climático. El objetivo era lograr la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera en un plazo que permitiera la adaptación de los ecosistemas al cambio climático, asegurando la producción de alimentos y permitiendo un desarrollo económico de forma sostenible. Más tarde, en 1997 el Protocolo de Kyoto busca el compromiso internacional y se convierte en el instrumento que establece plazos y cantidades fijas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Se aprobó una reducción de las emisiones de un 5,2% para el periodo 2008-2012 (respecto al nivel de 1990).
Teniendo en cuenta que son los países desarrollados los causantes mayoritarios, y que pueden permitirse la inversión para un desarrollo sostenible, serán estos los primeros que deben reducir las emisiones. Los que están en vías de desarrollo, de momento, carecen de estos compromisos.
Desarrollo y arquitectura sostenible
El desarrollo sostenible consiste en proveer las necesidades energéticas actuales sin perjudicar a las necesidades futuras e intentar conseguir producir lo que se consume. En el ámbito de la construcción se habla de arquitectura bioclimática, biotectura, bioconstrucción... de cualquier modo la arquitectura siempre ha tratado de ser bioclimática. El principio de cualquier construcción es buscar la protección frente a agentes externos. Las arquitecturas vernáculas siempre lo han hecho utilizando los medios habituales del entorno y aprovechando los recursos que éste le ha ofrecido.
Al diseñar un nuevo edificio, debemos tener en cuenta el impacto que esta construcción va a tener sobre el medioambiente. La incorporación de la tecnología y nuestro afán de confort nos ha obligado a utilizar fuentes de energías generalmente no renovables y limitadas.
Si nos centramos en los edificios de viviendas, que constituyen la inmensa mayoría del parque de edificios, la proporción de gastos de energía de una vivienda serían:
Climatización (46%)
Usos electrodomésticos (21%)
Producción de agua caliente (18%)
Cocción de alimentos (8%)
Iluminación (7%)
Vemos claramente la importancia, a nivel energético, de la climatización de un edificio. Es importante la utilización de los sistemas de control energético ya que, además de mejorar la calidad de nuestros edificios, contribuyen al descenso del consumo.
Energías renovables
La mayor parte de la energía que consumimos proviene de la utilización de fuentes de energía no renovables procedentes de derivados del petróleo o del carbón. Tanto por razones económicas (próxima escasez de hidrocarburos) como ecológicas (alteración de la atmósfera y el suelo), es de vital importancia el desarrollo de nuevas alternativas energéticas que sean menos contaminantes y agresivas con el medio ambiente. El actual esquema de consumo energético mundial no es sostenible, es decir, no puede mantenerse indefinidamente sin amenazar su propia existencia.
Las fuentes de energía renovables son aquellas que bien administradas pueden explotarse ilimitadamente, es decir, su cantidad disponible (en la Tierra) no disminuye a medida que se aprovecha.
Algunos ejemplos: la energía solar, la eólica, la de la biomasa y la hidráulica
La fuente de energía renovable que más empleamos en el sector de la construcción es la solar, para generar electricidad (fotovoltaica) y agua caliente (solar térmica). La utilización tradicional de esta energía ha sido la electrificación de lugares donde no llega la red eléctrica convencional (refugios, masías, repetidores de telecomunicaciones, etc.). Para una casa o edificio que ya dispone de electricidad, la venta de la energía producida mediante la conexión del sistema fotovoltaico a la red es la forma más ecológica, ya que no se necesitan baterías (altamente contaminantes) y se aprovecha toda la energía que los módulos con capaces de generar. Además, como sustituye a la energía generada de forma convencional reducimos emisiones de CO2 a la atmósfera.
Los captadores solares son actualmente el medio más económico para al suministro de agua caliente corriente. Sus aplicaciones térmicas pueden ser: calentar agua sanitaria, usos industriales, calefacción de volúmenes o calentamiento de piscinas, entre otras.
El papel de los cerramientos
En los últimos años la tecnología de los cerramientos ha evolucionado con las nuevas exigencias de los usuarios. La ventana es el primer y el más elemental de los colectores solares de cualquier edificio, siendo el hueco que permite pasar la radiación solar pero no el viento, el agua, la nieve o el ruido.... y, sin embargo, la podemos abrir, cerrar, modificar, cubrir y nos permite ventilar a nuestro gusto según las condiciones internas de confort que deseemos. Además, el conjunto de la ventana (y no solo la carpintería), se ha convertido en un elemento de alta tecnología: carpinterías con coeficientes térmicos bajísimos, aperturas motorizadas, demótica aplicada, cierres sofisticados, etc. y si además consideramos la amplia gama de tipos de vidrio desde los bajo emisivos hasta los cortafuegos, las posibilidades son infinitas.
Es importante tener en cuenta el diseño de las ventanas o de las partes que permiten la entrada de la radiación solar. Los huecos en los muros deben estar correctamente diseñados (dimensiones, formas, ...) y orientados. También se deben tomar en consideración aspectos como la orientación y la distribución de los espacios interiores para aprovechar al máximo las características de las aberturas.
La orientación sur es la más favorable en los edificios ya que al mediodía, cuando el sol está más alto, puede proporcionar una fácil protección de los rayos solares. Además, se reduce la exposición a la insolación de mañana y de tarde que es más difícil de evitar y provoca sobrecalentamiento al acabar el día. En ocasiones, debemos complementar estos huecos con mecanismos de control de la radiación como por ejemplo con sistemas de protección solar o ‘brise soleils’ de lamas móviles o fijas.
Las ventanas permiten el paso del calor más fácilmente que las paredes. En este coeficiente de transmisión de calor influyen principalmente 2 parámetros: los tipos de vidrio y los tipos de carpintería. Es conveniente utilizar vidrios con cámara de aire y, si es posible, de baja emisividad para el control de pérdidas y ganancias térmicas y/o lumínicas. Hay que tener en cuenta la estanqueidad del edificio a infiltraciones de aire para evitar las pérdidas de energía que han de ser aportadas nuevamente por los sistemas de climatización del edificio.
Las pérdidas a causa de las deficiencias de las ventanas juegan un papel muy importante por lo que conviene utilizar carpinterías certificadas y de elevada estanqueidad al aire.
Sobre Reynaers Aluminium
Como gamista, Reynaers Aluminium dispone de una amplia variedad de sistemas de aluminio para la arquitectura y la construcción. Así cuenta con sistemas de alta gama, perfiles con rotura de puente térmico, sistemas de doble hoja, protecciones solares, aireadores, muros cortina de doble piel y sistemas de domótica.